¡NO! ¡NESSIE NO!
¡NESSIE!, rugí, histérico.
Fue automático, instintivo. Y todo ocurrió de una forma vertiginosa y frenética.
Clavé las patas en la hierba y me impulsé con cólera, saltando hacia allí a la vez que creaba mi elipse para lanzarla hacia ese maldito misil rojo.
―¡RENESMEE! ―gritó Edward, poniendo su pie por delante para saltar también.
―¡NOOO! ―chilló Bella, imitándole.
Pero a ninguno de los dos le dio tiempo de despegarse del suelo. Yo había saltado antes y llegué primero.
Ese maldito misil rojo se estampó contra mí sin cuartel cuando lo intercepté en pleno vuelo, golpeándome en todo el costado. Tuve algo de suerte y el círculo brillante que tenía preparado para hacer mi elipse, y que ya me había cubierto, amortiguó un poco el embuste y el poder de ese chorro sanguinolento, pero, aún así, mi círculo seguía siendo algo débil y el impacto sobre mis costillas fue tremendo.
El crujido de mi costillar no fue lo que más me dolió. Lo peor fue la quemazón de ese cañonazo lleno de magia negra que consiguió traspasar mi círculo y se internó dentro de mis entrañas. Mi esfera lo expulsó enseguida, haciendo que ese misil saliera despedido hacia fuera, pero fue demasiado tarde, sus efectos no se hicieron esperar. Lo sentí incrustándose con saña en mi organismo, carcomiéndome con voracidad, quemándome como si me recorriese un corrosivo ácido. ¡Maldita sea! ¡Y el dolor era insoportable!
―¡NOOO! ¡JAKE! ―chilló Nessie, llorando horrorizada, mientras su padre la sujetaba del brazo para apartarla de mi camino, ya que salí despedido hacia atrás, del fuerte empuje, y a punto estuve de llevármela por delante.
¡Mierda! ¡Dolía mucho! Tanto, que no pude evitar gemir mientras caía en el suelo y me arrastraba varios metros.
―¡JACOB! ―voceó Bella.
―¡JAKE! ―gritó Nessie otra vez, entre lágrimas, zafándose de los brazos de Edward.
Corrió hacia mí y dejó caer las rodillas en la hierba para abrazarme, aunque Edward y Bella también se acercaron. Toda mi manada se apresuró a rodearme para protegerme, lloriqueando, mientras el resto se tuvo que quedar en su puesto sin remedio, por si había otro ataque.
Intenté levantarme, pero mis patas estaban demasiado débiles.
―Jake… ―sollozó Nessie al tiempo que ponía mi cabeza en su regazo.
Nessie…, contesté a duras penas.
―Jacob… ―escuché susurrar a Bella con un hilo de voz.
Bella, tu escudo, le avisé, dolorido.
―Tu escudo, Bella ―le transmitió Edward.
Inmediatamente, mi amiga volvió a erigir ese muro que nos protegía de los ataques de los magos, ya que, con el susto, había dejado de hacerlo.
Notaba cómo mis costillas ya se estaban regenerando, pero la quemazón me estaba aniquilando por dentro, como si miles de gusanos candentes devorasen todos mis órganos a una velocidad ultrasónica. Si esto seguía así…
¡No!, lloró Nessie, con rabia, al ver mis pensamientos, mientras sus manos se afanaban en acariciarme. ¡No puedes dejarme aquí, ¿me oyes?! ¡Todavía nos quedan muchas cosas por vivir! ¡Tienes que llevarme en la Harley por la autopista hasta Seattle, ¿recuerdas?! ¡Y tenemos que tener muchos hijos!
Nessie…
―Parece que nuestro Gran Lobo está… derrotado ―afirmó Aro con una sonrisa chulesca.
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 1° parte)
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Regist...