Capítulo 7

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Cuando salgo de la última tienda, me doy cuenta de que ha oscurecido. Frunzo el ceño extrañada, tenía mi planing preparado para que al salir fueran las nueve de la noche, pero si fuera así no habría oscurecido aún. Abro mi bolso y rebusco en él para encontrar mi teléfono. Son las once de la noche. Dios mío, ¿cómo he podido tardar tanto? Detrás mía, sale de la tienda la dependienta que me ha cobrado y atendido. Ella se pone de puntillas sobre sus zapatos de tacón de 10 centímetros y baja la reja para cerrar la tienda. Se arrodilla y le pone el candado, mientras yo pienso en qué hacer. ¿Debería llamar a Mike para que me recoja? Mmm.... La mujer se pone en pie y pasa por mi lado.

- Buenas noches, guapa.

Se para en el coche que está enfrente de la tienda ahora cerrada y se mete dentro. Minutos más tarde el coche sale con un sonido similar al ronroneo de un gato. Lo veo desaparecer calle arriba y suspiro. Me quedo unos minutos más parada pensando hasta decido caminar hasta el internado. Si vine andando, puedo volver también andando, ¿no? Además, lo más probable es que Michael esté de fiesta en su habitación con Luke, Ashton y Calum y no oiga el móvil. Empiezo a caminar calle abajo.

Pienso en lo que me he comprado mientras tarareo canciones del primer álbum de Taylor Swift. Casi todo pantalones, ni una camiseta. Sigo teniendo acceso al armario de Michael, así que, ¿para qué comprarme camisetas? Además tengo casi diez camisetas de Angela escondidas en el forro de la maleta que le quité unos minutos antes de salir de casa. Sigo cantando en susurros mientras doblo una esquina y enfilo hacia la calle en la que tardo una media hora en llegar hasta el internado. Solo media hora. Venga Jessie, tu puedes.

Al doblar la esquina veo con el rabillo del ojo una figura oscura que camina lentamente por detrás mía. Puede ser cualquiera, digo a mi, de repente asustada, mente. Puede ser una persona perdida como tú, puede ser un borracho que dentro de un momento se parará y vomitará sobre la ya de por sí manchada acera. Puede ser cualquiera, puede ser cualquiera. Sigo cantando en susurros, en un esfuerzo por calmar a mi ansiosa mente, cuando noto que el ritmo de la persona se acelera un poco al darse cuenta de que yo también lo he hecho. Dejo escapar aire y me muerdo el labio inferior, acelerando de nuevo. Inútil. Los pasos de la persona pronto resuenan en la acera y trago saliva. Veo una farola y me esfuerzo en llegar a ella. Nunca he tenido tanto miedo en mi vida. Llego al fin a la farola y el hombre me coje de hombro, echándome hacia atras. Suelto un grito y me tenso, mordiéndome el interior de la mochila.

- Dame el bolso.- Dice con voz fría, dura.

No reacciono, estoy medio ausente debido al miedo. El hombre de enfada, veo como se le ensanchan las aletas de la nariz y entrecierra los ojos.

- He dicho que me des el bolso.

Sigo igual, mi mente me pide que reaccione pero yo no lo hago. Estoy aterrorizada.

Él gruñe y de un tirón agarra mi bolso. La cremallera se queda enganchada en mi camiseta y al tirar, esta se rompe. El hombre sale corriendo en la oscuridad y bajo la cabeza viendo mi camiseta rasgada entera, mi sujetador negro viéndose libremente. Sin poder evitarlo, me aguanto un sollozo. No puedo volver andando... Alzo la cabeza e intento mirar a través de mi emborronada vista por culpa de las lágrimas. ¿Habrá un teléfono público por aquí?

Aprieto la palma de mi mano derecha contra un ojo y después contra el otro, dejandomela mojada. Camino una calle más, recordando haber visto un teléfono en aquella calle. En efecto, ahí está. Hago una pequeña carrera hasta él y me refugio en el cubículo. Una vez allí, descuelgo el teléfono y saco un par de monedas de mi bolsillo trasero y echo dos en la ranura. Marco el número de Mike y trago saliva, esperando oír su voz y pensando en qué decirle. Un pitido... Dos... Tres... Cuatro... Cinco... No me coje. Me limpio las lágrimas que se me han derramado con un borde rasgado de la camiseta y marco el otro número que me se, esperando oír su voz y que me salve.

Beautiful Green EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora