❀28

3.3K 372 79
                                    

"Una noche para dos".

El día había pasado tan apresurado que cuando el atardecer comenzaba a hacer su presencia Viktor y Yuuri se habían sorprendido por lo tarde que era, y claro que se iban a sorprender pues estar juntos hacía que el tiempo pasara tan rápido que ni siquiera se daban cuenta de su alrededor.

Todo el resto del día desde que se separaron de Eleni y de Robert, ambos habían ido por su rumbo, subieron a juegos mecánicos haciendo que Viktor gritara y riera mientras que Yuuri solo maldecía en español, japonés e inglés. En cada juego mecánico que bajaban el cabello de cada uno era un desastre, el platinado reía y decía lo mucho que le había gustado pero para Yuuri no era el mismo sentimiento, ya que siempre bajaba demasiado pálido y con ascos.

En algún punto de aquella adrenalina que les ofrecía el parque temático se detuvieron y comieron para después ir a los juegos que su atracción principal era un buen chapuzón, en los cuales ambos terminaron empapados de pies a cabeza y con los dientes castañeando a causa del frío.

Y gracias a petición de Yuuri, después de aquellos juegos ya no se volvieron a subir a ninguna atracción, en vez de eso lo que restaba de la tarde se dedicaron a caminar, hablar y hacer chistes entre ellos. Se tomaron algunas fotos tanto individuales como juntos, claro que siempre a causa de la insistencia de Viktor, y bueno, no era como si Yuuri se negara, ya que al tener al ruso tan cerca de él inconscientemente se sonrojaba.

Por eso, cuando llegó el atardecer con una pizca de colores mezclados, sólo en ese momento se percataron que era demasiado tarde y a pesar de todas las diferencias que antes habían vivido, por fin hablaban, reían e inclusive hacían bromas sin recordar los momentos dolorosos.

Aunque era más que obvio que la vergüenza siempre se presentaba al darse cuenta que estaban demasiado cerca uno del otro, eso sucedía cuando Viktor tomaba por inercia la mano de Yuuri y no la soltaba hasta que se percataba de ello o incluso cuando unas mujeres de edad avanzada les gritaron que se veían muy bien juntos.

En esos momentos se creaba un silencio incómodo que no duraba demasiado pero sí lo suficiente como para que las mejillas de ambos delataran lo bochornoso que había sido la situación.

—Yuuri —habló el platinado sonriendo y mirando el cielo teñido de diferentes colores —¿quieres ir al hotel?

Ante aquella propuesta por parte de Viktor se sonrojó tanto que sentía su rostro caliente. Yuuri miró por unos escasos segundos a su acompañante y su expresión fue demasiado obvia ya que Viktor se detuvo repentinamente y negó con ambas manos.

—No me refiero a nada de lo que estás pensando —con una sonrisa miró a Yuuri —sé que no es muy agradable que pases conmigo una noche, pero es eso o que uno de los dos pase la noche en la misma habitación con Robert.

El japonés en la última propuesta hizo una mueca mostrando su desagrado y lo raro que sería aquello, así que sus ojos chocolatosos miraron a los celestes y con eso le dio una sonrisa que hizo estremecer al platinado.

—No me es desagradable estar contigo —declaró con un tono de voz apenas audible —es solo vergüenza. Nunca hemos compartido misma habitación, así que me resulta un tanto extraño.

El ruso sonrió aliviado al saber que no era del desagrado de Yuuri, al menos no en el aspecto de compartir una misma habitación, por eso cuando lo mencionó quiso abrazarlo con todas sus fuerzas y nunca soltarlo. Aquel cosquilleo en sus manos le pedían que lo hiciera, el ardor en sus labios le indicaban que lo besara y también su razón le decía que era demasiado pronto.

Por lo que nada más pudo sonreír y suspirar débilmente. 

—Entonces no hay ningún problema, la reservación está lista. Creo que estás cansado.

Mi vecino de enfrente. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora