Hablé con Amos por más de media hora, no nos pusimos al día de todo pero sí de lo más importante, como por ejemplo que el gigante se va a casar en breve, pero no me dijo con quién, solo que era alguien a quién conocía muy bien. Después de hablar con él, o mejor dicho, mientras hablaba con él, entró un grupo de mis familiares que prácticamente corrió a Amos de allí. Este viendo la situación, se despidió a la distancia con una inclinación de cabeza y una sonrisa de lado a lado, para luego darse la vuelta e irse.
Cuando Amos desapareció del umbral de la puerta dejó a la vista, por encima de las cabezas que abarrotaban la habitación del hospital, a cierto sombrero de ala ancha un tanto maltrecho siendo sujetado en alto por una mano huesuda con la muñeca cubierta de pulseras y un anillo dorado con una piedra negra en el dedo. Era Emerson, que venía acompañado de... mi hermana Ámbar. Esperaba ver a Remington también, pero no lograba distinguir a su pelo de erizo entre la multitud. Mientras recibía abrazos, besos, palabras de bienvenida, algunos chistes y regalos de mis familiares, Ámbar y Emerson se fueron acercando poco a poco por entre el mar de gente que había allí, mientras avanzaban podía escuchar a mi hermana espantar a mis familiares de allí para que se retiraran por un momento y poder hablar conmigo en privado. Cuando se fue el último de la sala, Ámbar cerró la puerta para evitar que entraran otros y hablar con migo tranquilamente. Emerson estaba parado en el medio de la habitación colocándose nuevamente el sombrero.
- Muy bien, hermanita. Te quiero presentar a alguien.- dijo aparentemente nerviosa retorciéndose las manos. Como quien no quiere la cosa me hizo un guiño, en señal de que le siguiera la corriente.
- Bien, preséntame a todos los que quieras, pero deja de retorcerte los dedos que te los terminarás quebrando. - dije en un tono de broma siguiendo el juego. Ella soltó las manos y miró con una leve sonrisa a nuestra victima... Ejem, quiero decir, Emerson.
- Graciosa. Cit, te presento a Emerson - hizo una pausa, dejando la frase inconclusa para crear la expectación - mi novio. - finalizó luego de cerrar los ojos. Yo me quedé en silencio fingiendo un poco de sorpresa, y agachando la cabeza con un semblante serio. Sabía perfectamente que ellos eran novios, realmente no me importaba mientras mi hermana estuviera bien. Y ella sabía muy bien que esa era mi postura.
- Conque tu novio. ¿Hace cuánto? - dije interpretando mi papel.
- Dos años.
- ¿Desde antes de que entrara en coma y no me dijiste nada? - pregunté aparentemente dolida.
- No se lo había dicho a nadie hasta después de que entraste en coma. - dijo intentando "defenderse" de mis acusaciones.
Sin poder aguantarme ni un poco más, solté la risa que intentaba esconder penosamente. Tengo que practicar un poco más. Al levantar la mirada vi a Emerson mirándome rabioso y a mi hermana con una sonrisilla mal disimulada. El pobre de Emerson se había creído que me había enojado por eso.
- Lo siento, sombrerero. No pude evitar hacer la broma. - dije, a lo que él reaccionó con sorpresa. Tarde me di cuenta de que lo había llamado por el apodo que le había puesto mientras era un espíritu. Como Ámbar parecía no haberlo notado, o haberlo pasado por alto, yo también lo dejé pasar.
- No hay problema. Ya me jugaron bromas más pesadas.- dijo haciendo referencia a lo que le habían hecho mis sobrinos el día anterior. Mi hermana lo entendió y comenzó a relatarme lo que habían hecho.
-Cuando lo llevé a la casa estaba delirando y se tropezaba con absolutamente todo. - dijo entre la risa y la preocupación. - Remington hoy me comentó que armó un desastre en su habitación y que hoy no lo lograba despertar. - añadió ya totalmente preocupada.
- Ay ay ay. Osea que en realidad no cambió nada a pesar de mi extendida ausencia en este mundo. - dije cuando se terminó la conversación. No pude evitar notar un detalle, Ámbar había escondido el detalle del pedido de casamiento, y tenía la sensación de que Emerson lo agradecía.
De un momento a otro se abrió la puerta dejando ver a uno de mis primos quién dijo con un ánimo increíble - Lo siento Ámbar pero tu turno se terminó, tienes que dejar a los otros. Sino no les va a dar el tiempo de verla en el horario de visitas.
- Pues bien, lamento decirte que vas a estar bastante ocupada por lo que queda de la hora de visita. - comentó mientras mi primo cerraba la puerta. Poco después ellos se fueron dejando el espacio para los demás. Durante toda la hora estuve recibiendo visitas. Y toda la hora tuve la esperanza, un tanto ilógica, de que Remington fuera a visitarme.
Ya casi terminaba la hora de visita y no lograba tener la valentía suficiente para entrar. De hecho, estaba en frente de su puerta. Había esperado a que se fueran sus familiares para no tener que dar explicaciones. Estaba seguro de que me recordaría pues a Emerson lo había recordado. Así que tomé un respiro y abrí la puerta apenas.
No había llamado, así que no me vio. Ella estaba mirando por la ventana pensativa, en su propio mundo. Su expresión parecía mostrar un rastro de tristeza. Volví a cerrar la puerta y esta vez toqué. Escuché un "pase" un tanto desanimado por parte de ella y me adentré en la habitación. Fue un poco gracioso ver su cara, estaba un tanto cabizbaja pero de la nada pareciera que se había iluminado. Tal parece que no era el único que esperaba la visita.
- Hola, lo siento por venir hasta el último. - dije excusándome - No quería venir mientras estuvieran tus familiares, sería un poco extraño porque realmente no nos conocíamos de antes y no tengo exactamente una relación con tu familia - agregué más nervioso de lo que pensaba. Ella se dio cuenta de esto y simplemente se rió de ello. A mí se me terminó por formar una sonrisa.
- Realmente pensé que no vendrías - dijo cuando calmó su risa.
- ¿Por qué?
- Por lo que acabas de decir.
- ¿En serio crees que no vendría a visitar a mi amiga que acaba de salir del coma? - ella sólo se sonrojó levemente en respuesta. Era tierna. Me acerqué a su camilla pues seguía pegado a la puerta.
- ¿Cuándo te darán el alta? - pregunté mientras me sentaba en el borde de la camilla.
- No me lo dijeron todavía, pero quieren hacerme fisioterapia y mantenerme bajo control por un tiempo, así que creo no será pronto - dijo un poco desanimada. Por un impulso terminé por rodearle los hombros con mi brazo para intentar reconfortarla. Cuando me di cuenta de lo que había hecho me puse tenso, pero no iba a alejarme ahora.
Luego de eso estuvimos conversando de cosas triviales por un buen rato. Me enteré de que el grandullón que estaba con ella era un amigo de la infancia y que estaba por casarse, inexplicablemente sentí un alivio al saber eso.Luego llegó una enfermera con la merienda, y se sorprendió de verme allí. Me terminó corriendo mientras me decía que ya se habían pasado dos horas desde que terminó el horario de visitas. Casi no pude despedirme de Citrina, pero cuando salía pude verla contenta y riéndose de la situación. De nuevo terminó por formarse una sonrisa en mi rostro, con la que terminé por llegar a casa y que siguió allí hasta el día siguiente.
Bueno, eso es lo que salió después de un año. Espero que les guste y esté a la altura. Estoy un tanto oxidada, así que es muy posible que demore bastante en subir el siguiente capítulo.
Velery RedKiss
Baci!!
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«El Espíritu de la Chica» (Palaye Royale) (Terminada)
RomanceEl espíritu de una chica sin nombre, que está en coma desde hace un año, solo puede volver a su cuerpo si ayuda a 100 personas. Pero... ¿Cómo podrá hacerlo si nadie puede verla, oírla o tocarla? Esta chica sin nombre, mientras busca a quién ayudar...