#O9.

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"¿Katsuki?"

Lo encontré cerca del río. Millones de estrellas iluminaban la oscuridad del cielo, mientras él sólo observaba el agua moverse ligeramente, tan quieta y tranquila como si descansara. Katsuki no se giró al oírme, tampoco dijo nada, sólo soltó un suspiro al verme sentándome a su lado.

"¿Sigues molesto?" pregunté suavemente, observando lo clara y limpia que estaba el agua.

"¿Quién está jodidamente molesto?" gruñó. Sí, seguía molesto.

"Lo siento..." murmuré.

Ni siquiera estaba seguro de la razón por la cual me disculpaba, pero sentía que tenía que hacerlo, de lo contrario el dolor en mi pecho no desaparecería. Katsuki me dio una pequeña mirada y soltó un nuevo suspiro bastante largo; imaginé que por fin hablaría, así que sólo me quedé callado.

"No te disculpes si ni siquiera conoces la razón, dragón estúpido" murmuró. "No es tu culpa, lo que me dijiste me trajo recuerdos de mis padres y lo idiotas que fueron al estar juntos sólo porque así lo quería la aldea. Luego ellos se enamoraron y todo estuvo bien, pero... ¿Por qué tiene que ser de esa forma? Estar con alguien por obligación es estúpido".

"Oh..." suspiré suavemente. "Pero los dragones somos diferentes a eso..."

"¿Diferentes?"

"¡Sí!" asentí, esperando que mi respuesta termine de captar su atención y relaje el ambiente. "Cuando un dragón encuentra su pareja, es para toda la vida. Mi madre y mi padre estuvieron juntos hasta que él murió y mi mamá no estuvo con ningún otro dragón hasta que ella falleció... Creo que mi papá se llevó su capacidad de amar cuando lo perdimos, así que se podría decir que tenemos un... ¿amor eterno?"

"Pero está el tema de las crías, Kirishima."

"Sí, bueno... Esa es otra historia."

"Tsk."

Oí el chasqueó ruidoso que soltó y luego sólo giró su rostro hacía otro lado. Suspiré al notar que el ambiente se había puesto tenso nuevamente, pero ahora busqué otra solución a dicho problema, intentando evitar que Katsuki se vuelva a levantar e ir lejos.

"Katsuki" lo llamé en un pequeño susurro.

"¿Qué?"

"¿No quieres que tenga crías, es eso?"

Su cuerpo entero pareció tensarse en respuesta e imaginé que había dado en el clavo. Él no lo dijo directamente, tampoco se volvió a girar hacía mí, simplemente se encogió más sobre sí mismo, mientras sus cabellos se removían suavemente con las agradables brizas del bosque. Se veía bastante, bastante bonito, más con la luz de luna ayudando a resplandecer el rubio tono de estos.

Quise acariciarlos, pero imaginé que me golpearía si me atrevía a tocarlo. Mi cuerpo entero pareció estremecerse y contuve mi anhelo por acercarme a él y frotarme contra su pecho. ¿Era un rito de cortejo lo que anhelaba hacer? Entonces, descubrí un pequeño pensamiento que estaba guardando en algún rincón de mi mente.

Si Katsuki fuera una dragona hembra, ¿tendría algún problema con tener crías con ella? Si mi problema era que no anhelaba la responsabilidad de cargar con tantos pequeños a los cuales criar, ¿por qué la simple posibilidad me emocionaba tanto? ¿Quizás compartía algo del pensamiento humano? ¿Estar tanto tiempo con él me estaba haciendo daño?

"Sólo creo que serías muy idiota si tienes hijos sin amor, renacuajo estúpido"

Oí su voz y salí del trance en el que me había hundido a causa de mis pensamientos. Negué con la cabeza, encontrándome con su intensa mirada observándome. Sentí mi rostro caliente y ni siquiera pude evitar perderme en el bonito color rojo de su mirada, tan intenso y profundo, como si me estuviera llamando.

El batir de sus alas | Bakugou Katsuki x Kirishima EijiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora