"Salvado por un lindo chico".
Como Viktor lo prometió, al día siguiente no le dirigió la palabra a Yuuri.
La noche anterior había llegado a su casa y se había bañado, sin embargo cuando la mañana por fin hizo presencia su garganta ardía y su cuerpo comenzaba a doler.
No dijo nada, no porque no lo quisiera, simplemente era porque, si lo decía al fin y al cabo iba a ser ignorado por su padre.
Por eso, cuando llegó a la escuela y encontró a Yuuri, por instinto pensó en molestar un poco al azabache, pero en el preciso momento al llegar a su asiento recordó lo que había prometido y lo ignoró.
Quería saber el sentimiento que comenzaba a florecer y a descubrir en su interior, deseaba saber la razón de comenzar a permanecer al lado de Yuuri.
En ocasiones, tiraba sus cosas al suelo solo para ver un poco a Yuuri, quién la mayoría de veces se encontraba tomando apuntes en lo que el profesor decía o explicaba sin prestarle mínima atención.
Para cuando la campana del almuerzo llegó, Viktor no solo se veía mal, también se encontraba de la misma forma, sus mejillas estaban sonrojadas en un color poco habitual al natural, su respiración algunas veces era errática y lenta.
Más sin embargo el platinado no se inmutó a nada y quedó callado.
Para los ojos de Yuuri no había pasado desapercibido la actitud de Viktor, no solo en no hablarle, eso era lo que menos le interesaba, pero su estado de salud era cosa muy diferente.
—Viktor, ¿seguro que te sientes bien? —Chris había hablado preocupado por el estado del ruso.
Se encontraban en el techo del edificio habitual, el platinado se hallaba sentado en el suelo con la cabeza recargada a la pared, sus ojos se mostraban llorosos y sus mejillas cada vez más rojas.
—Estoy bien... me falta descansar y estaré como nuevo —dijo con voz ronca.
—Pero te ves terrible, déjame —antes de poner siquiera una mano sobre Viktor, este apartó su mano con delicadeza
—Ya te he dicho que sólo necesito dormir, no te preocupes —con una sonrisa cansada y forzada le respondió a su amigo —sólo cuida que no venga Jean o Diana, no estoy de humor para soportar sus chistes.
—No te preocupes, pero deberías de ir a la enfermería —una vez más sacaba esa voz preocupada.
—No quiero que mi madre venga, ella está trabajando, además, aunque llamaran a alguien no habría mucha diferencia, en casa nadie me cuidaría.
Chris quedó en silencio ante las palabras de su amigo y por unos instantes sintió lástima por él.
Viktor lo tenía todo y al mismo tiempo nada, tenía lujos, dinero y el respeto de la mayoría de las personas; pero a lo que un verdadero amigo o al menos una familia que se preocupara por él, eso no lo tenía.
Chris lo consideraba su amigo, pero Viktor no, y eso de alguna manera le molestaba y dolía al suizo.
—Muy bien, ¿quieres quedarte aquí y saltarte la primera hora?
—Iré a la biblioteca a dormir un poco, a esa hora no hay nadie.
—Te llevaré.
El cielo comenzaba a llenarse de nubes que amenazaban a seguir lloviendo, el viento era suave pero frío y comenzaba a avecinarse una suave llovizna.
Chris tomó a Viktor y le pasó una de sus manos a su cuello, sosteniéndolo y dándole soporte para que no cayera. Enseguida llevó su otra mano a la cintura del ruso y fueron a la biblioteca.
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Mi vecino de enfrente.
FanficViktor y Yuuri son adolescentes que asisten en la misma escuela y misma clase. Viviendo en dos mundos diferentes, siendo dos polos opuestos llegan a sentir una atracción. Viktor siendo orgulloso, hace una apuesta que lo hace perder más de lo que pu...