how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]

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Por fin, tras la tempestad, llegaba la calma.

Aquella semana las oficinas de Big Hit Entertainment se habían convertido totalmente en una locura desde que el nuevo álbum de estudio de BTS se había lanzado, recibiendo afortunadamente muy buenas críticas. De hecho, en lo personal, yo no podía dejar de escuchar una y otra vez las canciones, celebrando además el éxito del disco con ellos y algunos amigos más en su casa todos juntos, pasando un rato realmente agradable la misma noche que salió a la luz el álbum.

Por otro lado, los chicos no tuvieron ni un solo respiro ya que era la recta final antes del comeback show, siendo curioso como cada vez que yo misma pasaba por la sala de ensayos la música siempre estaba puesta, indicando que estaban dentro bailando hasta acabar por los suelos dando lo mejor de ellos. Sin embargo, para el alivio de los siete, les concedieron dos días de descanso para que se relajaran, asegurando así que estuvieran en plena forma para la actuación del martes siguiente.

Gracias a aquellas micro-vacaciones, Jungkook y yo pudimos finalmente acordar aquella cita propuesta por él días antes coincidiendo justamente en un domingo, cuando ambos estábamos disponibles.

Así que allí me encontraba, subiéndome por las paredes de mi dormitorio por los nervios mientras me cambiaba de conjunto por décima vez, nunca contenta por la ropa que tenía puesta, hasta que Hyuna me motivó a que de una vez por todas dejara de darle vueltas y me fuera antes de llegar tarde como siempre.

Sin pensarlo más salí de casa por fin, con un vestido negro muy por encima de la rodilla con los hombros al descubierto, decorado con un estampado de flores de distintas tonalidades de rosa, y unas cuñas que me hacían ver mucho más alta, además, mi cabello pelirrojo largo y lacio lo llevaba semirecogido con unas trencitas a los lados.

Había quedado con Jungkook en frente de una cafetería como punto de referencia, no muy lejos de mi complejo de apartamentos, pese a que no teníamos ningún plan en especial. Se supone que en las citas se suele ir al cine a ver una película, a cenar a un restaurante caro por la noche, o algo por el estilo, pero nosotros no sabíamos nada y lo cierto es que dudaba que Jungkook fuera a darme una sorpresa así que asumí que daríamos una vuelta por la zona mientras hablábamos y luego tal vez, con suerte, cenáramos juntos.

Cuando llegué él ya estaba allí, vestido con una camisa blanca simple, vaqueros claritos y sus típicas botas Timberland para finalizar su look casual, observando distraído a la gente pasar por la calle hasta que pareció reparar en mi presencia rápidamente sonriéndome desde lo lejos conforme me iba acercando a él, sin apartar sus ojos de mí, lo cual hizo que aquellos dichosos nervios que me impidieron dormir la noche anterior volvieran a hacer acto de presencia.

—Espero que no lleves mucho tiempo esperándome.

—Acabo de llegar, no te preocupes —contestó, sin borrar la sonrisa de su rostro—. ¿A dónde quieres que vayamos?

Me encogí de hombros y miré a mi alrededor, pensativa, sin importarme realmente mucho nuestro rumbo mas sí estar con él. Lo cierto es que no teníamos nada realmente especial a nuestro alrededor salvo la ya mencionada cafetería —cerrada, por cierto— y un parquecito en frente de la avenida donde nos encontrábamos, en el cual se podía ver a un montón de gente sentada en el césped y niños pequeños correteando de un lado a otro jugando, disfrutando del clima veraniego y las vistas al río Han no muy lejos de allí.

En esos momentos me deprimí un poco al recordar el estatus de Jungkook como idol, y lo inviable que sería sentarnos a la sombra de un árbol como unos chicos normales en una cita normal. Además, por si fuera poco, aunque mi ruptura con Yoongi hubiera sido comunicada oficialmente (lo cual, para mi sorpresa, trajo consigo el descontento de muchas ARMYs) aún había ocasiones en las que iba por el metro y me sentía observada. Obviamente las dos situaciones no tenían comparación pues Jungkook era reconocido internacionalmente y yo solo por unos pocos, pero aún así yo seguía acarreando conmigo la etiqueta "novia de".