Capítulo 12.- Pelea clandestina

502 56 20
                                    




–Hemos decidido revocar todos tus castigos hija.– Suelta con dulzura mi madre, para mi sorpresa esto no suele suceder con frecuencia.

Un bocado del estofado que estaba comiendo cayó de mis cubiertos–¿Que?– Pregunte entrecortado mientras tosía.

Mis padres se tomaron las manos, como si necesitaran el apoyo del otro. –Leah, sabemos que hemos sido un poco duros contigo, por lo que pensamos que tal vez es mejor si encontramos una solución a tu manera de ser, que no sean con pastillas o castigos. –Mi padre hizo una pausa y miró a mi madre, el intercambio de miradas me pareció aterrador– Creo que sería buena idea si empiezas a entrenar con Jason, a él le funciona y tal vez también a ti.

¿Qué rayos? ¿Entrenar con el?

En realidad nadie sabe mucho de los entrenamientos de Jason pues nunca nos cuenta mucho al respecto, ni tampoco nadie lo ha visto entrenar, Jason es un chico muy cerrado, acostumbrado a estar solo, el solo hecho de ir a entrenar con él sería incómodo.

Lo único que sé son rumores no comprobados de que lo han visto entrenando con militares, o que entrena hasta que alguno de los participantes no puede más, dicen que mi hermano a mandado a chicos al hospital y otros dicen que pelea con zumos, esto último suena falso pero sería interesante de ver. 

–Deberías hablar con Jason, para que vayan juntos.– Mi madre parecía no estar muy satisfecha con la decisión.

–No creo que sea buena idea.– Contestó nerviosa.

–Mackencie White, no nos dejas otra opción, nos estás empujando a checar opciones de internados.– Soltó mi madre, pude notar una pequeña emoción en su voz, se que su sueño es que asista a esos malditos colegios.

–¡Bien! Iré a los entrenamientos.– Mierda, toda esa basura de los internados son una farsa, desde que era pequeña fue el sueño de mi madre que estudiara en esos colegios para plásticas, y yo siempre me negué a ir, ¿Por que yo era la única que tenía que cambiar? ¿Por qué no mandan a todos mis hermanos a una jodida escuela para caballeros?

Mis padres guardaron silencio durante el resto de la comida al igual que mis hermanos, nadie quería sumarse a la aventura de ir a esos entrenamientos y Jason no podía objetar debido a que como de costumbre estaba en su habitación.

Malditos gallinas.

Más tarde la puerta de mi recámara se abrió de par en par, y de ellas divisé a mi glamorosa madre entrar con bolsas a cada lado de sus brazos, se veía realmente joven, como si los años no hubiesen dejado su huella.

Salte de mi cama por el susto. –¡Mierda mamá, me asustaste!

Mi madre me dedicó una mirada severa por haber insultado.– Una señorita no dice malas palabras.– Hizo una pausa y posterior volvió a sonreír.– Te traje ropa nueva para que puedas entrenar. Un par de bras deportivos, y 2 pants entallados para que se acomoden a tu bella figura.

Los mire con desdén, no eran de mi estilo.–Gracias madre pero pensaba usar ropa holgada y tal vez vieja.

–Ni una palabra al respecto Leah. Usarás esto, vístete que James está apunto de irse.–Y cerró la puerta, tras desaparecer.

Mierda, mi madre estaba volviendome loca.

Me vestí como mi madre quería a pesar de mis intentos por revelarme, supuse que si seguía intentando terminaría con la poca paciencia que me tenían, al terminar me dirigí a la habitación de Jason, toque varias veces hasta que me decidió abrir.

Estaba vestido con una camisa básica negra y unos pants, alrededor de su cuello colgaban sus audífonos, los cuales traía todo el tiempo, los trillizos tenían eso en común, todo el tiempo estaban en su mundo. Estaba poniéndose unas vendas en las muñecas cuando lo interrumpí.

She's Nothing But A BOY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora