"Esto es fácil, solo apunta y dispara" pensé al momento que mi respiración era lenta y suave.Fije mi mirada al frente, viendo mi objetivo, despeje mi mente dejándola en blanco, tenía que pensar que nada existía, solo mi objetivo y yo. Mi respiración era suave y tranquila, jale lentamente el gatillo con la escopeta apuntando hacia el objetivo, quite el seguro y mantuve mi mirada para obtener un disparo limpio. Baje el arma y admiré mi resultado, poco a poco iba mejorando mi puntería, lo que me causa cierto placer, una sonrisa se dibujó en mi rostro cuando vi que había acertado.
Bien hecho Kencie.—Pronunció mi entrenador, era un chico corpulento y estaba todo el tiempo vestido de militar.— Has mejorado tu puntería, felicidades.
—He estado practicando últimamente.—Conteste admirando los frutos de mi dedicación, frente a mí, a unos metros de distancia estaba mi objetivo y la marca que había hecho mi disparo justo en medio.
—¿Pensabas en alguien al hacer el disparo? Tenías una mirada aterradora.— Bromea mi entrenador, me da una leve palmada en el hombro mientras se aleja lentamente.— Veré a los demás, tú sigue así.— Y desaparece.
La habitación se inundó de un silencio sepulcral, en aquel cuarto solo estábamos mi arma y yo, dejándome con mis pensamientos, y algunos recuerdos agridulces vienen a mí memoria, comienzo a repetirlos una y otra vez lentamente como una cascada, ahogándome. En ellos se encuentran mis hermanos, Alexandra, el guapísimo de Dylan, el sexy Shean y como todos ellos jugaron conmigo.
Disparo a la nada simplemente para dispersar mis pensamientos, el ruido y el impacto del golpe me distrae de mis malditos pensamientos, ¡Joder, concéntrate Mackencie! miro al frente e intentó apuntar a mi nuevo objetivo, trato de relajarme, tiró del gatillo y falló.
—¡Joder!—Gritó exaltada, el sudor comienza a correr por mi frente, me quito los lentes especiales y los guantes lanzándolos violentamente contra el piso. Siento mi corazón latir rápidamente por lo que me dirijo a un baño, me miro al espejo y suspiro. Mi rostro se ve pálido y puedo jurar que es de mis primeras veces en tener algún barro, no es común en mí rostro pero últimamente me he sentido fuera de mi misma, lo atribuyó al desastre que los trillizos armaron ya que desde ese día las cosas no han vuelto a estar normal en la mansión de los White.
Intentar controlarme era un nuevo sentimiento para mí ¿Mackencie White sin explotar? Creo que sí, pero no estaba teniendo éxito, aún tenía muchas ganas de vengarme, tomar control de la situación y escucharlos suplicar, por lo que al día siguiente del baile hable con mi entrenador y me ayudó a resolver el problema con un nuevo plan.
El secreto es no hacer nada, mis hermanos me conocen lo suficiente como para saber que buscaré venganza por lo que desde que pasó ese incidente han tenido extremo cuidado conmigo, no duermen cómodos pensando en cuando atacaré, ni tampoco se bañan con los ojos cerrados y en definitiva, están comiendo de la palma de mi mano temerosos de que si bajan la guardia podría actuar. Estoy aguantando para explotar en el tiempo, momento indicado y cuando eso pase, será épico y no volverán a entrometerse en mi jodida vida.
Pero mientras el día y la hora perfecta se cumplen debo entretenerme y sacar mi lado destructivo en otra cosa, al día voy dos veces a entrenar y si aún tengo energía, vengo a practicar mi puntería. Me mantengo lejos de casa lo necesario para no hacer algo impulsivo y armar un escándalo pero lo suficiente para molestarlos con mi presencia.
Salí del baño después de lavarme el rostro para intentar controlar mis nervios, lo cual parecía estar funcionando, una vez afuera tome mis cosas y me dirigí a casa, tenía que tomar un largo camino hasta llegar por lo que me puse mis audífonos, sin embargo aún no podía dejar de pensar en lo sucedido, mientras caminaba más pensaba en la situación y en lo traicionada que me sentía, ¿es que no les gusta verme feliz? Yo siempre los apoyo cuando se sienten mal, cuando quieren hablar, cuando necesitan ayuda, pero cuando yo necesito apoyo y ayuda me mandan a la mierda.
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She's Nothing But A BOY.
Teen Fiction«Pronto sabrán que ser una chica y tener ocho hermanos no es la mejor combinación...» Mackencie White tendrá que aprender a sobrevivir a un hogar en el que no existen los límites, y donde todo está dominado bajo la influencia de sus hermanos atrayen...