CUANDO UNO NO TIENE CONFIANZA EN SÍ MISMO, PASA LO QUE PASA

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No podía creerlo.

Mi círculo de luz brillante se transformó en una densa nube de polvo, consistente en minúsculas virutas chispeantes, y ante nuestras atónitas pupilas salió disparada hacia ese maldito medallón. Éste palpitó una sola vez y engulló toda la nube, sorbiéndola con verdaderas ganas.

Pero, ¡¿qué…?! ¡¿Qué demonios había pasado?! ¡¿Cómo que esa cosa estaba absorbiendo mi poder espiritual?! ¡¿Por eso me encontraba tan débil?! Sí, maldición, era como si esa tela negra me hubiera succionado la energía, aunque ahora parecía que esa mierda había dejado de hacerlo.

¡Cuidado!, gritó Michael.

Mi vista se fue súbitamente hacia arriba y mis desquiciados ojos se abrieron como platos cuando vi cómo esa maldita tela negra, la cual nacía de la pupila de ese medallón, se echaba sobre nosotros con rabia, igual que la red de un barco pesquero.

¡Mierda! ¡Mierda! Ahora estábamos totalmente desprotegidos.

―¡¿Qué está pasando?! ―repitió Bella, sin entender nada.

Pero nadie la pudo contestar.

Ya estaba a punto de ordenarle a Nessie que escapara, cuando, de repente, una luz brillante que provenía de mi lado izquierdo pasó por delante de mis narices con una rapidez vertiginosa. En una milésima de segundo, una membrana que brillaba del mismo modo nos cubrió a todos, creándose una burbuja a nuestro alrededor. Giré la cabeza y vi que era la pulsera de mi chica, que había erigido su barrera.

¡Genial!, aclamó Seth, pisándome a mí.

Esa maléfica tela negra se estampó en la burbuja y no llegó a nosotros, pero, al igual que había hecho con mi barrera, se quedó sobre ella para comenzar a bombear. Parecía una maldita ventosa.

¡Y una mierda! ¡Otra vez no! Esa barrera era lo único que nos quedaba.

Ni me lo pensé. Tenía pocas fuerzas, pero las suficientes como para crear mi elipse. La erigí rápidamente y la lancé contra esa tela negra, con ira. Como si fuera un frisbee, mi círculo elíptico chocó con esa masa negra que estaba pegada a nuestra burbuja protectora, haciendo que por fin se despegase y saliera despedida hacia arriba, otra vez en forma de chorro azabache.

¡Bien, Jake!, exclamó Shubael.

¿Estás bien?, me preguntó Nessie, mirándome preocupada.

Sí, no te preocupes, le dije para tranquilizarla.

―¡¿Qué está pasando?! ―quiso saber Bella, por enésima vez.

―El medallón ha absorbido parte del poder espiritual de Jacob y nos ha dejado sin barrera, pero la pulsera de Renesmee ha erigido una nueva ―empezó a aclarar Edward mientras mi elipse giraba y giraba sin parar, con el fin de que ese chorro no se acercase a la barrera―. Ahora Jacob está tratando de que esa energía negra no haga lo mismo con esta burbuja que nos protege. Su elipse está luchando con ese… chorro azabache ―terminó, usando el mismo término que yo para denominar a esa magia negra que nos atacaba.

―Este medallón es impresionante, ¿no crees? ―sonrió Aro.

¡Arg! Su sonrisa chulesca y arrogante me daba asco, ¡asco!

¡Maldito chupasangres!, rugí, al tiempo que hacía girar mi elipse, sujetándola desde el núcleo.

El chorro negro chocaba con la misma, al intentar llegar a la burbuja. Bella seguía sosteniendo su escudo delante de nosotros, para evitar cualquier ataque de los hermanos canijos o de cualquiera de las sanguijuelas que teníamos enfrente.

JACOB Y NESSIE NUEVA ERA II (Comienzo 1° parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora