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En algún punto de la noche anterior conseguí dormirme, seguramente por agotamiento, hasta que a la mañana siguiente desperté gracias a los rayos del sol que se filtraban por mi ventana.

Gruñí entre mis finas sábanas, maldiciéndome por no haber bajado la persiana antes de acostarme, y me di la vuelta hacia el otro lado de la cama con tal de que no me diera la luz directamente en los ojos. Pero ya era demasiado tarde, estaba despierta y, poco a poco, comencé a recordar lo ocurrido la noche anterior y por qué mis ojos y mi garganta escocían.

Yoongi.

Solté un fuerte suspiro y me incorporé en la cama perezosamente armándome de valor para enfrentar un nuevo día, limpié mis mejillas y los párpados de los restos de lágrimas secas y me puse en pie, sin saber si estaba realmente preparada emocionalmente para encontrarme de nuevo a Yoongi, el cual se había pasado la noche durmiendo en mi sillón.

Sin embargo, para mi sorpresa, él ya no estaba allí y tampoco ningún rasgo que lo probara. Habría llegado a pensar que había sido todo un sueño si las mantas que le presté no estuvieran dobladas a un lado delsillón y, sobre estas, un trozo de papel que parecía haber sido arrancado de algún sitio. Tomé la hoja rasgada entre mis manos y leí su contenido, viendo aquella letra cuya caligrafía dejaba mucho que desear.

"Gracias por lo de anoche, he tenido que irme temprano al estudio."

Sonreí tristemente ante la nota conforme una presión en el pecho se hacía cada vez más presente y sentía que las lágrimas iban a florecer de nuevo como cuando me acosté. No obstante, el timbre de la puerta me pilló de sorpresa, haciéndome sobresaltar de imprevisto pues no esperaba ninguna visita, ¿sería Yoongi de nuevo porque se había olvidado algo?

Me tomé unos segundos escasos para mirarme en un espejo de cuerpo completo para ver mi horrible rostro recién despertado; a parte de tener el pelo pelirrojo realmente alborotado por las vueltas que había dado por la cama, bajo mis ojos habían aparecido unas ojeras como camiones de grandes y mis labios se encontraban hinchados y cortados. Toda mi cara estaba fatal.

Intenté domarme un poco el cabello peinándome con los dedos y me froté los ojos con las manos para intentar despertarlos un poco antes de abrir la puerta, encontrándome con alguien que, si ya me sentía mal por mi aspecto, ahora me sentía peor por lo increíble que se veía él.

El chico, el cual era mucho más alto que yo, no tenía nada que envidiarle a cualquier modelo; vestía una sudadera grisácea básica bajo una cazadora vaquera acompañando a sus pantalones negros con las rodillas al descubierto, mientras que su rostro estaba oculto tras una mascarilla oscura, que solo mostraba sus oscuros ojos ligeramente cubiertos bajo unos mechones de cabello largo grisáceo, de la cual se deshizo con una mano dejando ver aquel lunar que tanto me llamaba la atención en la parte baja de su nariz.

—Buenos días, Emi —musitó sonriente, mientras guardaba su antifaz en el bolsillo de la chaqueta—. Vaya, estás fatal, ¿es que no has dormido?

—Muchas gracias, Tae —dije irónicamente, sacudiendo la cabeza mientras un bostezo aparecía en mi boca—. Me acabo de despertar, la verdad.

Conforme terminaba la frase me aparté de la puerta abriéndole paso, siguiendo sus movimientos mientras volvía a suspirar de cansancio, a la par que el chico examinaba todo su alrededor. Al fin y al cabo, era la primera vez que venía a mi casa.

—No es nada del otro mundo —musité, cruzándome de brazos, viendo a las espaldas del chico como este se fijaba en todos los detalles desde el marco del espejo tallado con florituras hasta los papeles que descansaban en la mesita de café frente a los sillones—. Comparada con vuestra casa, este apartamento se hace pequeño.

—Es muy tú —dijo, conforme ojeaba las fotografías tanto de Hyuna como mías con familiares y amigos del estante sobre la televisión hasta que posó su mirada sobre algo que ni yo misma me había dado cuenta de que seguía ahí—. Vaya.

