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"Nueva vida, amores nuevos y personas nuevas".

Cuando Yuuri llegó a Detroit se encontró con una persona que jamás pensó que volvería a ver y ese era su amigo Phichit Chulanont. Aquel chico que conoció en secundaria años atrás;  la primera semana que había llegado a aquella escuela fue demasiado duro, las clases ya había comenzado y necesitaba ponerse a corriente en todas sus materias.

En comparación con la anterior, Yuuri decidió hacer amigos y aunque no era muy bueno hablando, trató de acercarse a las demás personas. Y como siempre, se trababa en las palabras, sin embargo los estudiantes que se encontraban en aquella escuela se mostraron amables y lo ayudaron.

El azabache sonrió y fue tan fácil integrarse al grupo que le pareció extraño. No lo podía creer y a pesar de todo se sentía completamente feliz.

El departamento que habían alquilado él y su hermana era a un buen precio, claro que se encontraba a media hora de la escuela.

Consiguió un trabajo de mesero en un pequeño bar que apenas comenzaba, y que, a pesar que la paga era un poco menos que su anterior trabajo en la tienda de discos, no era malo. El dueño era muy comprensivo  y al mismo tiempo amable.

Aprendió muchas cosas y el horario era flexible, ya que aquel bar se encontraba a unos cinco minutos de donde vivía. Además, en las noches grupos independientes tocaban en el escenario creando un ambiente relajante.

Jazz, blues, pop y algunas veces rock era el tema principal de aquel bar, aunque también se aceptaban todo tipo de género.

En las mañanas asistía a clases y agradecía hacerlo, ya que la mayoría de ellas se encontraba con Phichit, su mejor amigo.

—Yuuri —decía cada vez que llegaba tan frenético que siempre se colgaba del cuello de su amigo —¿Ya desayunaste?

—Phichit, no aparezcas de esa manera —dijo acomodándose sus lentes —no, te estaba esperando. Llegas tarde.

—Lo siento, lo siento —con las manos juntas y a la altura de su cara habló completamente avergonzado —es que Minami me llamó hace apenas unos minutos preguntándome por ti. ¿A que es genial que un chico como lo es él se interese por ti?

Al escuchar aquello, Yuuri se puso completamente rojo y bajó la mirada riendo.

—Minami solamente me ve como un icono de seguir, no creo que le interese de otra manera.

Phichit asintió a favor y sonrió. Se ajustó su mochila y caminó al lado de su amigo dirigiéndose a la cafetería cercana de la escuela.

—Es verdad —afirmó su amigo —pero es que has cambiado tanto desde la secundaria. Cuando vivías en Hasetsu eras demasiado tímido, ahora es un poco diferente, eres más abierto en tus pensamientos.

Yuuri sonrió y miró al cielo pasándose en sus labios una sonrisa nostálgica.

—Hay personas que te hacen cambiar, hay situaciones que te quiebran en mil pedazos, pero al mismo tiempo te hacen mucho más fuerte y algunas veces tienes que aprender a vivir con eso.

Phichit se detuvo y miró a su amigo con la boca abierta.

—Uau —exclamó completamente rojo —¿has estado leyendo novelas románticas otra vez?

El azabache rio y negó en silencio. Tomó a Phichit de los hombros y lo obligó a seguir, aunque su amigo le pedía saber de dónde sacaba tales expresiones, Yuuri negaba y decía que lo había leído en algún libro.

Al poner un pie en la cafetería el olor a café llegó a sus fosas nasales, el menor aspiró dicho aroma y se sentó en una mesa cerca del enorme vidrio de cristal que servía al mismo tiempo como ventana.  

Mi vecino de enfrente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora