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-¿Qué haces aquí?- le pregunté con la voz algo temblorosa. Sentía mi piel erizarse y mi garganta secarse. Tenía miedo.

-Vine a verte- responde lo más normal posible- ¿acaso no puedo?

Comenzó acercarse lentamente, hasta sentarse a los pies de mi cama. Era extraño, sumamente extraño de que él aún estuviera hasta esta hora en el hospital.
Pensé que era San, pero con lo tonta que soy me equivoqué. Sinceramente sentía algo extraño en el ambiente. Algo muy raro.

-¿Por qué preguntaste por Choi?- no se le iba ninguna.

-Pensé que era él.

-¿Viene a visitarte?- asentí- que yo sepa, uno como profesional no puede tener algo con algún paciente... Eso es una falta a su ética y moral.

-Gracias por su charla pero ya lo sabia- respondí algo brusca- ahora si no es mucha molestia, quiero dormir.

La habitación estaba a oscuras, por lo que solo se veía algo su rostro, más bien, sola una mínima parte, por la tenue luz que ingresaba por la ventana.
Seonghwa no llevaba su típica bata blanca, sino que estaba con ropa convencional. Admito que se veía atractivo, pero su actitud de mierda daba asco.

De a poco, se fue acercando a lo que yo, retrocedía en la cama hasta topar con el respaldo. No entendía porque si cercanía. Él sólo negaba y sonreía levemente. De un momento a otro, sentí que su mano derecha tocó la mía, haciendo sobre ella unos pequeños masajes si es que así se le puede llamar. Quería que estuviera San acá, pero estaba él. Quería que San fuera quien acariciara mis manos no Park. Quería la cercanía de San, no la de mi médico.

-¿Qué carajos haces acá?- de pronto veo a San, encendiendo la luz de mi habitación. Su seño fruncido y sus labios rosados en una sola línea recta. Estaba molesto.

-¿Hasta qué horas trabajas?- preguntó Seonghwa, enarcando una ceja.

-¿Por qué coqueteas con mi novia?

Espera...
Dijo "mi novia".
Osea, soy novia de Choi San, sin que él me lo pidiera.

-Choi sabes exactamente que esta prohibido en este recinto tener una relación con una paciente, especialmente si es terminal- el tono de voz de Seonghwa se elevaba de a poco.

Sentía que iba haber una pelea entre ellos dos. Ellos se ven, se mastican pero no se digieren como diría WooYoung. Simplemente se odian, eso se observa a simple vista.

-¿Y? Acaso me ves preocupado Seonghwa, sinceramente me importa bien poco- lentamente se fue acercando hasta Park- es mi vida, no la tuya.

Aunque Seonghwa era un poco más alto y se viera con mayor fuerza, San se veía intimidan te. Su rostro serio y sus labios en una línea recta, acompañado de sus nudillos blancos producto de la constante presión que ejercía sobre ellos. Era ver a un gato viejo contra una gatito bebé pelear por comida o por un ratón. En este caso, el roedor era yo.

-Te pueden despedir- San sólo sonrió. Una sonrisa llena de arrogancia.

-Aún así, la seguiría viendo- puntos para Choi San.

-Imbécil, ella esta enferma... Fíjate en otra persona al menos.

Tras esa frase, sentí todo quebrarse en mi interior. Eso dolió y me hizo recordar el porqué estaba aquí, encerrada entre cuatro paredes blancas.
Sentí mi vista nublarse, eran lágrimas acumuladas. Lágrimas que guardaba en lo más profundo de mi ser y que en este mismo instante no quería que salieran. De fondo, escuchaba solo los gritos e improperios que salían de la boca de ellos "callate hijo de puta" decía San enfurecido... "Gruñón de mierda" completaba Seonghwa "ella va a morir pronto, al menos dejala en paz".

La presión en mi pecho estaba al borde de un estallido, quería llorar. Pero no serían unas simples lágrimas, sino que está vez, sería algo peor. Una cascada de lágrimas se avecinaba.
De un momento a otro, sin preámbulo y duda, apreté el aparato con el que posiblemente vendría algún médico o enfermera de turno a socorrerme y a sacar de la sala a estos dos par de imbéciles. Quería estar en paz, pero con ellos dos discutiendo como si de mi se tratase de un trozo de carne, no me permitían estarlo.

En un instante, la puerta se abrió de golpe y con ello, ingresó un médico con dos enfermeras, quienes casi arrastrando por el suelo, sacaron a YoonGi de la sala, gritando y apuntando con su dedo índice a Jin.

Por otro lado, Seonghwa se quedó en la sala con el médico que vino a verme, sumido en un completo silencio. Su sonrisa cálida transmitía tranquilidad ante todo. Era hermoso. Como un ángel caído del cielo directo en el mismísimo infierno en donde yo ardía. San por su parte, solo abandono la habitación sin decir palabra alguna.

-Soy su médico de cabecera, yo debo revisarla- habló de pronto Seonghwa.

-¿Si? Pues no lo sabía, pero tus gritos de mujer en peligro me decían otra cosa- el extraño lo miró de pies a cabeza- es mi turno Park, anda a tu casa, ve una serie y duerme.

-Pero yo...

-Andate Seonghwa , no interrumpas mi trabajo ¿o quieres que llame a seguridad para sacarte de acá?

Sin decir palabra alguna, Park Seonghwa sólo me dio un breve vistazo para escuchar un "cuidate" y verlo salir apresuradamente de la sala. Iba demasiado serio.

-¿Estas bien?- asentí- voy a tomar tu presión, tienes el pulso algo acelerado y prefiero constatar cualquier cosa- rió bajito.

Mientras tomada un estetoscopio, me entró la duda de querer saber su nombre. Me intrigaba demasiado.

-¿Cómo te llamas?

-Oh lo siento por no presentarme, que tonto soy.

-No eres tonto por eso, a cualquiera se le puede pasar por alto- él sólo me dedicó una sonrisa.

-Me llamo MinHyuk, Lee MinHyuk- asentí y Sonreí levemente- soy médico, y me estoy especializando en oncología.

-Se nota que eres dedicado a tu labor como médico, no como otros- dije sonriendo, por acordarme de Jin y sus buenos tratos.

-Hay casos y casos en la vida YeJi- con tan solo escuchar su melodiosa voz, me generaba una tranquilidad enorme.

Sinceramente, era lindo. Tenia una belleza única, un rostro inocente acompañado de una hermosa sonrisa.

Pero quería a San, a mi San acá.

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YOU (Choi San, ATEEZ).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora