Capítulo 13

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Tap, tap, tap, tap. Las rítmicas patadas en el suelo de Luke me distraen y me hacen cambiar la mirada de la puerta de la habitación a los pies de Luke. Tap, tap, tap. Parece como si llevasen su propio ritmo. Alzo la mirada al escuchar la puerta abrirse y sale un doctor, junto con dos enfermeras que se ríen tontamente y le miran todo el rato. El hombre se pasa los dedos por el pelo en un gesto que me recuerda demasiado a Ashton y me mira fijamente, señalando la puerta con la cabeza.

- Ya podéis pasar, pero no la pongas muy nerviosa.- Me dice esto último a mí, y sigue andando con las enfermeras, podría jurar que le gusta que le miren así.

No espero a que el hombre gire en la esquina para intentar agarrar la manilla de la puerta, pero alguien me coge del antebrazo y me hace frenar.

- Tranquilízate.- La voz de Ashton es lo que hace que me relaje. Inspiro llenando del todo mis pulmones y expiro lentamente, serenándome o al menos intentándolo. Abro los ojos después de unos cuantos segundos y asiento.

- ¿Puedo entrar ya?- Pregunto en un gimoteo demasiado mal hecho, pero él me suelta y entro como un torbellino a la habitación de hospital de Skye.

Busco su rostro entre las sábanas blancas y casi me duele físicamente verla. Está acostada con la cabeza encima de una gran pila de almohadas y su cara está blanca. Blanca, como la cera, con los labios de un pálido color rosa blanquecino y la única mancha de color son los ojos, verdes como el bosque, encendidos y a la vez sin luz en ellos. Su pelo rubio está recogido en una coleta descuidado al lado de su hombro y lo que yo recordaba como una amplia sonrisa ahora es una mordida de labio.

Nada más entrar, veo como sus ojos comienzan a brillar peligrosamente y me siento rápidamente en la silla que hay justo al lado de la cama.

- Lo siento...- Su voz suena rota y mojada, producto del sollozo que le sigue a la frase. Alargo la mano para coger la suya y la noto fría y pequeña en las mías. Espero a que el sollozo pase, a que se calme y a que se sienta medianamente a gusto conmigo pacientemente. Su lloro remite tras un minuto demasiado largo y cuando alzo la mirada descubro que intenta retirar su mano. Cojo sus dedos y doy la vuelta a la mano, descubriendo sus muñecas. Como el día en el que la conocí, están llenas de cortes, unos a medio curar, otros recién hechos. Pero ninguno con demasiada gravedad como para que esté aquí.

- No los busques ahí, no están.- Se incorpora lentamente en la cama y retira las sábanas, dejando ver sus piernas delgadas. Se levanta el camisón del hospital revelando un diminuto pantalón corto de algodón, y su vientre. Lleno de cortes largos y, por lo que veo, profundos. Sus dedos los rozan lentamente como para querer asegurarse de que son reales y su mueca de dolor dice que en efecto, lo son. Hago una mueca y bajo su camisón, no quiero ver nada más.

- Skye.- Ruedo los ojos e intento pensar en algo ingenioso. Justo ahora, solo quiero verla sonreír.- Cuéntame algo. ¿Quién es el doctor?

Funcionó. Ella resopla, apartándose un mechón rubio de la cara.

- Se llama Ashton Johnson. Es horroroso, cada vez que viene todas las enfermeras practicamente se tiran hacia él en plancha.- Rueda los ojos y se cruza de brazos.

- Normal, los Ashton somos sexys.- Escucho la voz de Ashton desde una esquina de la habitación y me giro hacia él, dispuesta a rebatirselo.

- ¿Entonces, qué pasó contigo?- Skye ahoga una carcajada y Ashton me mira con la boca abierta.

- Perdona, yo lo soy.

Le dedico una mirada muy a lo sí-claro-no-te-lo-crees-ni-tú y vuelvo a mirar a Skye.

- Skye, quiero presentarte a tres personas muy importantes, ¿vale?

Ella asiente y yo abro la puerta, quedándome entre los cuatro.

- Te presento a Calum, Luke y a Ashton.

Beautiful Green EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora