Capitulo 7

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Estaba sobre el tejado de la casa de enfrente, hacía cerca de media hora que estaba aquí y aún no me llegaba el valor para entrar. Tenía miedo de lo que podría pasar. La verdad es que aunque solo hayan sido dos días de conocerlos, ya les había tomado cariño a ese par. Tal vez sea porque son los únicos que me ven sin que yo lo desee. En fin, en algún momento tendré que entrar. Me armé de valor y bajé del tejado, pude ver a Emerson en la ventana de la cocina, crucé lo más rápido que pude la calle para que no me viera. Al estar frente a la puerta me volvió la cobardía, cerré los ojos y antes de darme media vuelta y esconderme otra vez, dí un paso adelante y atravesé la puerta. Bien, ahora no había marcha atrás, me adentré en la casa, pero no fui a la cocina donde sabía que estaba Emerson, sino que fui a la parte de atrás por una puerta junto a las escaleras. No veía a nadie desde la puerta, pensé que no había nadie, así que me adentré en el lugar. A medida que me adentraba pude ver a Remington sentado en el sofá mirando la televisión, no llevaba las gafas así que no me podía ver. Me quedé parada mirándolo, parecía estar aburrido o cansado, pero no dejaba de mirar la televisión. Me incliné un poco para ver la televisión, era una película de Harry Potter, la cuarta para ser precisos, ahora que me fijaba en la película le sacaron muchas cosas que están en los libros, sinceramente prefiero el libro. Escuché a mi espalda que Emerson se acercaba, no podía salir de detrás de la columna o me vería, solo podía subir, comencé a flotar atravesando el techo. Al llegar al piso de arriba y abrir los ojos me di cuenta de que estaba dentro de un ropero. Esto solo me puede pasar a mi. Salí del dichoso ropero y me encontré con que estaba en la habitación de Remington. Al final me sigo escondiendo. Me senté en el borde de la cama a intentar reunir el valor perdido, estaba muy nerviosa, no quería que ellos me apartaran... como todos. Tomé una respiración profunda y me armé de valor, cuando estuve por ponerme de pie Remington entró y se tiró en la cama, parecía frustrado.

- ¿Dónde se metió? - dijo de la nada. Por un momento pensé que me estaba viendo, pero luego se dio la vuelta y dejó la rodilla en donde supuestamente estaban mis caderas. Aprovechando que estaba solo él, decidí que era hora de terminar con esto. Vi que en el tocador estaban las gafas, las tomé y las dejé caer frente a él, que enseguida levantó la cabeza y miró a todos lados como un loco, creo que intentando adivinar dónde estaba. Idiota, se supone que debe ponerse las gafas para verme. Parecía como que hubiera escuchado mis pensamientos porque se puso las gafas.

- ¿Desde cuándo estás ahí? - preguntó alarmado. Yo estaba nerviosa, no me salía ninguna palabra. - ¿Estás aquí desde la noche?- dijo desconfiado.

- No, solo desde hace unos veinte o veinticinco minutos - dije sin entender.

- Por suerte. No aparezcas en mi habitación sin avisar-

- No soy una niña para que me regañes - dije, para variar, explotando a la primera como siempre.

- Está bien no me grites. ¿Qué haces aquí? -

- Pues... mmmm... por lo de Stephanie...- ni siquiera terminé y él ya me había interrumpido.

- Sobre eso, te tengo un interrogatorio completo. Primero, ¿quieres decirme cómo te llamas?-

- Aunque quiera no te lo puedo decir -

- Ahhh... Bien. Segunda ¿de dónde se conocen tu y Stephannie? y ¿de que m****a hablaban anoche?-

- Era amiga de mi hermana mayor, Esmeralda, en la secundaria. Stephanie le lleva tres años a Esmeralda, pero aún así mi hermana parecía ser la mayor por siempre estar cuidándola y aconsejándola en ciertas cosas. La última vez que la vi ellas pelearon por una apuesta que involucraba a un compañero de Esmeralda, era una apuesta, Stephanie tenía que enamorarlo, y mi hermana se opuso a que lo hiciera. Como siempre la protectora, ella lo quería mucho, era como un hermano, pero por la apuesta y otras tantas cosas se terminaron separando todos, y... bueno, mi hermana estuvo mal por mucho tiempo, dejó de ser la sociable de siempre para ser una huraña desconfiada, no se cómo llegó a casarse siendo así. - dije explicando todo para que no me preguntara nada más sobre el tema.

- Eh... bueno. - se quedó callado por un buen rato, mirando sus pies. De repente levantó la mirada y me preguntó algo que sinceramente no me esperaba.- ¿De qué es la cicatriz de tu mejilla? - M*****o, y yo preocupándome por lo que me preguntarían de anoche, y este viene y me sale con lo de mi cicatriz.

- Me corté cuando era pequeña. Más bien me cortaron. - dije simplemente.

- Ah... - al ver que volvía a caer el silencio emprendí la retirada antes de que se pusiera incomodo.

- Bien, si es todo me voy - dije y me fui sin esperar respuesta. Listo había hablado con uno, ahora me falta hablar con Emerson, por Sebastian no me preocupaba ya que, si no me equivoco, le estará haciendo un interrogatorio a Stephanie. La última vez que vi a Emerson, estaba en la parte de atrás. Estaba a punto de bajar el primer escalón cuando escucho a Remington detrás de mi.

- No vallas que está con su novia - dijo prácticamente gritando desde el umbral.

- Te volviste totalmente loco - dijo un hombre que bajaba el tramo pequeño de escalera entre una puerta y donde estaba parado Remington. No me pude aguantar la risa, pobre Remington, ¿qué diría ahora para excusarse?. El hombre pasó de largo por mi, literalmente, y se fue. Yo todavía no controlaba mi risa y la cara de Remington cada vez se ponía más fiera, como pude me controlé y por fin pude hablar.

- De todas maneras iré. Si los pillo en medio de un beso, tal vez y lo espante un poco.- dije y de me volvió a escapar una risa, pero esta era un poco malévola. Ignorando totalmente que Remington tenía una cara de que si pudiera me mataría allí mismo y sin remordimientos, me di la vuelta y me fui a donde estaba supuestamente Emerson, y resultó estar donde lo prevenía, hablaba con alguien que supongo era su novia, no la podía ver en realidad porque estaba detrás de una pared. Pensaba aparecer de la nada y empezar a hacer comentarios y ponerlo en una situación incomoda, o darle un susto cuando me diera la espalda. Pero cuando ella se le acercó y pude ver quién era... la sorprendida fui yo.

Baci

Valery RedKiss

«El Espíritu de la Chica» (Palaye Royale) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora