«Pronto sabrán que ser una chica y tener ocho hermanos no es la mejor combinación...»
Mackencie White tendrá que aprender a sobrevivir a un hogar en el que no existen los límites, y donde todo está dominado bajo la influencia de sus hermanos atrayen...
Dentro de una habitación color carmesí, decorada con diferentes cuadros y objetos diseñados para parecer acogedora, una pareja de jóvenes parece lejos de encontrarse tranquilos. Las miradas que les dirigen las caritas de bebés colgando de todas las paredes no parecen ayudarlos, y tampoco el sobre que el doctor frente a ellos va abriendo de poco en poco, aquel que contiene las respuestas a sus constantes preguntas.
El silencio inundaba el lugar conforme el tiempo pasaba. Pudieron ser apenas unos minutos pero para esta joven pareja pareció horas. Ambos observaban con atención hasta el más minúsculo cambio en el rostro del doctor mientras éste acomodaba sus lentes y leía el contenido del sobre.
-Lamentablemente los estudios han confirmado lo que temíamos. Sus oportunidades de quedar embarazada son mínimas, casi nulas. -Anunció el doctor.
La muchacha llevó sus manos a su boca conteniendo las lágrimas. Su novio la abrazó con fuerza y cerró los ojos. También él ansiaba formar una familia con ella, pero sabía que el dolor que él sentía no era nada comparado con el de ella.
-Continúe -Logró decir el joven, cuidando el tono de su voz.
-Correcto. El problema se centra en la ovulación de su pareja, lo que impide la liberación de un ovuló maduro en los ovarios, dando como resultado la imposibilidad de quedar encinta.
La chica soltó un sollozo y unas cuantas lágrimas luchaban por escapar de sus ojos celestes pero haciendo acopio de todas las fuerzas y esperanzas que le quedaban preguntó -¿Hay algo que pueda hacer? ¿Algún tratamiento o, cirugía quizás?
El doctor volvió a acomodar sus lentes y continuó leyendo los resultados del estudio.
-Hay algunos medicamentos que pueden aumentar las posibilidades de fertilidad y si eso no da resultado solo nos quedarían métodos como fertilización in vitro o en dado caso, la adopción- Terminó el doctor con una mirada de empatía hacia los jóvenes frente a él. No debían de tener más de 24 años cada uno y ya tenían que afrontar una noticia así de fuerte.
Miró como la chica se secaba las lágrimas y asimilaba la información. -Si hacemos lo que usted dice y seguimos el tratamiento, ¿Cuáles son las posibilidades doctor?
-No quiero darle falsas esperanzas. Pueden pasar años hasta que el tratamiento funcione, pero al final de los casos ha habido cerca de un 40% de éxito. Repito que pueden pasar algunos años para que veamos resultados, pero vale la pena intentarlo -Agregó rápidamente al ver el rayo de esperanza que cruzaba los ojos de ella. Lo último que quería hacer era dar falsas esperanzas.
-¿Y qué sucede si aún así no funciona, y si somos de ese 60%?
-La adopción sigue siendo algo que no deben descartar entonces. Deben estar conscientes de que el tratamiento no es fácil. Habrá revisiones constantes y como mencioné antes, no es 100% garantizado. Deben tener siempre en cuenta la fertilización in vitro y la adopción como medidas alternas para tener un hijo.
Unas cuantas lágrimas más cayeron del rostro de la joven. -Lo tomaremos, muchas gracias doctor. -Contestó el chico, al ver a su novia incapaz de decir algo más. La adopción ya había sido tema de conversación entre ellos y ahora esa idea parecía tentadora.
El doctor asintió y comenzó a recetar y hacer los planes necesarios para seguir adelante con el tratamiento que los jóvenes habían escogido. -Les deseo la mejor de las suertes.
-Tres años después-
-¿Está completamente segura? ¿Es en serio? -Dijo con emoción la chica, hacia la bocina del celular.
-Completamente. Los papeles han sido firmados y él bebe debe nacer en un par de meses más. -Hablo el otro lado de la línea, la voz de una chica, una empleada, parecía sentir empatía con la chica.
La emoción que intentaba contener estalló en forma de pequeños grititos y empezó a brincar en su sitio. No lo podía creer pero por fin, después de tantas decepciones, intentos y años de búsqueda por fin iba a poder sentir la alegría de ser madre.
-Señorita, ¿sigue usted en la línea?
-S-Si aquí estoy. Gracias, ¡muchas gracias por todo!
-No hay de qué. Gracias a usted, estoy segura de que éste niño será muy afortunado de pertenecer a una familia como la suya. Hasta pronto.
Colgó el teléfono y salió corriendo en busca de su esposo. Aún parecía un sueño, debía compartirle la noticia cuanto antes. Bajó corriendo las escaleras sin detenerse a esperar el elevador del condominio, no podía esperar un minuto más. Tan pronto como cruzó las puertas a la calle sintió un mareo y se apoyó en la pared para mantener el equilibrio, apenas se sintió mejor siguió su carrera hasta donde se encontraba él.
En ese momento no le dio importancia pero pronto se daría cuenta que ese mareo no era producto de la emoción por la noticia que acababa de recibir. Ella no podía saber que lejos de ese lugar, en un consultorio color carmesí, un doctor sonreía frente a unos estudios que acababa de recibir y se imaginaba la cara que pondría aquella joven pareja al enterarse que ahora eran parte de ese 40% que vio sus sueños hechos realidad.
--------------- Hola, gracias a todos. Este es mi nuevo proyecto y espero que la introducción haya sido de su agrado. Nos vemos en este camino junto con estos locos hermanos y Leah.
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