Esto daba verdadero vértigo.
Ese bastardo de Razvan me dedicó una mirada amenazante y combativa que no dudé en corresponder, estaba deseando enfrentarme a él, aunque tuvo que centrarse en otros menesteres primero, para mi desgracia. Hubiera ido igualmente a por él, pero mi prioridad era Nessie. Su protección estaba por encima de cualquier cosa, incluso la venganza, por muy fuerte que fuera este sentimiento, que lo era.
Los magos se pusieron a lanzarse chorros de energía negra los unos a los otros. Parecían enormes manguerazos de petróleo, de veras, jamás había visto cosa igual. Los chorros de los magos de Aro chocaban contra las burbujas de color violeta de esos desgraciados de Nikoláy, Ruslán y Razvan, estallando en miles de lucecitas y chispas oscuras, y no llegaban a alcanzarles. Por primera vez en mi vida deseé que el bando de Aro ganase, con todas mis fuerzas. Sí, vale, lo sé, no dejaban de ser los asquerosos y decrépitos Vulturis, pero esos tres búlgaros le habían hecho tanto daño a mi ángel, que me resultaba imposible no desearlo. Me daba igual, con tal de que desaparecieran del mapa. Aunque, pensándolo bien, me sentiría muchísimo mejor si fuera yo el que los aniquilase. Mierda.
De pronto, me quedé perplejo. Los chorros de magia negra de esos tres desgraciados tampoco llegaban a alcanzar a los cinco magos, sino que se estampaban contra algo invisible que no conseguía ver, bueno, no es que no consiguiera verlo, es que no había nada, demonios. ¿Contra qué chocaban?
Esa momia canosa de Cayo se abalanzó sobre Vladimir con una habilidad increíble, la verdad, tenía que reconocerlo, sin embargo, cuando Stefan iba a por Aro, éste le esquivó con unos reflejos puramente sobrenaturales y prefirió arrojarse contra el barbudo de Nikoláy.
―¡Maldito! ―gritó Stefan, cabreado.
Pero ya no pudo protestar más. Ese grandullón de Felix se abalanzó sobre él y ya no le quedó más remedio que luchar contra éste al tiempo que rechinaba los dientes con evidente disgusto.
Nikoláy desvió su chorro azabache hacia ese chiflado de Aro, pero, para mi asombro de nuevo, chocó con algo y, como había sucedido antes con mi elipse brillante y la Pitufina, esa energía negra se repartió a su alrededor, sin llegar a tocarle. Aro no se detuvo y chocó con la burbuja de Nikoláy, pero no pareció darle más importancia. Cayó hacia atrás, de pie, con una elegancia digna de un bailarín, y levantó su tísica mano.
¿Pero contra qué demonios chocaba la energía negra?
Uno de sus magos dejó su puesto y voló junto a él a la vez que los otros cuatro continuaban con su enfrentamiento con Ruslán y ese malnacido de Razvan, que seguía mirándome de vez en cuando, el muy hijo de perra.
No pude evitar que mi garganta vibrase, todo mi cuerpo reclamaba venganza. Pero, maldita sea, de momento, no podía, no podía. Nessie era lo primero y más importante para mí.
El mago rojo comenzó otra lucha particular contra el barbudo Nikoláy al tiempo que Aro observaba la pugna con mucha atención. Al fijarme en esto mis pupilas no pudieron evitar mirar ese espeluznante medallón otra vez. Ese ojo escarlata seguía clavándome su particular mirada y la pelambrera de mis hombros se puso de punta una vez más.
El encapuchado había abalanzado su ancho y negro látigo sobre el adormilado, pero Bella no tardó en salir a escena para interponerse, extendiendo su impresionante barrera por delante. El encapuchado se arrojó hacia ella…
―¡Noooo! ―chilló Nessie, ya tensando las piernas para coger impulso.
…pero, afortunadamente, Demetri saltó hacia él y no llegó a tocarla un pelo. Estaba claro que no lo había hecho para defenderla, ni mucho menos, sino que seguramente les interesaba más que Bella estuviera concentrada en erigir su barrera para proteger a la momia dormida, controlada por esa hipnosis, como si fuese una marioneta. Bueno, mientras estuviera a salvo, eso era lo de menos.
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JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 1° parte)
FanfictionEste libro está registrado en Save Creative para evitar posibles plagios. Todos los derechos están reservados a Tamara Gutiérrez Pardo, la mala utilización de los mismos por parte de otras personas podría ser objeto de sanción y/o delito. No. Regist...