Me despierto lentamente y noto el peso de un brazo alrededor de mis hombros, como abrazándome, pero inconscientemente. Con el rabillo de ojo miro hacia mi lado y veo a Ashton dormir plácidamente. Me doy la vuelta con cuidado para no despertarle y una sonrisa asoma sin permiso por mis labios. Se ve fresco durmiendo, agotado, y a la vez lleno de vida. Veo la pequeña sombra de barba alrededor de su barbilla y la forma en la que el pelo le cae sobre la frente. Estoy segura de que nunca se peina porque el pelo le queda igual peinándoselo o no. Las pestañas, no me había fijado tanto en ellas antes. Son largas y bonitas, parecen frágiles. Como las que cualquier chica mataría por tener y a los chicos les da igual tenerlas o no. No hay sombras debajo de sus ojos, y me sorprende, ya que Michael siempre decía que era imposible dormir conmigo, ya que me muevo mucho. Entreabre los labios después de tragar saliva y sigue durmiendo. Se ve tan infantil... Sus ojos se abren lentamente, veo como el sueño se le queda pegado en los párpados. Me quedo casi sin aliento. Los ojos, que yo llamaba bipolares por cambiar de color, son de dos colores, verde y marrón. No es que uno sea de un color y otro de otro, si no que es una especie de mezcla muy bien hecha, como la paleta de un pintor. Esboza una pequeña sonrisa y el brazo que estaba a mi alrededor captura un mechón de mi cabello y lo acaricia entre el dedo pulgar y el índice.
-Hola Ash.- Sonrío dulcemente, eliminando de mi mente los recuerdos de la noche anterior con una sacudida leve de cabeza.
- Hola Jess.- Su sonrisa es tan somnolienta que me dan ganas de reír. Me deshago del abrazo y repto hasta fuera de la cama. Él se queja, intentando alcanzarme con los dedos. Podría cogerme sin esfuerzos, pero es demasiado vago ahora mismo para hacerlo.- No te vayas.
Niego con la cabeza y me agacho bajo la cama buscando los zapatos que arrojé aquí la noche anterior.
-No me voy, pero tú y yo tenemos clases hoy y deberías saberlo.- Entre que las persianas están bajadas y que debajo de la cama hay más cosas que yo que sé, no encuentro mis zapatillas.
-¿Qué día es hoy?- Ashton rueda por la cama, vagamente.
Se me escapa una risita y logro ver una zapatilla por el lado de Ashton.
-Jueves, Ash, jueves. ¿Sabes qué es eso?- Me burlo un poco de él mientras rescato una de mis zapatillas.
-Sí, se llama día-que-mas-odio-porque-tengo-matemáticas-a-primera.- Deja caer los pies afuera de la cama y se agacha para coger algo del suelo.- ¿Buscas esto?
Giro la cabeza para verle sujetar mi zapatilla por el cordón.
-No muerde, ¿sabes?- Cojo mi zapatilla y me acerco al armario.- ¿Me dejas otra camiseta?
Él ríe y se acerca a mí.
- Me robas mis camisetas.- Hace un mohín y se encoje de hombros.- Vale, pero esta para mí.
Se inclina sobre mí y coge una camiseta marrón del estante más alto, al que yo no hubiera llegado ni saltando. Cojo la primera camiseta que veo, la que tenemos igual y me giro para encararle.
-Que harás esta tarde?
Él se rasca la nuca y se saca la camiseta. Miro hacia otro lado y me pongo a buscar unos pantalones en mi bolsa.
-Creo que iré a visitar a unos amigos.
Me giro cuando él ya tiene su camiseta bien puesta y asiento, sin evitar sentirme un poco decepcionada. Había pensado hacer algo juntos, algo que compensara a lo de la noche anterior. Pero él lo que quiere es visitar a sus amigos, Jessamine. Déjale, seguro que tiene muchas ganas de verlos. Me entro al baño y sin cerrar la puerta, me escondo detrás de esta y me visto en menos de dos minutos. Salgo rápidamente haciéndome una coleta y los dos juntos salimos de su habitación.
- Creo que gracias a tí me gustan mas las chicas con coletas.- Confiesa en un susurro encogiéndose de hombros.
**
Seis horas después, los dos entramos al edificio principal; él para firmar su salida y yo para recoger mis nuevas llaves. Cassandra, la mujer pelirroja, me las da enganchadas a un llavero con la bandera del internado y Ashton no tarda ni veinte segundos en firmar. Me quedo en la entrada sujetando mis llaves mientras le veo desaparecer por el camino de grava con el coche. No puedo evitar sentir la sensación de que es como cuando se fueron mis padres. Solo que ahora quién se va es alguien al que realmente quiero.
ESTÁS LEYENDO
Beautiful Green Eyes
Teen FictionJessamine Clifford tiene 15 y una plaza en el internado en el que su hermano lleva tanto tiempo. Los años han pasado, los hermanos se reencuentran. Y quizás, Jessamine también encuentre alguna que otra agradable sorpresa. Portada por: cxovers4u/XxBl...