Capítulo 15

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Cuando el olor a alcohol barato y adolescente borracho me llega a las fosas nasales, me arrepiento de haberle pedido a Michael venir aquí. Michael, Calum y Luke están delante mía, bromeando y hablando con un chico de su edad. Es lo que todas las chicas calificarían de un chico guapísimo y soltarían risitas tontas cada vez que pasase: pelo liso, castaño, y ojos marrones, sumándole a todo eso una cara bonita. Me lo presentan como Alec, el chico de las fiestas. Me acerco a él y le doy la mano, mientras noto como me mira de arriba a abajo para después sonreír de lado, lo que le hace ver como un chico del que deberías quizá tener algo de miedo, pero quieres conocer.

- Jessamine Clifford.- Sonrío dulcemente y él se saca una de las manos del bolsillo de la sudadera azul.

- Alec South.- Tímida, respondo a su saludo alargando la mano y estrechándola.

Ashton aparece de la nada y me coge de los hombros, echándome hacia atrás y a la vez sin dejar que se note demasiado.

- Bueno, ¿vamos pasando, no?

Alec le mira mal, casi con desprecio, durante unos cuantos segundos. Después se aparta de la puerta y hace una pequeña seña para que entremos.

Lo que me suponía. El que supestamente debería ser el salón de actos del internado, ahora es como si fuese la pista central de una discoteca. Música de un grupo que no acabo de reconocer y no demasiado de mi gusto suena un poco muy alta a través de cuatro altavoces, uno en cada esquina. Justo al entrar, y repartidas por toda la pista de baile, parejas se besan como si quisiesen devorar a la otra persona. Dos chicas bailan juntas en la pista como si no le importase ir a destiempo, y un chico borracho vomita en una esquina. Sin duda, una distracción, pero no se si una muy sana. Las fiestas en Freever eran muy distintas a esto. También eran distintas las clases. Las fiestas solían ser pequeñas, en la habitación de una persona, con bebidas y quizá alguna pizza...

- Ejem.

La tosecilla de Alec interrumpe mis pensamientos. Miro alrededor y no logro ver ni a Michael, ni a Ashton, ni a nadie. Devuelvo mi mirada a Alec, quien me mira divertido con sus ojos marrones y su sonrisa de lado. Me abrazo los codos y finjo una sonrisita, mientras sigo mirando hacia la vista, demasiado insegura como para mirarle. Le oigo aproximarse, pero nunca me imaginaría que está tan cerca de mí. Está detrás mía, con la cara casi al nivel que la mía. Me doy la vuelta y me alejo un paso. Le miro frunciendo el ceño, sé que está diciendo algo, pero para ser honesta, ni lo oigo ni quiero escucharle. Localizo con el rabillo del ojo la mesa de las bebidas y murmuro un "Voy a por algo de beber" antes de desaparecer de su vista y llegar a esta en menos de un minuto, atravesando todo el salón de actos en una carrera frenética. Al llegar, suspiro de alivio. Ese chico me estaba poniendo nerviosa.

- ¿Qué vas a beber, preciosa?- Un chico castaño de impresionantes ojos grises ladea la cabeza y espera mi respuesta, mientras aprieta y afloja el tapón de la botella que tiene delante.

Mordisqueo la esquina de mi labio inferior y desvío la mirada al suelo, que está pegajoso y no tengo ninguna duda de qué.

- No va a beber nada.- La voz de Alec vuelve a sonar y bufo casi imperceptiblemente. El chico de ojos grises alza las manos en un geso de disculpa y se escabulle entre la gente que baila. Ruedo los ojos y Alec vuelve a sonreír de lado.- ¿Por qué te fuiste antes? Estabamos bien, ¿no crees?

Su mano se desliza por el hueco entre mi mejilla y mi cuello, produciendome escalofríos. Niego rápidamente, aprovechando el movimiento para apartar su mano.

- Vine a por una bebida.- Dejo dos pasos de distancia entre nosotros mientras busco un vaso limpio entre las decenas que hay sucios en la barra.

Vuelve a acercarse. Por favor, que cansino. Ruedo los ojos aprovechando que no me ve y se pega casi por completo a mí. La cercanía me pone nerviosa y las manos me tiemblan mientras intento aflojar el tapón de la botella. Acabo desisiendo y las poso en un ademán relajado en la parte superior, suspirando.

- ¿Cuántos años tienes, preciosa?- Su boca se desliza de un modo que intenta ser sexy a peligrosos escasos centímetros de mi pelo y aparto mi cabeza.

- Quince.- Respondo antes de morderme ambos labios. ¿Por qué se lo has dicho? Si es que eres tonta, Jessamine.

Él sonríe, de una forma un poco macabra, haciendo que todo lo que pensé en un principio de querer conocerlo se evapore como el agua hervida. Intento apartarme bruscamente pero su mano me coge de la cintura y me aprieta contra él.

- ¿Quieres... divertirte un poco?- Susurra en mi oído izquiero, haciendo que me recorra otro escalofrío por todo el cuerpo.

- N...N...- Intento alejarme de él, pero me tiene bien sujeta, y a la vez, me da algo de miedo este chico. Me mordisqueo el labio inferior intentando idear una escusa creíble para salir de aquí pitando cuando una mano se agarra a la mía. Por favor, por favor, dime que no es Alec. Pero el tacto es demasiado suave y al mirar al propietario de la mano veo a un Ashton muy, muy cabreado.

- No, no quiere.- Tira de mí fuertemente sacándome del abrazo de Alec y camina rápidamente por todo el salón de actos conmigo a remolque. ¿Estará enfadado? Sí, seguro que lo está. Veo como rechina los dientes y cruje los dedos de la mano izquierda, intentando controlarse con la derecha. Tantea en la pared hasta encontrar la puerta de salida de emergencias y la abre, saliendo los dos al aire frío de la noche.

Beautiful Green EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora