Suena un sonido similar al vibrador de mi teléfono, indicando la llegada de un mensaje. Con esperanza, desbloqueo el dispositivo, buscando una notificación de Jake o Scott. La desilusión me golpea al notar que solo es una alerta por la baja batería.
Suspiro con trabajo y miro la habitación, decorada con péqueñas flores violetas y colores pasteles, normalmente odiaría esta decoración, pero últimamente nada me importa, todo me sobra. Al mirar por la ventana, me doy cuenta de que ha oscurecido rápidamente. Apenas he notado el cambio en el día; he pasado todo este tiempo en cama, sintiendo dolor en el cuerpo, la cabeza y el corazón.
El alma me duele, siento una extraña sensación que jamás había experimentado. Han pasado dos semanas desde que abandoné todo: mi hogar, mis hermanos, mis padres. Y hasta ahora, no he recibido ni una llamada de mis hermanos. Al principio había recibido un par de mensajes pero después los eliminaron como si se hubieran arrepentido de mandarme mensaje, aquello me rompió más de lo que esperaba. Al principio había decidió no contestar porque no sabía cómo podía ocultar el secreto de Matt pero después de ver que habían eliminado los mensajes me rompí, era como si te quitaran todo aquello que habíamos luchado por años, injusto, cruel y doloroso, muy doloroso, ¿tanto se arrepentían de mi?.
Esa debe ser la razón por la cual no he podido salir de la cama en días. Apago el teléfono y lo escondo bajo la almohada más cercana. Me tiendo sobre el y cierro los ojos con fuerza, intento ahuyentar mis pensamientos pero el sentimiento me persigue como un dolor ardiente en mis ojos y mi corazón, me duele no saber ni ellos, de no tener mensajes o llamadas de su parte, creo que debo admitir la verdad, los necesito más de lo que ellos me necesitan. Joder, los odio. ¿Pretenderán que no les importo por tanto tiempo? Eventualmente me llamarán, ¿verdad?
Quizás he sido culpable de darles demasiada importancia, de cerrarme a conocer a otras personas y quedarme siempre en mi zona de confort. Me esforcé en ser la mejor hermana y ser aceptada en su estúpido mundo. Jamás imaginé que me ignorarían por tanto tiempo, que seguirían con sus vidas como si nada hubiera pasado, como si yo aún estuviera ahí. He revisado sus tweets todos los días esperando que me necesiten pero siguen divirtiéndose sin mí, saliendo con los demás del grupo sin mí. Maldita sea, me gustaría que no me importara, pero me duele. ¿Me equivoqué al pensar que les importaba? Quizás nunca fui importante para ellos. Tal vez esa sea la verdad detrás de todo.
Ahora estoy en una nueva ciudad donde no reconozco ni mi propio rostro. No entiendo quién soy sin mis hermanos; no soy tan divertida ni tan elocuente, me siento vacía.
Dean debe odiarme; he ignorado sus últimas llamadas y al final no pude asistir a la fiesta. No he tenido ánimos ni para desayunar. Solo siento que quiero llorar todo el día, sin tener fin.
Mi cabeza no deja de girar con el pensamiento de que mi personalidad entera es una falsa pantalla; siempre intenté demostrar lo valiente que soy, pero la mayor parte del tiempo tenía miedo. Todas esas jugarretas, bromas, siempre fueron para lograr ser parte de ellos, que creyeran que era tan cool para ser parte de la familia.
Intento ignorar las lágrimas que amenazan una vez más; joder, odio llorar, pero no puedo parar.
Estoy sola. Jodidamente sola. Y muy dentro de mí, creo que siempre estuve sola.
Y lloro, lloro como nunca antes, sin importarme nada, rompiendo toda aquella pantalla falsa de mis verdaderos sentimientos, sintiendo que mi corazón se revuelve como nunca antes, sintiéndome traicionada por mi propia sangre.
Juro que se arrepentirán; juro que jamás podrán reparar lo que se rompió. Jamás recuperarán a Mackencie; Kencie se ha ido y no volverá, jamás.
Esta es mi oportunidad para ser yo, para descubrir quién soy en verdad, sin querer agradar a alguien, sin querer pertenecer, simplemente ser yo, sin juzgar, sin ser tan dura conmigo misma, de intentar salir de mi zona de confort y abrirme a las personas correctas. Jamás volveré a callar, a mentirme a mí misma. Esa Kencie ya no existe.
Quiero ser Leah y me vengaré, aunque sea lo último que haga.
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Estamos cerca del final de este libro, desde el día uno que empecé a escribir este libro fue con la intención de crecer junto con Kencie y aunque el tiempo ha pasado he logrado entender muchas más situaciones que cuando empecé a escribir.
La soledad, la depresión es un dolor muy fuerte, el ser ignorado, el no pertenecer duele y a Kencie le duele haber dado todo para nada, así como ella alguna vez fui yo, alguna vez tal vez fuiste tú o tal vez no, pero si alguna vez te sentiste así te mando un gran gran gran abrazo.Espero que haya podido transmitir la tristeza que Kencie siente.
Nos vemos en el siguiente capítulo, ya nos quedan poquitos!!
Comenta o dale like si has llegado aquí, te mando mucho amor por leer después de tanto tiempo y acompañarme❤️🩹
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She's Nothing But A BOY.
Novela Juvenil«Pronto sabrán que ser una chica y tener ocho hermanos no es la mejor combinación...» Mackencie White tendrá que aprender a sobrevivir a un hogar en el que no existen los límites, y donde todo está dominado bajo la influencia de sus hermanos atrayen...