Pelea

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Después de la repentina visita a Shinra y el claro aviso de que no debía decir nada sobre su embarazo, Shizuo, Izaya y Mikado solamente vagaban en la ciudad, Izaya por su parte iba ligeramente más adelante de ambos, estaba de mal humor y no tenía ni siquiera ganas de aguantar a Mikado o Shizuo, tenían cosas que hacer y más que ello, Izaya estaba desesperado pues su tiempo estaba siendo cortado a medida que pasaban los días, ya casi tenía cuatro meses con aquel niño, ya casi habían pasado cuatro meses desde que le habían casado por la fuerza con Shizuo, pero ahora no era tiempo de pensar en ello, sino en enfocarse en Mikado, parecía que el tenía una especie de relación con Kida, relación que realmente esperaba puesto que ninguno se separaba del otro, no hasta que Saki había vuelto a la vida de Kida, desde que su "muñeca" había cobrado vida y le había dado razones a Kida para jugar con quien no debía hacerlo... suspiro un poco pesado, su mente ahora divagaba en viejos recuerdos, se detuvo abruptamente al mismo tiempo que sonreía, sus días comenzarían de nuevo a ser interesantes...

Tan pronto como la noche había caído y Mikado yacía dormido en el futón de la sala, Izaya había salido, no le gustaba del todo la idea, pero lograría generar algunas cosas, desde peleas hasta celos hacia aquel rubio molesto. Había estado toda la noche "trabajando" en lo que él quería hacer y aunque al principio no estuvo del todo cómodo con hacerlo, al imaginar la expresión de Kida le sería lo suficientemente satisfactorio como para que todo ello hubiera valido la pena. La mañana había llegado y tras hacer que Mikado fuera al instituto, Izaya y Shizuo le seguían, uno con ojeras y el otro en completo silencio, muriendo de celos y alerta de lo que pudiera pasar, Izaya sabía que Kida iría tras Mikado después de ver como él se aferraba en aquel abrazo, de verle llorar y sabía que llevaría a Saki, aunque estaría lejos para evitar problemas, ello no quitaría que Saki también sufriría con lo que ocurriría.

—Mikado —

La voz de Kida le hizo apresurar el paso, no quería tener que hablar con él y había sido lo suficientemente directo como para dejarle claro que no quería hablar con él, no lo quería cerca pero ello poco le importaba. Le detuvo jalando su mano y su expresión se heló... Mikado tenía marcas rojas en el cuello, tenía hematomas por todo el cuello que bajaban, su conciencia se nubló, jaló a Mikado con el por la fuerza ignorando por completo a Saki que le veía preocupada

—Ki...—

—Quédate ahí, ya vuelvo —

La interrumpió mientras su conciencia se desvanecía entre los celos y la rabia, las marcas en el cuerpo de Mikado... sabía que Izaya tramaba algo por aquella sonrisa, pero no esperaba que fuera tan zorra como para haberse metido con lo que consideraba suyo, con quien consideraba suyo a pesar de no tener nada con él, se había metido con SU Mikado y ello no lo perdonaría. Le había arrastrado hasta los baños, le aprisionó contra el inodoro al mismo tiempo que abría sus ropas por la fuerza, había atado las manos de Mikado con corbata, le habría abierto toda la camisa y su expresión palideció aun más al mismo tiempo que su conciencia se había ido totalmente... Mikado estaba lleno de marcas por todos lados, su desde el cuello, los hombros, el abdomen, muy cerca de sus pezones, su clavícula, aquellos hematomas eran ya semi morados y se veían algunas marcas de dientes...

—Ese bastardo... —

Murmuró al mismo tiempo que comenzaba a morder a Mikado en cada marca que este tenía, Mikado intentaba soltarse y apartarlo mientras se quejaba por sus mordidas, por la succión que hacía que le doliera la piel...

—Duele... detente —

Murmuraba queriendo empujarle con las piernas pero no lograba nada, sus piernas eran aprisionadas por las manos de Kida sin dejarle moverse, las marcas, la saliva, el calor que iba creciendo solamente hacía que Mikado se sintiera peor, las palabras de Izaya y Shizuo solo se repetían en su cabeza pero su cuerpo reaccionaba, sus emociones mandaban aunque su orgullo estuviera gritando y llorando queriendo apartarle. Cedía lentamente al mismo tiempo que su cuerpo temblaba, había visto las marcas que el mismo Izaya le había hecho, las odiaba, no quería verlas a pesar de que en algún momento le había gustado aquel informante loco, pero ahora, aquellas marcas eran sustituidas por el mismo Kida, sus celos le habían orillado a hacerle marcas aún mas grandes, a encajar sus dientes hasta casi sacarle sangre y sacando algunas gotas en algunas marcas que le hacía, se separó jadeando al mismo tiempo que su boca soltaba un poco de saliva, había llenado a Mikado de saliva, sangre y más marcas mientras este lloraba con la cara roja y respiraba más que agitado.

Sr. and Sr. HeiwajimaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora