#O6.

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A la mañana siguiente, no abrí mis ojos hasta que la luz que entraba a la cueva fue lo suficientemente insoportable como para continuar descansando. Sentía mi cuerpo ligeramente entumecido, incluso mis patas se hallaban aún dormidas y todo debido a la posición incómoda en la que me encontraba. Sí, quizás debí pensar mejor las cosas y convertirme en humano antes de descansar.

Obedeciendo a mi instinto y mi deseo por reducir las zonas de dolor, volví a convertirme en un humano con mucha más facilidad que la última vez. Moví mis extremidades y más de una de ellas sonó al desperezarse, hasta que fui suficientemente capaz de levantarme y empezar a caminar. El tambaleo no tardó mucho, pues apenas llegué a la altura de Katsuki me dejé caer nuevamente en el suelo, soltando un quejido de dolor por la sensación de las piedras contra mis rodillas. Sí, definitivamente mi piel de dragón era más resistente.

"¡Katsuki!" lo llamé.

El mencionado continuaba durmiendo, así que me mantuve un tiempo sólo observándolo. ¿Qué acaso no debería estar más alerta? En serio comenzaba a pensar que este humano era, o muy estúpido, o muy confiado. Sin embargo, aún sentía ese acelerado y emocionado latir en mi pecho cada que recordaba nuestra conversación de la noche anterior, deseando conocer más de tan curiosa persona.

"¡Katsuki!" hablé más fuerte.

"Mnn..."

Escuché que soltó un quejido y no pude evitar emocionarme, sacudiéndolo con un poco más de fuerza, hasta que sus párpados temblaron y pronto fue abriendo sus ojos. Me incliné hacia adelante para poder observarlo mejor, no era algo común para mí ver cómo un humano despertaba, así que quería captar ese y más momentos, en especial de Katsuki.

"¡Buenos días!"

"¿Eh?" Soltó. Sus párpados se abrieron con fuerza y su mirada se encargó de escanear todo lo que se encontrara dentro de su campo de visión. "¡¿Qué mierda?! ¡¿Por qué estás...?!"

Su mano fue a parar a mi rostro y me empujó hasta que acabé cayendo sentado al suelo, no era que estuviera de pie, pero el golpe contra mi trasero dolió casi tanto como el golpe de mis rodillas. Estúpida piel de humano, la de dragón era mucho más resistente. Katsuki se levantó y comenzó a maldecir repetidas veces, hasta que me señaló acusadoramente y no pude evitar ladear la cabeza, él se veía gracioso, quizás era debido a la luz que entraba por la boca de la cueva, pero su rostro se veía mucho más rojo de lo normal.

¿Tendría fiebre?

"¡¿Qué mierda haces desnudo, dragón estúpido?! ¡¿Y quién carajos te dio permiso de volverte humano?! Jodida mierda de renacuajo sin cerebro, ¡esto tiene que ser una jodida...! Dios... ¡Y deja de mirarme como si no entendieras una mierda...!"

Katsuki soltaba más maldiciones mientras yo no podía evitar ladear mi cabeza nuevamente, ahora hacia el otro lado. ¿Por qué estaba tan enojado? Bueno, dijo que era porque no traía nada puesto, pero ya que el día estaba suficientemente soleado, no tenía frío en comparación a la congelada noche que pasamos, ¿por qué debía vestirme? ¿Ningún humano andaba desnudo entonces?

"Pero... No tengo frío." Le respondí después de que pareció calmarse. Un poco.

"¡No se trata de si tienes frío, estúpido! ¡Debes usar ropa si eres un maldito humano!"

"¿Por qué?"

"¡Porque sí! Mierda, mierda, mierda. ¿Por qué estoy atrapado con una maldita lagartija que no sabe absolutamente nada de personas?"

"¡Pues sabría si me enseñas, Katsuki!"

Con decisión y algo de torpeza, me volví a levantar para ahora pararme en mis dos piernas, apoyándome en los pies y avanzando con la ayuda de estos hasta donde se encontraba el rubio. Katsuki se cabreó aún más cuando me vio avanzando, pero no consiguió crear la distancia suficiente, pues pronto fueron sus manos las que me apartaron, al parecer había olvidado que tenía su espada enfundada justo en su cinturón.

El batir de sus alas | Bakugou Katsuki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora