egocentric to you; vmin

3.

"Park Jimin:

Hey, ¿te has rendido ya? No te veo en ningún sitio.

"Kim Taehyung:

Oh, para nada, estoy llegando."

"Park Jimin:

Hacer esperar a tu cita no es de buena educación~"

"Kim Taehyung:

Dicen que lo bueno se hace esperar.

;)."

Jimin lanzó su teléfono sobre la mesa; odiaba a ese chico, su forma de hablar, su forma de comportarse, su forma de ser...

—... Lo único que lo salva es su rostro, eso no te va a llevar a nada en la vida, chico—sonrió victorioso y muy cruelmente.

Volvió la vista a su teléfono, encontrando un mensaje de su amigo.

"Yoongi Hyung:

¿Cómo vas? No le hagas sufrir demasiado, por favor."

Jimin rió en voz alta al ver las súplicas de su amigo.

—¿Qué es tan gracioso?—una voz gruesa y masculina entró por sus oídos, haciendo que levantara su mirada y apagara su móvil de repente a la vez que se incorporaba en la silla.

Al mirar fuera de su teléfono vio a un precioso chico con un pequeño ramo de flores en su mano.

Su cuerpo se quedó petrificado por unos largos segundos.

—¿Eres tu...?

—¿Kim Taehyung? Ese soy yo—la voz del chico con las flores en la mano podía convertirse fácilmente en la droga de Jimin en poco tiempo.

La risa del contrario hizo que se estremeciera.

—¿Qué? ¿no te esperabas que fuera igual que en la foto, cierto?

Maldito.

—¿Qué es eso? ¿flores? ¿para mí?—cambió de tema para poder acostumbrar a su mente a el nuevo individuo delante de él. Nuevo y perfectamente precioso.

—Sí, son margaritas, pensé que quedarían bien con tu pelo negro.

¿Cómo sabía que tengo el pelo negro? En mis fotos tengo diferentes colores...

—Oh, gracias—se levantó para coger las flores para luego mirarlas con una gran sonrisa y luego dejarlas caer al suelo resbalando con una delicadeza increíble sobre sus dedos mientras miraba al otro chico directamente en los ojos—, pero odio estas flores—Jimin pisó las flores con uno de sus pies, el cual estaba protegido por una preciosa bota negra con plataforma elevada. Sonrió victorioso.

El hermoso chico tomó asiento delante de él.

—Tranquilo, tampoco esperaba que te gustaran, es más, recuerdas más a una persona si das una mala impresión que una buena, ¿no crees?—sus ojos se entrecerraron mientras una sonrisa maliciosa aparecía en su rostro.