Capítulo 13.- Mente Maestra pt 1.

493 49 12
                                    

Poder, poder, poder.

Sostuve en mis manos la pequeña bomba que Marcus había conseguido, la admiré a detalle, jamás había tenido una de cerca, pero actualmente era la clave para conseguir lo que queríamos.

¿Quién podría decir que un pequeño artefacto tendría tanta capacidad de destrucción?

Quedé fascinada al admirarla, era tan similar a mí, discreta, con diseño de camuflaje para engañar al enemigo, cargada a más no poder, y con una gran fuerza en su interior. Una pequeña probada de aquello y sería el fin, para quién se atreviera, concepto bastante similar a mi ADN.

Estaba tan absorta en mis pensamientos, que cuando regrese a la realidad pude divisar en cámara lenta como Marcus encendió la mecha del objeto que tenía en las manos, sentí mi corazón latir rápidamente, según Dash, teníamos 5 segundos antes de que explotara, por lo que la lancé lo más lejos que pude, y me tiré al suelo gracias a mi instinto de supervivencia desarrollada en el bosque, cubrí mi rostro arrojándome boca abajo, y cerré los ojos con fuerza al escuchar un estallido que retumbó por toda la casa, haciendo que algunos vidrios colapsaran, escuché las carcajadas de Marcus al unísono con mi agitada respiración.

–Eres un idiota. ¿¡Por qué mierda hiciste eso!?– Pregunté alzando la voz.

–Quería saber si eso.– Dice mirando el desastre.– Servía.

–Demonios Marcus, jodiste nuestro plan.– Me levanté del suelo y me sacudí el polvo que había caído sobre nosotros, después admiré el desastre, como supuse había varios vidrios rotos, jarrones importados que habían pertenecido a la colección exclusiva de mi madre ahora yacían en el suelo, también algunas grietas habían aparecido en las paredes, lo cual era preocupante. Mi hermano y yo intercambiamos miradas sintiéndonos responsables de aquel lío.

–Fue tu culpa, tu diste la idea.– Solté antes de que escapara, debía evitar a toda costa ser responsable de esto.

–Debiste advertirme de que esto pasaría, eres la más lista de los dos.– Dijo fingiendo inocencia.

–Pues a mi me parece que ambos son bastante culpables.–Comenta una vocecilla infantil, Marcus y yo intercambiamos miradas antes de buscarle autor a tal oración, sin embargo ese tono de voz es muy característico en uno de los personajes más interesantes del hogar, Russell White.

–¡Russell!– Exclama Marcus. –¿Qué mierda haces aquí enano? Más te vale no decir ni una palabra de lo que acabas de ver. No te metas en donde no te buscan niñato.

-¡Marcus no le hables así!- Regaño a mi hermano gemelo.

-Pequeño, ven.- Digo intentando persuadir a mi hermano pequeño, este se acerca temeroso.- Lo que viste no es lo que parece.

–Pues a mi me pareció ver cómo utilizaban una bomba de mano, claramente casera, porque si hubiese sido construida en serie tendría algún tipo de control remoto o un sistema de reloj.–Se detuvo para admirar nuestras expresiones, el nos miro con superioridad.– Tuvieron suerte de que no fuese una bomba letal, sino más bien, una granada aturdidora.

–Recuérdame, ¿Cuantos años tienes?– Pregunta Marcus sorprendido.

En realidad Russell a su corta edad es un niño genio, es mucho más listo que el mismísimo Lucas, lo cual es sorprendente, su IQ supera el promedio para los niños de su edad, y por lo tanto está en una escuela especial, para niños con capacidades superiores. Esto último es reciente, mis padres se habían rehusado al cambio, pues querían que tuviese una niñez como cualquier otro niño, sin embargo Russell nunca estuvo interesado en interactuar con otros infantes, mientras los pequeños de su edad jugaban con carros, Russell encontraba fórmulas para explicar el movimiento físico que se encuentra al lanzar el carrito de plástico sobre la plataforma.

She's Nothing But A BOY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora