Capitulo 9

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Hoy me desperté y lo primero que pensé fue en Ámbar, hacía un par de días que no la veía. Ignorando eso bajé a tomar un desayuno, Remington seguía dormido como un oso en hibernación. Me acordé de lo que había pasado la noche pasada y me vinieron a la mente todas las dudas que me surgieron con los sucesos de anoche. No lograba entender que relación hay o hubo entre "la chica" y Stephanie. Hablando de ello, ¿dónde estará esa chica?. Como ya había terminado de desayunar subí de nuevo a mi habitación a ver si terminaba con ese c*******o trabajo que tenía pendiente.

A eso del mediodía, Remington finalmente se levantó, pero con la velocidad de un caracol y con una pereza increíble en una persona. No podía creer que era mi hermano, yo no podía quedarme quieto por mucho tiempo, y él si pudiera dormiría una semana o más de corrido. Para variar él bajó y apenas terminó su desayuno se sentó frente a la televisión y puso una película. Yo había bajado para comer algo, mientras rebuscaba en los armarios a ver si encontraba algo, siento que suena mi celular con un mensaje de Ámbar diciendo que estaba a 4 calles de casa. Era como si supiera que pensaba en ella, en seguida me olvidé de lo que estaba haciendo y fui a avisarle a Remington de que ella venía en camino. Él apenas recibió la noticia y se fue a su habitación. Por mi parte, me senté en el sofá a esperarla, no se demoró más de cinco minutos y ya escuchaba que golpeaban la puerta. Apenas la había abierto y ella ya había saltado dentro de la casa, cerré la puerta y al darme la vuelta ella me besó de la nada. La hice pasar a la parte de atrás y allí nos quedamos hasta que ella se fue, pero antes me dijo algo que me dejó fuera de lugar el resto del día.

- Ah, Emerson. Mañana es el cumpleaños de los trillizos, y mis padres me pidieron que te invitara. - dijo, yo me había quedado mudo.- Si decides ir, mándame un mensaje, chau - agregó, y se iba yendo cuando la frené.

- Espera. Primero, no sé dónde se va a hacer el cumpleaños...- no me dejó terminar porque ya me estaba respondiendo.

- ¿Sabes donde vivo? - preguntó.

- Si...- dije dudando.

- Entonces sabes donde se va a hacer. Va a ser solo entre la familia, y algún amigo más cercano. - dijo, creo que intentando tranquilizarme.

 - Bien. Segunda, no te despediste. - le dije intentando parecer normal. Ella se rió y me dio un beso para luego irse. Yo volví a entrar a la casa y encerrarme en mi habitación. Creo que se me iba a seguir atrasando el trabajo, porque no se si podría sacarme de la cabeza lo de Ámbar y concentrarme en ello.


Ayer me había pasado el día pensando si aceptar o no la invitación. Casi a las ocho de la noche le mandé un mensaje a Ámbar preguntándole por la hora, ella me respondió diciendo que fuera cerca de las tres de la tarde. Ahora era la una, y todavía no estaba decidido de lo que hacer. La hora pasaba a demasiada velocidad para mi gusto, quería negarme y evadir el problema como el buen cobarde que era para este tipo de cosas, pero si quería salir adelante con Ámbar tendría que aceptar el reto. Eran las dos y cuarenta, terminé decidiéndome por aceptar ir, así que le mandé un mensaje a Ámbar diciéndole que me viniera a buscar, ya que no podría llegar exactamente a tiempo si iba caminando. Me arreglé medianamente, ya que no es que me guste arreglarme mucho, si lo hago termino estragando más que arreglando. En fin, escuché la bocina del auto de Ámbar, por lo que bajé, en el corredor de entrada me encontré a "la chica" que me miró extrañada, supongo que vio a su hermana afuera. Ayer me enteré por Remington que "la chica" es hermana de mi novia; si será pequeño este mundo.

- ¿A dónde vas con mi hermana, sombrerero? - me preguntó cruzando sus brazos.

- Me invitaron al cumpleaños de los trillizos - dije, su cara se convirtió en una interrogante.

- ¿Quiénes te invitaron? -

- Sus padres - dije y ella empezó a reírse de la nada, no entendía de qué.

- ¿Mis padres? Parece que te echaron el ojo, Emerson. Posiblemente, si les das una buena impresión, en cuanto salgas de allí estarán planeando la boda. - dijo para luego volver a carcajearse. Con eso que me dijo, estaba empezando a dudar de ir.

- Que cara pusiste. Estate tranquilo, solo bromeaba, no harán eso. Pero si te aseguro que estarán observándote todo el rato y juzgándote. - dijo volviendo a la seriedad. Se escuchó la bocina nuevamente. Antes de irme me acordé de algo que se me había olvidado.

- Ehhh... una cosa más. ¿Me puedes decir qué regalarles a tus hermanos? -

- No es algo que se acostumbre mucho el dar regalos, vale más tu presencia allí que algo material. Eso sí, no seas alguien desagradable. - hizo una pausa - Si estás más cómodo llevándoles algo, puedes darle algún collar o pendiente sencillos a Ruby y Agatha. Para Luca no sé que le podrías dar, es un tanto cambiante en sus gustos. De cualquier manera vas a tener que pedirle ayuda a mi hermana.- 

- Vale. ¿tu no irás?-

- Claro que si, no me pienso perder la visión de tu cara cuando te enteres de lo que hay detrás de la casa de mi hermana y quiénes son sus vecinos. Nos vemos allá.- dijo y se esfumó. Salí de la casa justo cuando Ámbar tocó por tercera vez la bocina. Esta me hace la competencia en la impaciencia. Me subí al asiento del copiloto, ella me miraba fijamente con una cara bastante chistosa.

- Te demoras más que una chica.- soltó de repente.

- Graciosa. ¿Me puedes decir qué regalarles a tus hermanos? Me vengo rompiendo el cerebro con eso desde hace un buen rato.- dije ya empezando a frustrarme.

- Primero que nada, no algo muy exagerado. Todos somos gente sencilla, preferimos las cosas simples. - hizo una pausa, pensativa - Creo que mejor vamos a una joyería, yo te ayudo a elegir. - estoy comenzando a creer que esta familia viene de otro mundo.

«El Espíritu de la Chica» (Palaye Royale) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora