egocentric to you; vmin

10.

Todos miraron al nuevo chico de pelo rubio abandonar tranquilamente la clase tras que el profesor le diera permiso a ir a por el chico de piernas temblorosas y barriga débil. Namjoon andaba tranquilamente por los pasillos de la escuela, como si le perteneciera todo en aquel recinto.

Al llegar al baño, paró por completo su cuerpo frente a la puerta, escuchando fuertes sollozos desde dentro.

Reconocía aquel llanto.

Con una sonrisa en su rostro, se adentró al baño.

—¿Jimin?—el nombrado tapó su boca fuertemente con ambas manos, sabía que si encontraba en dónde se escondía, era el fin para él—, Jimiiin—repitió, con una voz melodiosa y pícara al mismo tiempo, tono que Jimin odiaba y hacía que su estómago se revolviera. El mayor empezó a caminar sin rumbo alguno por todo el lugar—. Oh, ya veo, quieres jugar al escondite, ¿cierto? ¿vas a hacerme esto? ¿vas a ser un mal chico?—Namjoon paró sus pasos y esperó unos segundos, esperando encontrar una respuesta, la cual no recibió, el silencio más absoluto fue lo que encontró en su lugar. El chico de pelo rubio puso sus dedos sobre la superficie de la primera puerta del cubículo y caminó hasta el último de estos, haciendo seguro que el desobediente chico escuchara como golpeaba una por una las puertas azuladas.

Jimin no podía contener su miedo, y sus lágrimas salieron, cayendo por sus pómulos como respuesta a la situación, pero ningún sollozo se escuchó esta vez, su cuerpo se encontraba completamente paralizado.

Un suspiro pesado se dejó escuchar fuertemente.

—Jimin, verdaderamente no quieres que me enfade—el chico subió sus piernas a la blanca superficie del retrete, y allí las abrazó con fuerza.

Namjoon posicionó sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón negro. A continuación, el chico pegó una fuerte patada a la primera puerta que había tocado con la mano anteriormente, abriendola por completo para solo encontrarse con un vacío retrete. El chico chascó su lengua mientras el menor de los dos se recuperaba del gran estruendo que acababa de causar aquella patada. Jimin cerró los ojos fuertemente; cualquier cosa que estuviera pasando, no era para nada agradable.

Namjoon siguió pegando patadas a las puertas de los ya malgastados cubículos uno por uno. Al ver el cuarto vacío, solo quedaba una opción. Rió antes de posicionar por última vez su pié sobre la superficie azul.

—Jimin... dije que iba a probar esos labios en otra ocasión... y yo siempre consigo lo que quiero—Jimin llevó sus temblorosas manos a sus orejas, que acompañadas con sus párpados fuertemente cerrados, deseaba salir de la situación como le fuera posible.

Pero sabía que era demasiado tarde.

De repente, un gran ruido se escuchó, pero Jimin, al no verse en una situación de forcejeo, abrió con miedo uno de sus ojos, observando por debajo del cubículo el cuerpo del chico rubio, y encima de él se encontraba otro chico, ambos parecían estar increíblemente concentrados en el contrario.

¿Qué acababa de pasar?

—¿¡Qué cojones crees que estás haciendo, Namjoon!? ¡verdaderamente me das asco!

¿Jungkook? Jimin abrió los ojos por completo al escuchar aquella voz familiar. Quitó las manos de sus oídos, pero no pudo moverse más que eso, su cuerpo seguía paralizado por el miedo y la presión.

—¡Agh! ¡tu siempre tan molesto, maldito crio!—otra vez un gran estruendo, pero esta vez observó como Namjoon se levantaba del suelo y sus pies se movían fuera del alcance de su visión. Namjoon llevó su brazo hacia atrás para después traerlo hacia delante, acertando el golpe en la mejilla del chico moreno, quien tras la patada en su estómago que hizo alejarse de su objetivo, quedó en el suelo, ahora cambiando posiciones con el rubio, quien estaba sobre él pegando con fuerza su preciosa cara, destrozandola. Jungkook logró visualizar de nuevo al mayor, y con su corta visión, devolvió uno de los tantos puños a Namjoon, el que lo despistó el tiempo suficiente para que empezara una intensa pelea en el cuarto de baño.