Capítulo 9.-Competencia caótica

782 62 10
                                    


–Pásame la llave. –Dice Marcus en un susurro.

Mi corazón comienza a latir rápidamente, sintiendo la presión del tiempo en contra de nosotros, busco en las bolsas traseras de mi pantalón aquella llave que tanto me había costado conseguir, tan pequeña, pero tan importante. Se la doy a Marcus y él la introduce en la rendija de aquella reja metálica, subimos el portón tratando de no hacer ruido para así no despertar a los guardias y con la linterna de mi celular alumbró el interior.

Y lo veo, aquel objeto de valor excesivo, reluciente como lo imagine, un vehículo de colección, uno en un millón, en nuestras manos.

–Lo logramos– suelta Marcus mientras me abraza, los dos nos miramos emocionados y nos separamos para entrar a la bodega justo en el momento en el que la alarma de seguridad comienza a sonar en algún punto del cuarto.

–Sube– Suelta Marcus abriendo la puerta del carro.

–¿Tienes las llaves? ¡Dijiste que solo lo veríamos!–Gritó sintiendo la adrenalina correr por mis venas.

–¡Vamos Mackenzie!– Dice cerrando la puerta del vehículo, por lo que dejó de dudar y corro hacia el. Abrí la puerta y me subo, una vez adentro contempló vagamente la belleza de su interior, asientos de piel, olor a menta, fresco, el tablero comenzó a tomar colores dorados en cuanto se prendió, era una belleza. Marcus rápidamente pisó el acelerador como si no hubiera mañana.

–¿Qué diablos estás haciendo?–Pregunté mientras veía por el retrovisor como la bodega quedaba detrás de nosotros.

–Dar una vuelta, ¿no quieres?– Su tranquilidad es realmente estresante, ¿Acaso quiere terminar muerto?

Mierda Marcus, ¿Puedes ser por una vez en tu vida obediente?

–Papa nos matará.–susurro sabiendo que no me hará caso, como siempre.

–¿Que nos hará? ¿Mandarnos al bosque?–Dice en tono burlón, a lo que yo respondo con una sonrisa.

Me baje rápidamente para mover la reja que nos impedía escapar, por detrás escuche el pitido de la patrulla por lo que use toda mi fuerza para moverla y subirme en seguida.

–¡Acelera!–Grite y Marcus apresuró el paso haciendo rugir al auto, y poco a poco escuche el sonido de la bocina desaparecer.

–Lo logramos hermana.

–¿Y ahora qué haremos con esto? –Dije sintiendo el peso de la responsabilidad caer en mis hombros, Marcus suele olvidarse de escuchar aquella vocecita que suele decirte que hacer o qué no hacer, por lo que yo suelo actuar de su conciencia.

–Ganar unos cuantos dólares y después lo devolvemos.

Joder, lo sabía, los Whites tienen la mala costumbre de meterse en problemas.– ¿Estás seguro?

–Volverá como si nada hubiera pasado, lo prometo.

Mierda, ¿por que presiento que esto saldrá muy mal?

Todo empezó hace una semana, cuando Marcus y papá pelearon por sus calificaciones, Marcus es realmente un idiota, es muy flojo, por lo que siempre está su pellejo en peligro, así que papá decidió córtarle la mesada hasta que este eleve sus calificaciones.

Y de repente la noticia corrió por los pasillos de High School Richwood, una demostración de carros deportivos de lujo, a los primeros 3 lugares se llevaría diferentes premios, variando desde dinero hasta boletos de avión. Así nació la idea de tomar prestado el bebé de papá.

Es el carro favorito de papá, fruto de sus años de trabajo, el se dedica a diseñar automóviles de lujo, por lo que este es totalmente su diseño, lo cuida como a su vida, es decir, tiene su propia bodega, en la cual tiene todo controlado, ambiente, temperatura, etc. Cada cierto tiempo expertos van a inspeccionar que todo esté bien con el carro, debido a que no está hecho para la ciudad, sino más bien para exponerlo.

She's Nothing But A BOY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora