Capítulo 24

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Salgo desde el interior del restaurante a la noche, cubriéndome los brazos del frío, y me pego a la pared para evitarlo. Error, más frío todavía. Me separo y escudriño en la oscuridad hasta ver el coche de James, y sus luces, aparecer de entre la negra oscuridad. Me acerco rápidamente y entro sin perder un segundo. Para ser Junio, hace demasiado frío por la noche.

- ¿Estás bien, tienes frío?- James alza una ceja, mirándome fijamente.

- No, no. Ya estoy bien.- Digo muy segura, asintiendo repetidamente.-

Él suelta una suave carcajada, para después negar con la cabeza.

- Volvamos al Internado, bonita.- Bonita. Bonita, suena tan... No sé, extraño. No me gusta esa palabra, de todos modos.

Asiento lentamente y me hundo en el asiento, mirando por la ventanilla a las luces de neón del restaurante desaparecer e internarnos en la oscuridad durante un rato. Miro por el rabillo del ojo, y no puedo evitar comparar a James con Ashton. El pelo de James está peinado, repartido ordenadamente por su cabeza en un peinado de niño bueno. El pelo de Ashton sale disparado hacia todos lados, desafiando a la gravedad, desordenadamente. Los ojos de James están concentrados en la carretera, reflejando el brillo de las farolas y de algún que otro coche. Los ojos de Ashton, sigo acordándome de como brillan por alguna estupidez formulada en su cabeza. Los dedos de James puestos firmemente en el volante del coche, los dedos de Ashton bailando sobre el volante, como bailando una canción que solo él sabe, y que solo sus dedos saben bailar. Jessamine, ¿quieres dejar de pensar en Ashton Irwin?

- ¿Te... Te ha gustado la cena?- Sus pobres esfuerzos de romper el hielo me hacen tener ganas de reír.

- Sí, mucho. Muchas gracias, James.- Esbozo una tierna, dulce sonrisa, que espero que exprese lo agradecida que le estoy.

¿Por qué estás agradecida, Jessamine? No lo sé. Supongo que es el hecho de que nunca nadie se ha fijado en mí, de que siempre he sido la segundona, o simplemente no he sido nada. Digamos que siempre he sido la chica que, si el chico y la chica se están besando en medio de un grupo de personas, yo era la chica que miraba desde lejos con las manos en los bolsillos. O a lo mejor con Skye diciéndome que a donde iba el chico ese con los calcetines hasta las rodillas. De todas formas, ese es el concepto.

- Gracias a ti. Por darme la oportunidad de...  No sé, demostrar... Dejarme demostrarte lo que... ¿Siento?- El tono, las palabras escogidas, todo, me hace tener ganas de reír.

Sonrío como respuesta, tímidamente, y mordiéndome la lengua, grapándola junto con el labio inferior. A ver, ¿qué puedes responder a eso? ¿Oye, muchas gracias porque eras mi amor platónico desde que te vi, o vi a tu hermano gemelo que intentó aprovecharse de mí,y sentí que me moría de alegría cuando me invitaste a una cita? No, porque no es verdad. Así que mejor me quedo callada. ¿Ahora no discutes, eh, mente?

Las familiares luces del Internado se hacen visibles cuando el coche de James dobla la curva para entrar al camino de grava, y en pocos minutos nos encontramos ya en la bifurcación entre el camino para el aparcamiento y el camino para los edificios. Frena y, entonces, recuerdo. La cita en la que te da un beso. ¿Es la segunda, la tercera...?

Se toma su tiempo en frenar del todo y luego se gira del todo hacia mí. Sus ojos se ven brillantes y con un poco de temor. Skye solía decirme que era muy rara, que le explicase como podía ver las emociones en los ojos de los demás. Y no sé, si digo la verdad. Solo sé que al mirar los ojos de una persona, sé decirte qué siente. Jessamine, ¿quieres dejar de pensar en Skye y concentrarte en lo que está pasando? Hola mente, ahí estás. Has vuelto,

James se acerca a mí y solo puedo reaccionar echándome hacia atrás la misma distancia que él hace hacia adelante. Otros centímetros más hacia adelante y mi mente se vuelve loca. Mi cuerpo en vez de ir hacia atrás va hacia adelante, hasta que hay un espacio de tres milímetros entre sus labios y los míos. Gira su cabeza un poco hacia la izquierda y...

Mi puerta se abre y una mano captura la mía violentamente y tira de mí hacia fuera, obligándome a salir del coche. Ashton cierra la puerta y le dedica una seña muy fea a James para que se vaya de aquí. James obedece sin rechistar y las llantas hacen un sonido chirriante al entrar al camino del aparcamiento. Me pongo las manos en las caderas, preparada para echarle una gran bronca a Ashton en cuanto se gire. Pero cuando finalmente se gira hacia mí y me mira con sus preciosos ojos verdes, no puedo hacerlo. Simplemente no puedo.

- Ash, explicame....- Comienzo a hablar pero él me interrumpe.

- Yo... Ah.- Se rasca la nuca nervioso y luego baja las manos.- A la mierda, Jess. Estoy celoso.

¿Celoso? ¿Cómo que celoso? ¿De qué está celoso?

- Estoy, eso, celoso. Celoso de la forma en la que Luke te abraza por los hombros, de los chistes verdes que hace Calum, de tu hermano cuando te da besos en la mejilla y tú se los devuelves, celoso de James y de que haya tenido la valentía de invitarte a citas. Celoso de mí mismo cuando me desperté y estabas dormida encima mío con esa cara de ángel. Estoy celoso, Jessamine Clifford, celoso porque estoy enamorado de ti.

Beautiful Green EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora