Cerré mis ojos con fuerza y al abrirlos me di cuenta de que seguía en el pasado. Me miré fijamente al espejo sin creerlo del todo, mis facciones eran más jóvenes, observé mi muñeca dándome cuenta que aún no tenía la marca de la quemadura de tercer grado que los chicos me provocaron meses después de esta noche.
Sí en definitiva, estaba en el pasado.
—No puedo creer esto...— Susurré mientras seguía admirando mi rostro y mi recamara, que seguía intacta excepto por el vidrio roto de la ventana.
La puerta se abrió de par en par dejando ver un rostro conocido, Matthew tenía puesto un elegante traje confeccionado a la medida color negro y rojo. Matthew me miró negando con la cabeza, de alguna manera parecía enojado de que no estuviera lista.
—Saldremos en quince minutos, asegúrate de llevar flats o te cansaras— Comentó haciendo referencia a mi inhabilidad a usar tacones.
Sentí una presión en mi corazón al verlo, como si el aire dejara mis pulmones. —Matt...—Susurré mientras sentía cómo me rompía por dentro, Matt había cambiado tanto al pasar los años, a medida que crecía y maduraba comenzó a convertirse en el jefe, dejando al antiguo Matt en el pasado, uno más relajado y amigable. Pero eso no importaba, estaba aquí frente a mí y no en Londres.
Corrí hacia él para rodearlo con mis brazos, al sentir su cercanía no pude evitar soltar algunas lágrimas de felicidad. Matt inmediatamente me alejo de él extrañado por mi raro comportamiento.
—Kencie vas a arruinar mi traje— Gruñó acomodando su saco, alejándome de él—. ¿Qué te pasa?
Mierda, no puedo decirle que en unos años dejará de vivir con nosotros, sería demasiado raro, ni tampoco puedo confesar que todo esto es un truco de Madame, joder estoy perdida.—Fue un trend que vi en tiktok...— Comenté alejándome mientras mi mirada buscaba el suelo, que idiota soy.
—Qué rara eres...— Susurró Matt dándome una palmada en la cabeza mientras se daba la vuelta para dejar mi cuarto—. Ya casi nos vamos.
Matt se fue dejándome nerviosa, debía de controlarme, ser una "kencie normal" para no levantar sospechas, debía de pretender que nada pasaba. Por lo que tomé mis flats y salí del cuarto, recuerdo que fui la primera a subirme a la camioneta por lo que hice exactamente eso. Poco a poco los chicos comenzaron a llegar a la camioneta, los trillizos estaban vestidos con trajes de diseñadores reconocidos en el país, ya que está es su noche.
Su baile de bienvenida a la preparatoria, en donde en nuestro colegio Richmond era un asunto grande, se hacía una fiesta en donde primero acudíamos a una conferencia oficial de bienvenida y después las canchas se abrían para permitir a los estudiantes disfrutar de la compañía y música. Sin embargo, nosotros siempre la convertimos en una fiesta en donde nadie salía ileso de ella y los trillizos no serían la excepción.
Matt se había encargó de organizar litros de alcohol para conmemorar la fiesta, en honor a los trillizos, esto era como una iniciación, todos los Whites pasamos por esto y en el futuro lo haremos por Russell. Aunque los rumores comentaban que mi hermano mayor tenía planeado una sorpresa masiva.
Miré a los trillizos con una sonrisa en mi rostro, todos se veían más jóvenes que antes y con higaditos limpios de alcohol. Mi mirada se detuvo en Jason quién tenía un golpe en el ojo izquierdo, y en su labio inferior tenía una herida reciente, para este tiempo Jason era mucho más cerrado que en la actualidad, creo que con él tiempo se ha abierto un poco más que ahora.
¿Estará peleando en peleas clandestinas a esta edad? pensé al notar las heridas en sus manos mucho más notorias que en mi realidad. Sentí tristeza al pensar que desde antes pude saberlo pero no tenía idea.
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She's Nothing But A BOY.
Teen Fiction«Pronto sabrán que ser una chica y tener ocho hermanos no es la mejor combinación...» Mackencie White tendrá que aprender a sobrevivir a un hogar en el que no existen los límites, y donde todo está dominado bajo la influencia de sus hermanos atrayen...