Hoseok observaba los papeles puestos encima de la mesa de Taehyung, leyendo algunos por encima: "Quizá suene egocéntrico, pero me encanta ser el principio y final de las cosas."
¿Estaba escribiendo una historia? Habían varios papeles, uno encima de otro, los cuales creaban un gran montón de aquellos folios en blanco escritos con bolígrafo negro. ¿Era ésto a lo que se dedicaba Taehyung ahora? Parecía que estar encerrado no le dejaba hacer bastantes fotografías, y en el tema del dibujo, parecía acompañar sus escritos con ellos en algunas ocasiones. El pelinegro sonrió. Hoseok pensó que algún día le gustaría leerla, y preguntarle a Taehyung cómo se había inspirado para crear algo así entre las altas paredes de su casa.
Pero la sonrisa se borró de su rostro. No tenía tiempo para leer, debía concentrarse en su trabajo, en nada más, y ahora más que nunca.
Hoseok en verdad apreciaba a Taehyung. Había pasado la mayoría de su infancia a su lado... hasta que su madre se fue, dejando al pobre Taehyung con sus tíos. La madre del de cabellos negros en serio extrañaba a esa mujer, ya que siempre pasaban la mayoría del tiempo juntas, poniendo como excusa el que Tae y él querían verse, cuando en verdad eran forzados a ello. Tal vez, si no hubiera sido forzado a entrañar una amistad con él, nunca lo habría hecho por su cuenta, después de todo, ellos dos eran completamente opuestos.
O tal vez no.
Hoseok siempre había querido bailar, y varias veces se había escapado de casa para poder hacerlo, yendo a "estudios"—si es que se le podía llamar así—de bailarines underground, un lugar espacioso donde todos bailaban y compartían conocimientos con el otro. Pero llegó el momento en que Hoseok tuvo que sentar la cabeza y dedicarse a su futuro. Le dolió, le dolió como nunca nada le había hecho sufrir y llorar en toda su vida. Ese era su primer paso a la adultez, y quería hacer orgullosa a su madre, ya que por ella, daría el mundo entero sin dudarlo dos veces. Le encantaba hacerla orgullosa, orgullosa de su hijo y de lo que hacía; y odiaba esa mirada de decepción y corazón roto en sus ojos.
Entendía a Taehyung como nadie podía entenderlo, ya que su madre también había muerto injustamente a manos de un asesino años atrás. No podía gritar, no podía defenderse, no podía correr. Pero, como si su madre fuera capaz de ver futuro, Hoseok encontró el culpable de aquel día, y fue justamente puesto entre rejas. Pero, la agonía de Hoseok no se iba de su pecho, el malestar seguía ardiendo en su garganta, queriendo gritar con fuerza y derramar lágrimas hasta caer rendido del agotamiento.
Sentía que no era suficiente, quería vengar la sangre derramada de su madre haciendo eso mismo que el hombre le había hecho a ella, y, para la desgracia de Hoseok, él sabía todos los detalles, todo sobre su vida y todo lo que hizo para matarla.
Mordió su labio con fuerza y sacudió su cabeza, intentando alejar esas imágenes grotescas de su cabeza. En cambio, miró al chico rubio durmiendo sobre aquella preciosa cama individual blanca, madera de la cuál brillaba gracias al sol matutino que entraba por la ventana. El chico allí acostado parecía estar tranquilo, ya que el pelinegro podía ver su pecho subir y bajar continuamente. Aún podía recordar el día en que lo llamó, parecía estar agobiado, perdido, confuso; y todo aquello se notaba en su voz y respiración. Por un momento, el pelinegro en serio pensó que iba a terminar como su padre.
Hoseok sabía intuir el estado de ánimo de muchas personas por solo mirarlas o escucharlas, por solo ver el movimiento de su pecho subir y bajar al mismo tiempo que sus hombros.
El mayor meditó unos minutos si en serio debería poner su carrera en riesgo por aquello, pero él sabía bien la respuesta, ya que hubiera hecho lo mismo por el padre de Taehyung, pero, tras investigarlo, definitivamente no fue un asesinato, así que no podía hacer otra cosa por él que no fuera rezar, y el pelinegro no creía en aquello. Pero, ahora estaba haciendo algo por Taehyung, ayudándolo a crear su nueva vida, ayudándolo como antes había querido hacerlo, pero el caso no se lo permitía.
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egocentric to you; vmin
FanfictionDonde Jimin es el chico de los sueños de Taehyung, pero Taehyung es el tipo de chico que Jimin odia.