No me había acordado de la existencia de aquella foto hasta ese momento. Encuadrada en un marco negro, en ella se podía verme a mí posando realmente arreglada con un mono de cuerpo con los hombros al descubierto con la parte de arriba negra y la de abajo blanca, y el cabello alisado tras mis orejas dejando ver unos pendientes largos y elegantes. Junto a mí, siendo mucho más alto que yo pese a que llevaba unos tacones de infarto, estaba Yoongi trajeado mirándome orgulloso con una sonrisa preciosa en los labios mientras me tomaba de la cintura.

Recordaba aquella noche como la más confusa de mi vida, en esta había asistido a la primera entrega de premios de BTS como la pareja oficial de Suga siendo nuestra primera aparición pública tras tres meses de relación. Esto hizo que las redes sociales estallaran y se hiciera eco en todos los medios de comunicación por lo que, en toda la gala de premios, no supe si estaba más nerviosa por los chicos o por lo que pensarían de mí las fans de BTS, con el inesperado final de que todo ARMY estuvo realmente feliz de que Yoongi tuviera novia.

—Había olvidado que estaba allí —murmuré, con una nube de recuerdos en mi cabeza al verla, antes de avalanzarme sin pensarlo dos veces hacia la fotografía para quitarla de su sitio.

Una vez que la tuve en mis manos no pude soltarla ni dejarla en otro lugar como tenía pensado, por el contrario, me quedé eclipsada analizando cada pequeño detalle con melancolía mientras los latidos de mi corazón se aceleraban y mi respiración se agitaba conforme apretaba con cada vez más fuerza el marco hasta que mis nudillos se tornaron blancos. Estaba perdiendo la cordura de nuevo.

—Emi —me llamó la voz de Taehyung en un tono dulce y bajo, posando sus manos sobre las mías y agachándose un poco para poder verme el rostro cabizbajo, justo cuando mis ojos comenzaron a nublarse por las lágrimas que amenazaban por salir—. ¿Te encuentras bien?

Alcé la mirada hacia el chico débilmente y negué, incapaz de decir ni una sola palabra gracias al amargo nudo que se había formado de nuevo en mi garganta. Taehyung lo entendió todo al momento y se adelantó, recibiéndome entre sus brazos, siendo aquello la gota que colmó el vaso para que estallara en sollozos que eran tristemente amortiguados y ahogados en su hombro mientras el chico me acariciaba con una mano el cabello y con la otra la espalda tratando de consolarme.

No supe exactamente cuanto tiempo estuvimos así, fundidos el uno con el otro, hasta que finalmente mi respiración se comenzó a calmar y Tae me separó de él tomándome por los hombros, pidiendo a gritos una respuesta a mi repentino llanto con sus ojos oscuros.

—Le echo mucho de menos —dije con voz rota, mientras mi pecho se agitaba—. Pensaba que lo había superado pero...

Un fuerte gemido salió de nuevo de entre mis labios mientras cerraba los ojos con fuerza con la esperanza de que así parara de llorar sin éxito. Inmediatamente después sentí la mano de Taehyung sobre mi mejilla, limpiando cuidadosamente con su dedo pulgar el surco de lágrimas que caían de mis párpados.

—L-Lo siento... —gimoteé avergonzada, mucho más tranquila al escuchar su voz mientras observaba como el chico intentaba eliminar todo rastro de llantos de mi rostro—. Y-Yo...

—No pasa nada, Emi —susurró, sonriéndome tristemente—. Te entiendo y es normal que te encuentres así.

—Pero ha pasado tanto tiempo... creí que ya lo había olvidado.

—Eso no importa ahora, pero lo que sí importa es que te encuentres bien —sentenció, escudriñando mi rostro desde arriba—. Así que ahora ve a ducharte y refréscate, que cuando salgas te espera el desayuno que voy a ir a comprar ahora mismo.

Me sorprendí a mí misma devolviéndole la sonrisa, muda, antes de obedecerle sin rechistar.

Taehyung cumplió con sus palabras y, una vez que volví al comedor tras tomar una ducha que me sentó realmente bien, la mesa estaba repleta de todo tipo de cosas para desayunar junto a un Taehyung que me recibía sonriente. Toda esa comida desapareció —a decir verdad más por su parte que por la mía— y, cuando lo hizo, aún así el chico no se fue de mi casa, llegando a quedarse finalmente durante el resto del día.


how i met your father || bts harem fanfic [+18] [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora