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"Palabras sin pensar".

El azabache entró a la tienda hecho una furia, no importaba que Viktor Nikiforov estuviera horas fuera del local, no iba a ser tan sencillo disculparse con él.

Yuuri se sentía en parte culpable, ya que si no hubiera confiado tan plenamente en él, ahora mismo no estaría enfadado, no solo consigo mismo, también con el ruso.

En cuanto puso un pie en el local, miró a su compañero de trabajo que barría entre los estantes y se sorprendió al comprobar que Itou no llevaba su típica chamarra azul que, a pesar que el color era muy bonito y claro, sus parches de variedades sobre ella, no lo eran, frutas, logos de bandas, botones de diferentes tamaños y colores, listones y algunos seguros opacaban la belleza de la chamarra.

Aquel chico agradable, al escuchar la puerta abrirse, miró a Yuuri con una sonrisa amable, típica de él.

—Buenas, Yuuri —dijo mientras sonreía —no te ves muy bien, ¿ha pasado algo?

—No, no ha pasado nada —con una sonrisa forzada y un movimiento leve de la cabeza, aseguró —sólo... he estado cansado últimamente a causa de una persona.

Itou lo miró un momento, sin embargo no dijo nada más y asintió.

Yuuri, en esas ocasiones no sabía cómo romper aquel silencio que los abordaba.

—Ah, por cierto —nuevamente Itou lo miró con una sonrisa —hace poco una mujer preguntó por ti.

—¿Una mujer? —preguntó Yuuri completamente confuso.

—Si, a pesar de ser un poco mayor, se comportaba de una manera muy infantil, me dijo que cuando llegaras te diera esto —dijo entregándole una nota —no dijo su nombre, pero me dijo que tú sabias quien era.

—Gracias —tomando la nota que le ofrecía la guardo sin leerla en su bolsillo —lo leeré después, gracias.

Su compañero levantó sus hombros en respuesta y siguió con su trabajo.

Yuuri, quien se colocó deras del mostrador, se quitó el abrigo que llevaba y leyó la nota que aquella misteriosa mujer había dejado.

Y aunque no quería aldmitirlo, se daba una idea del remitente.

"Yuuri, hoy fui a visitar la tienda donde trabajas, me quedaba cerca, así que mi curiosidad fue mayor. Y aunque no te encontré, dejé esta nota invitándote a la casa de campo en vacaciones. Mi Vitya está muy emocionado y ayer me pidió que te invitara. La verdad es que yo también quiero que nos acompañes. ¿Qué dices?, esperaré tu respuesta".

Yuuri tuvo que releer el contenido de aquella nota sin poderse creer el mensaje. Aunque faltaban dos meses para las vacaciones, era demasiado pronto para hacer planes. Todavía tenía que presentar exámenes y pasar sus materias.

Además, no tenía la mínima intención de volver a hablar con Viktor Nikiforov, pero tampoco se sentía bien al rechazar la invitación de Eleni por el idiota de su hijo, ella no tenía la culpa.

El gran dilema en el que se encontraba en estos momentos era demasiado, estaba completamente agradecido con Eleni por brindarle un lugar en donde dormir cuando más lo necesitaba, y no le gustaba ser malagradecido con los que lo ayudaban.

Sin embargo, Viktor Nikiforov era su hijo, y con él no era muy bien su relación, no le gustaba confiar en una persona como él, sin embargo, tampoco quería pasar el tiempo con él, y menos sus preciadas vacaciones.

¿Qué es lo que debía de hacer?, por el momento, olvidarse de aquella propuesta y sacar toda esa furia que llevaba dentro.

—Itou —dijo para llamar la atención de su compañero —¿te importa si pongo un disco?

Mi vecino de enfrente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora