Capítulo 6

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Abro los ojos lentamente y giro mi cara hacia el otro lado para evitar el rayo de luz que se proyecta en mi cara. Parpadeo un par de veces y me paso los dedos por los ojos. ¿Que hora será? Levanto la mirada hacia el pequeño reloj despertador. 14.30. Dios, ¿de verdad he dormido tanto? Yo tenía que pasarme por el despacho de Mrs. Williams... Pateo las sábanas fuera de mi cuerpo y me levanto pesadamente. Me voy arrancando partes del pijama según voy en mi camino hacia el baño y me meto en la ducha. Las duchas siempre han sido un buen sitio para despertarse. Me enjabono la cabeza y el cuerpo pensando en mi tarde, que pienso aprovechar para ir de compras. Me aclaro y salgo de la ducha, casi resbalandome al pisar un charquito de agua que derrama mi propio pelo. Agarro mi toalla y me la enrollo. Voy hacia el armario tarareando alguna que otra canción y cojo las únicas dos prendas que me quedan: mis pantalones vaqueros y una camiseta blanca de tirantes. Me calzo unas sandalias y me hago una coleta sin apenas peinarme. Tropiezo dos veces en mi camino hacia el diminuto escritorio para alcanzar la gigantesca pila de trabajos. La meto entera sin mirar apenas en mi mochila y agarro mi monedero.

- Vámonos.- Me digo a mí misma y salgo de la habitación.

Descubro los pasillos vacíos y me entretengo deslizando los pies por el reluciente piso. Total, el despacho seguirá allí me deslize o no. Finalmente llego y llamo a la puerta. No parece haber nadie dentro, pero entro de todas formas. Es bastante más grande de lo que me habría imaginado, aunque no parece haber más de diez pasos desde la puerta hasta el fondo del despacho, y huele a madera y manzana. Me acerco a la mesa y dejo los trabajos lentamente. Miro hacia los dos lados y doy un vistazo rápido a la mesa. Todo está tan ordenado como te lo esperarías de alguien como Mrs. Williams: La mesa limpísima, dos lápices afilados encima de un libro impoluto con una débil anotación: Pregunta de examen. Por lo demás, todo parece estar en un orden: los libros de texto en un lado y los cuadernos y anotaciones en otro. Me alejo de la mesa y salgo del despacho. Vuelvo a ver los pasillos vacíos y vuelvo a deslizarme, soy una niña pequeña.

Llego a conserjería un par de minutos después de salir del despacho de Mrs. Williams. Me acerco a la ventanilla para firmar mi salida cuando veo a Ashton hablar con la mujer del primer día, la del moño y los labios rojos. Ashton se pasa la mano por el flequillo bufando y me ve. Me dedica una sonrisa y se acerca.

- Hey, ¿adonde te vas?- Pregunta al verme firmar en el papel de las salidas.

- Voy a hacer unas compras.- Me encojo de hombros y devuelvo el papel a la mesa.

- ¿Sola?- Él arquea una ceja. Me vuelvo a encojer de hombros.

- Sí.- Saco mi bolso blanco de la mochila y me vuelvo a acercar a la ventanilla.

- ¿Puedes guardarmela?- Pregunto a la mujer.

- Claro, dámela.- Ella sale del cubículo y la coge, volviéndose a meter dentro.- ¡Que pases un buen día!

Vuelvo a girarme hacia Ashton y sonrío.

- Nos vemos luego.

Él asiente lentamente.

- Bueno, vale...

Salgo del internado con una mezcla de alegría por ir de compras y culpa por la cara de preocupación de Ashton al verme salir.

Beautiful Green EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora