Noté algo de frío y me sentí rara, ya que no estaba abrazada a su cuerpo.
Mis párpados se abrieron poco a poco, y lo primero que hicieron mis pupilas en cuanto se acostumbraron a la luz, fue mirar a mi lado para buscar a Jacob, junto con mi mano, que también se unió, palpando.
Abrí los ojos del todo, extrañada, al ver que no estaba y me incorporé, todavía torpemente, para observar la habitación. La luz del baño estaba apagada, y en el vestidor tampoco estaba. Entonces, escuché unos ruidos que provenían de la cocina.
Me mordí el labio, sonriente.
Me levanté y cogí la corta bata de seda rosa, de la butaca, para vestirme con algo, pues estaba desnuda. Me la puse y até el cinturón.
Abrí la puerta, la cual sólo estaba arrimada, y salí del dormitorio en puntillas. Bajé los peldaños de la escalera de igual modo, atravesé parte del salón y me detuve junto a la puerta de la cocina, escondiéndome.
Asomé la cabeza y le vi. Solamente llevaba puestos sus pantalones de pijama largos y no pude evitar echarle un buen vistazo primero, después, ya me fijé en la encimera. Ya tenía preparada una bandeja para llevarme el desayuno y estaba tostándome la última rebanada de pan. Sonreí por su esfuerzo de darme una sorpresa, pero solté una risilla sorda cuando sacó la tostada y consiguió dejarla en el plato después de que ésta saltara de una mano a otra, quemándole.
Cogió la bandeja y yo ya eché a correr, otra vez de puntillas, hacia el dormitorio. Subí a toda velocidad, aunque sigilosamente, entré en la habitación, arrimando la puerta como antes, me quité la bata, tirándola en la butaca, y me metí en la cama corriendo.
En cuanto me tapé con la sábana, entró por la puerta. Cerré los ojos y me hice la dormida.
El olor a café y tostadas ya invadía todo el dormitorio. Dejó la bandeja en su mesilla y se medio echó a mi lado de costado para tenerme de frente, ayudándose de su brazo para mantenerse algo erguido.
Se quedó un rato mirándome, pensando que dormía plácidamente. Seguramente estaba dudando entre despertarme o no. Casi me derrito cuando pasó sus ardientes y sedosos dedos por mi rostro para apartar mi pelo y acariciarme, todo el vello de mi cuerpo se puso de punta automáticamente, pero las mariposas de mi estómago aumentaron sus aleteos cuando se acercó y me dio un beso en los labios que fue intenso y dulce a la vez, muy, muy dulce.
Entonces, ya no pude evitar abrir los ojos para observar ese hermoso rostro que me sonreía.
―Buenos días, preciosa ―murmuró.
―Buenos días ―sonreí yo también.
Y volvió a acercar su rostro para darme otro beso. A mis labios les costó dejar que los suyos se marchasen.
―¿Has dormido bien? ―inquirió, apoyándose sobre su brazo otra vez.
Mi mente aún tenía demasiado frescas esas tórridas imágenes de hacía sólo unas horas, pero lo poco que había dormido lo había hecho en la gloria, a su lado.
―Sí, muy bien ―y acerqué el rostro para darle otro beso en los labios. Jacob sonrió―. ¿Y tú qué haces levantado ya? ¿Y por qué huele tan bien? ―le pregunté, disimulando que no sabía nada de su sorpresa.
―Genial, ya lo sabías ―se dio cuenta.
Me conocía demasiado bien, incluidos todos mis gestos, por mínimos que fueran.
―Noooo ―la negación, la cual empecé oscilando la voz con un tono agudo y terminé en un tono más grave, y que pretendía disimular mi pillaje, me salió un tanto exagerada. Jacob entrecerró los ojos para acusarme con la mirada mientras un lado de su labio se elevaba, esperando a ver cómo terminaba mi mentira―. No lo sabía. Bueno, es decir, ¿saber el qué?
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 1° parte)
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Regist...