#OO.

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Cuando yo era pequeño, a mi mamá le gustaba contarme historias sobre los humanos. No dragones mitad humano como nosotros, sino humanos, simples seres diminutos que envejecían rápido y constantemente eran muy complicados. Jamás entendí la razón detrás de sus cuentos, pero ella siempre se justificaba diciendo que debía existir alguna razón por la que la primera dragón de la tierra le pidió al cielo que le permitiera ser humano por un día, para poder tener un hijo del amor de su vida, un humano.

Los cuentos que pasaban de generación en generación cambiaban con el transcurso de los siglos, de hecho, como muchos híbridos más, las teorías de nuestro nacimiento variaban entre lo fantasioso y lógico, pero mi madre creía ciegamente en esa leyenda antigua, donde fue el amor el único culpable de nuestra existencia. De esa relación surgió un huevo, y de ese huevo, el primer ser mitad humano y mitad dragón.

Fue así como mi madre nos contó a mí, y a mis muchos hermanos, varias historias donde los seres humanos nos demostraban lo complicados que eran, pero principalmente, donde mostraba al final que ellos tenían un muy buen corazón que era capaz de tener compasión, empatía y humildad.

"Es muy masculino ¿No lo crees, Ei-chan? Ese chico luchó aunque todo se veía perdido, siempre buscando rescatar a su amada." Me dijo ella, mientras la observaba atentamente, asintiendo con la cabeza.

"Masculino es... ¿Luchar aunque sepas que vas a perder?" Pregunté en ese entonces, si no me equivoco, apenas había cumplido poco más de un año de haber salido de mi huevo. ¿Cuánto equivalía eso a años humanos? ¿Cinco? Tal vez cinco.

"Masculino es ser una persona fiel a lo que crees y a lo que anhelas, luchando por ello con amor, honestidad y perseverancia"

"¡Ooooh!" En ese tiempo, recuerdo que reamente me emocionaban esas historias. "¡Quiero ser el dragón más masculino del mundo, mamá!"

"Y lo serás, cariño mío. Mientras sigas a tu corazón, serás el dragón más viril y hermoso que ha existido."

Ese día, papá fue hallado muerto cerca de nuestra villa. Los dragones de búsqueda encontraron su cuerpo frío y cubierto de lanzas, con hojas de espadas incrustadas en su cuerpo; dos de ellas en sus ojos y una, la más grande, penetrando las escamas de su cuerpo hasta llegar a su corazón.

Me enteré de lo sucedido no hasta un año después, a mis diez años humanos, mi madre se acercó a contarme una historia. Ella llevaba mucho sin hacerlo, tal vez desde la muerte de mi padre, pero esta vez, moviendo dulcemente su cabeza para llamarme y permitiéndome acurrucarme a su lado, enredó su larga y hermosa cola en mi cintura, abrazándome con ternura, antes de empezar.

Y este cuento no fue como los demás.

"Hace tiempo, en un reino no muy lejano, existieron unos reyes que fueron tristes víctimas del destino. Cuando su hijo pequeño cumplió tres años, fue secuestrado por uno de los trabajadores más confiables del reino. El rey y la reina buscaron a su hijo por muchos, muchos años, pero nunca lo encontraron. Con el pasar de los años, ellos perdieron fuerzas y ganas de seguir luchando. El rey, quien tenía una voluntad mucho más inquebrantable que la reina, viajó por su cuenta en otra de las miles de búsquedas de su hijo, pero en esta ocasión... Él no volvió."

Yo no entendía la razón, pero mi madre se escuchaba bastante triste mientras me contaba la historia. Y, por alguna otra razón, estaba bastante ansioso porque llegue el desenlace feliz de todos sus cuentos.

"La reina cayó en una profunda depresión, encerrándose en su habitación sin salir al mundo exterior. El reino estaba tan asustado, se creó un inmenso caos, ¿quién los protegería ahora? Fueron los consejeros de la reina los que ayudaron a que todo... Salga a flote. Se organizó un enorme evento donde competían niños de diez a quince años. Pequeños niños enfrentándose para ser los nuevos herederos al trono, hasta que hallaran al elegido. A este, el consejo se encargaría de instruirlo hasta que tenga dieciocho años, y entonces él se volverían los legítimo rey de esa tierra."

El batir de sus alas | Bakugou Katsuki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora