22.

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Jin se levantó rápido del sofá con el teléfono en su oído, ¿qué debía decir ahora? ¿que debía hacer? Observó al chico confundido a su lado, sentado en aquel sofá, y sus lágrimas salieron silenciosamente. Tapó su boca y corrió hacia el baño, sin importarle los gritos de Jungkook tratando de pararlo.

¿Qué excusa pondría ahora para no hablar? No podía decirle que Jungkook estaba en el mismo lugar que él y que no podía contarle nada mientras estuviera allí, porque, en primer lugar, él no debería estar cerca de Jungkook en ningún momento, no importaba la situación.

Jin, debes estar orgulloso de lo que has logrado, pronto seremos asquerosamente ricos, dominaremos el mundo. Estoy orgulloso de tí, todos esos años tratando de intentar cambiar ese débil tú han dado sus frutos.

—Gr-Gracias...—Jin se sorprendió de su propia voz, ya que no había notado el nudo que se había formado en su garganta hasta ahora.

Ah, ¿sabes dónde está Yoongi? Trato de contactarlo, pero parece que ha desaparecido así de la nada.

Namjoon rió de su propia broma, pero Jin permaneció callado, pensando que ese era el final, que ya había descubierto lo que habían hecho. Jin sudaba ante el miedo.

—Su-Supongo que...

Mierda, no, Yoongi nunca duerme.

—Supongo que se habrá quedado sin batería...

Muy buena excusa, Seokjin... se culpó mentalmente.

Como sea, lo importante es que lo hemos logrado, y tras esto, no habrá objetivo que no podramos cumplir.

Seguía sin saber cómo había accedido a meterse en este lugar en primer lugar; maldito Jin del pasado, maldita soledad la que sentía y maldita culpabilidad que lo perseguía.

—Sí, Namjoon, tienes razón, hasta otro día—tras esas palabras, Seokjin colgó, sin querer dedicar una palabra más a ese sujeto, ni tampoco a sí mismo; no quería ni verse en el espejo de aquel baño.

Al salir del baño vio a un Jungkook durmiendo en el suelo del pasillo, ¿se había quedado dormido esperando a que él terminará de hablar? ¿tanto tiempo había estado ahí encerrado? Cerró lentamente la puerta del baño detrás de él y se sentó junto a su hermano, a quien abrazó poniendo un brazo rodeando su espalda y el otro apoyado en el suelo, suelo que miró atentamente mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.

En el fondo sabía que Jungkook no estaba durmiendo...

×××

Un chico de pelo negro salió de un coche lujoso del mismo color. El chico llevaba unas gafas de sol oscuras sobre sus ojos, pensó que eso sería suficiente para pasar desapercibido por los paparazzi-ya que él en sí mismo no era conocido-, pero no, nada más llegó, todos los ojos se depositaron en él mientras cogía un maletín del asiento trasero y caminaba al edificio de cristal delante de él.

—¡Señor, ¿puede contestar unas preguntas?!—aquella mujer—como todos los demás periodistas—ponía el gran micrófono lo más cerca posible de su boca mientras le gritaban con fuerza para hacerse oír ante todos los demás. Hoseok se mantuvo callado aún que millones de personas gritaban tratando de sacarle información a toda costa.

El pelinegro se hacía paso entre la gente para poder llegar al edificio, al que habría llegado en diez largos pasos si no fuera por la gente entrometiendose en su camino y en sus asuntos.

Hoseok terminó arto de las preguntas, así que, se detuvo en seco, giró su cuerpo hacia aquel tumulto de gente y cogió uno de los micrófonos de los tantos periodistas para arrancarlo de su mano en cuestión de segundos.

egocentric to you; vminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora