Después de dar el susto más épico de toda mi vida, hice un par de cosas y luego estuve deambulando por a ciudad. A eso de las siete de la mañana aún pasaba por ahí, no había casi nadie en la calle. Luego de un rato vi a un chico sentado contra una pared, frente a él había una lata, al parecer esperaba a que le dieran una limosna, decidí acercarme a él, al llegar a su lado dejé que solo él pudiera verme. Al darse cuenta de mi presencia él levantó la vista.
- ¿Tiene algo para darme? - fue lo primero que me preguntó.
- Tal vez si, tal vez no. Depende de ti. - dije misteriosamente.
- ¿Cómo que depende de mi?- habló bruscamente frunciendo el ceño. Yo volví a hablar ignorando completamente lo que dijo.
- ¿Qué edad tienes?- dije mientras me sentaba como un indio a su lado.
- Tengo 15 -respondió osco.
- ¿Tienes padres? -
- Si -
- ¿Por qué no estas con ellos?-
- Me fui de casa hace unos meses - dijo agachando la cabeza y desviando la mirada.
- ¿Por qué?-
- Porque me pelee con ellos-
- ¿Por qué pelearon?- insistí.
- No te parece que haces demasiadas preguntas - dijo perdiendo la paciencia. Al ver que yo solo lo miraba esperando la respuesta se rindió.- Me castigaron. Quería ir a un viaje a Florida con unos amigos, ellos me dijeron que no y me encontraron escapándome para ir con ellos-
- Eres algo rebelde. Te haré una pregunta, y quiero que la pienses bien antes de responder, ¿Se te ocurrió preguntarte por qué tus padres no querían dejarte ir con tus amigos a ese viaje?- dije y él solo agachó la cabeza.
- No - dijo secamente después de un rato.
- Tal vez solo querían evitarte algo- dije - ¿Qué haces para que te den limosnas?- agregué cambiando de tema luego de unos minutos de silencio.
- Nada. Solo tener paciencia y esperar a que alguien me dé algún centavo - dijo
- Mmmm... lamento decirte pero en la vida uno debe dar para merecer recibir algo, no esperar de brazos cruzados a que nos den. ¿Qué sabes hacer? - dije mientras miraba que empezaba a haber más gente en la calle. Tenía que darme prisa.
- Sé tocar la flauta y la armónica, también se algunos pasos de hip-hop - dijo sin entenderme del todo.
- ¿Y por qué no aprovechas eso que sabes y lo usas para algo productivo? - dije fingiendo incredulidad.
- Pero no tengo ni una flauta, ni una armónica, tampoco una radio para bailar - dijo decepcionado.
- Tal vez te sirva de algo esto - dije poniendo junto a él una flauta negra. Noté que la gente ya miraba raro al chico, ya que para ellos hablaba solo. Al parecer él también lo noto.
- Te están mirando raro porque hablas con un mendigo - dijo mirando al suelo. Yo sonreí.
- Te miran raro a ti. Para ellos hablas solo, ellos no pueden verme. - dije pareciendo normal.
- ¿Cómo... - empezó a decir pero lo interrumpí.
- No importa cómo, ni por qué. ¿Qué te parece si tocas algo para mi? - le sugerí
- ¿Cómo qué? -
- No lo sé, lo que te guste. - dije simplemente. Él lo pensó unos segundos, luego sonrió, se llevó la flauta a la boca y las notas empezaron a brotar. Tocaba bastante bien. Yo me levanté y antes de irme le susurré al oído.
- Intenta volver a casa con tus padres, quizás te estén buscando. Si es así, reconcíliate con ellos, si no, sigue adelante, tienes las herramientas, úsalas a tu favor y conveniencia.- dije y me esfumé de su vista. Espero que este chico pueda salir adelante de cualquiera de las dos maneras. Mientras me alejaba escuchaba el sonido de la flauta, y al voltear, pude ver que algunas personas le dejaban algunas monedas. Volví mi vista al frente y me frené de golpe, el cruce en el que estaba no me era para nada agradable, me traía pésimos recuerdos. Doblé la esquina y seguí mi camino por otro lado. Me puse a hacer cuentas, si no me equivocaba me faltarían unas cuatro personas, no menos. Después de meses sin poder ayudar a nadie, el darle ese empujoncito a aquel chico era bastante animador. Hace poco descubrí que sí tengo un tiempo límite para ayudar a las cien personas, y es de un año a partir de la primera persona a la que ayudé. En resumen, tengo que ayudar a unas cuatro personas en cuestión de un mes, sino no podré salir del coma, o mejor dicho, saldré del coma para entrar a la muerte.
Caminado sumida en mis pensamientos terminé dando a parar al "condominio Blacke" donde vivía toda mi familia. Bueno, en realidad no es un condominio, la gente lo llama así porque mi familia vive en este barrio, y cuando me refiero a mi familia, es a toda mi familia, desde mis abuelos a mis sobrinos y primos. Originalmente vivíamos todos en cuatro casas, una al lado de la otra, pero luego cada uno de los hijos fue formando su propia familia o simplemente creció y se fue a vivir a su casa propia, pero a la hora de escoger la casa donde vivir siempre terminamos comprando una cerca de las demás, y por eso terminamos ocupando toda una de las manzanas, y a raíz de eso se las unieron todas a través de un patio central que las conecta a todas. Eso sí, no se puede decir que no tenemos un jardín amplio. Ya que había terminado aquí, decidí dar un vistazo de como estaban las cosas con mi familia. Entré al patio central y allí vi a mis sobrinos jugando y correteando por todos lados, parecían unos locos que acababan de escapar del manicomio. Pude ver, y escuchar, a los gemelos, Camilo y Leonzio, discutiendo como siempre debajo de los naranjos que estaban en flor. Por cerca vi a la gran mayoría de los hambres de la familia Blacke, deduje que al ser de mañana, todas las chicas estarían en la cocina preparando el almuerzo, y como normalmente comíamos siempre juntos la comida se hacía en su gran mayoría en la cocina de "la casa principal" o la casa de mis padres, así que fue allí a donde fui y no me equivoqué, estaban todas allí junto con mi padre, los abuelos y uno que otro de los maridos que no estaba trabajando en algo en el jardín estaba pelando o cortando alguna verdura o carne. Todos reían y bromeaban de alguna cosa, yo me quedé allí parada escuchándolos reír, ¡como quería volver!. Después de unos minutos el silencio reinó en la habitación, sus rostros se volvieron nostálgicos, al rato escuché a mi abuela Carlotta hablar.
- Ya va casi un año y ella no despierta- dijo suspirando.
- Como dicen, "la esperanza es lo último que muere". Solo hay que esperar y ya verás que despertará y esta casa volverá a su locura normal, amor - dijo el abuelo Jhon bromeando un poco para calmar el ambiente. Me sentía mal porque por un descuido mio terminé haciendo pasar mal a todos. Luego de estar un par de horas allí, decidí que era momento de enfrentarme al problema que me encontraría en casa de Emerson y el sinfín de explicaciones que debería dar, pero al problema hay que enfrentarlo y ya no se lo podía posponer más, así que... ¡a la carga con él! Que alguien me ayude...
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Valery RedKiss
Baci!!!<3
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«El Espíritu de la Chica» (Palaye Royale) (Terminada)
RomanceEl espíritu de una chica sin nombre, que está en coma desde hace un año, solo puede volver a su cuerpo si ayuda a 100 personas. Pero... ¿Cómo podrá hacerlo si nadie puede verla, oírla o tocarla? Esta chica sin nombre, mientras busca a quién ayudar...