¿Descanso?

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Los tubos habían hecho un enorme estruendo provocando que Izaya parpadeara varias veces, ¿Qué demonios...? No sabía que traía Shizuo entre las manos pero sus fuertes gritos se escuchaban hasta donde este estaba, se levantó intentando hacer más ruido para que Shizuo le sacara de aquel lugar, golpeaba la puerta como podía sin hacer demasiado esfuerzo pero nada lograba

-¡Devuelveme a la pulga! - el enorme grito de Shizuo hizo que Izaya se detuviera unos momentos, de nuevo no le entendía, primero hablaba de entregarle, después había cambiado aquella expresión por... chasqueo la lengua negando, en su debido momento le pediría alguna explicación, ahora solo quería salir de ahí.

-¡Shizu-chan! ¡Sácame de aquí! - Izaya gritaba inutilmente, Shizuo no parecía escucharle y los estruendos provocados por el mismo solo empeoraban la situación, aquella bodega parecía que se caería si Shizuo seguía atacando de aquella forma -¡Shizu-chan! - gritó más fuerte pero seguía de la misma forma, negó al mismo tiempo que regresaba a aquella habitación, seguramente había algo que le ayudaría a hacerle saber al rubio donde estaba.

Shiki a duras penas podía lograr evadir todo lo que Shizuo le lanzaba con euforia, se estaba viendo en la peor situación lentamente pero más que ello, si seguía de aquella forma, seguramente terminaría muerto y aunque ello terminaría con "todo" no quería terminar muerto a manos de Shizuo

-Supongo que no tengo otra opción... - murmuró para sí mismo, había sacado un pequeño control, Izaya frunció el ceño al ver como en aquella enorme habitación salía un extraño micrófono, ¿Que había preparado Shiki?

-¡Devuelveme a la pulga! - gritó más fuerte Shizuo, no se detendría hasta no encontrar a Izaya pero ni él mismo se daba cuenta de que solo estaba empeorando las cosas. Shiki estaba siendo acorralado a cada paso que daba, Shizuo no se detendría hasta que este no le dijera donde estaba Izaya y bien podía usarle como distracción, no podía seguir permitiendo que Shizuo le arrinconara, no mientras no llegaran por él, maldecía que él tiempo pasara tan lento cuando estaba frente a aquel rubio pero también debía detenerles, debía dejarles en claro que no podían seguir con ello.

Había dudado de sus acciones, había incluso temido de que su cabeza fuera arrancada por Shizuo cuando hiciera su movimiento, pero sino lo hacía estaba claro que iba a morir a manos de Shizuo... tomo aire y justo cuando aquel tubo de metal había pasado por su costado rasgando su traje y cortando su piel, este se había lanzado contra aquella palanca, necesitaba tiempo, necesitaba distraer al rubio, había vuelto a abrir aquella compuerta dejando que ambos fueran fueran distraídos por esta. Izaya había encontrado su salida y Shizuo había encontrado a su pulga. Le había sacado tomando su mano y jalado como si de una muñeca se tratara pero lo había hecho con cuidado, después de todo él embarazo de Izaya solo complicaba las cosas. Ambos se miraron el uno al otro, mantuvieron la calma unos momentos antes de mirar de nueva cuenta a aquel hombre que jadeaba tomando aire a horcajadas, aquel hombre que sudaba ya por nerviosismo y el constante movimiento para evitar los golpes de Shizuo. Izaya le veía con cierto desprecio mientras que aquel hombre solo le dedicaba una ligera sonrisa, sabía que pasaría ahora, Izaya soltaría a su "perro" para que le matase mientras que él estaba completamente orillado a la muerte con aquel par frente a ellos, pero solo necesitaba unos minutos más, solo unos cuantos minutos más para que todo ello acabara, tanto para él como para ambos hombres, no necesitaban seguir, solo debían vivir su vida, había cumplido con su parte del trato, ahora solo esperaba que le permitieran continuar con lo que él originalmente era, solo un "yakuza más", solo alguien más en aquella ciudad donde todo se ponía patas arriba. Soltó un fuerte suspiro haciendo que Shizuo se posara frente a Izaya, no le dejaría tocar a Izaya, le mataría si planeaba algo y Shizuo ya había visto él arma que cargaba aquel hombre consigo, aquello solo le había hecho subir la guardia, definitivamente tenía que atacar primero, al menos eso pensaba mientras aquel hombre comenzaba a reír, tomó su frente y negó al mismo tiempo que levantaba los brazos

Sr. and Sr. HeiwajimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora