capítulo 2

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- ¡Auch! - se quejó - tienes la mano bastante pesada.

- Pe-perdón, no quería hacerlo, en serio no quería, esque me asusté y bueno, reaccione de maner… - mis palabras fueron cortadas por su mano, la cual colocó sobre mi boca. Que vergüenza sentía al darme cuenta que lo golpee.

Él era bastante lindo, cabello rubio, piel blanca, ojos color marrón y de estatura 1.79 aprox. Me parecía haberlo visto en alguna parte, pero sabía que era imposible, no había salido del orfanato en años.

- No te disculpes, no te conozco y de seguro me lo merecía, no debería haberte susurrado tan de cerca - dijo mientras se pasaba la mano tratando de suavizar el dolor de la cachetada - soy Thomas, mucho gusto.

- Soy __________ y disculpa de nuevo por haberte abofeteado, no era mi intención, no ando por la vida pegándole a la gente por si así lo crees - dije riéndome.

- Por suerte no vas por la vida haciéndolo, pobres hombres - repitio riendo - ¿Qué llevas en la mano?

- Me dijeron que era una buena trilogía - le mostré la portada - lo comenzaré a leer

- ¿Maze Runner? - preguntó con asombro - no has visto las películas cierto?.

- No, quiero leer los libros y luego ver las películas, creo que la última se está rodando aún. ¿Cómo es que supones que no vi las películas?.

- No, no supongo nada... Lo decía porque sería una lástima que vieras las películas antes de leer los libros - lo noté nervioso, ni idea de por qué.

- Ah, suerte que no es mi caso - sonreí, di media vuelta y me fui, pero él me alcanzó y se cruzó por delante mío caminando de espaldas, quedando justo frente a mi.

- Permiso - dijo quitando el libro de mi mano y tomando los otros dos que le seguían.

- ¿Qué haces? - pregunté confundida mientras vi que se dirigía hacia la vendedora para comprarlos. Lo seguí para evitar que lo hiciera, no lo conocía como para aceptar que me los comprara, pero ya era tarde.

- Toma, son todos tuyos, no te tardes en leerlos, fue un placer - y desapareció entre la multitud.

Que extraño fue todo, por favor dónde lo vuelvo a encontrar para que me siga comprando libros - pensé y solté una risa lo bastante fuerte supongo, ya que varias personas voltearon hacia mí con extrañeza.

Llegué a casa y encontré a Alía semi desnuda encima de un tipo. Que mala costumbre tiene, siempre hace lo mismo y no se acuerda que vive conmigo. Pasé tapándome la cara y derecho a mi cuarto, comencé a leer el primer libro hasta que el sueño me venció.

- ¡Maldita sea! - dije entre dientes colocando mi almohada sobre la cabeza para evitar escuchar la molesta alarma.

- ¡Ya apágalo! - escuché como Alía gritaba desde el otro lado mientras golpeaba la pared.

- No es mi culpa que te hayas quedado hablando hasta tarde, tuve que escucharte toda la noche y acá estoy con cara de felicidad - dije sarcástica.

Me levanté y fui hasta la ducha, era un día soleado - que terrible - no soy de usar vestidos, pero con este calor era necesario.

¡Vamos Ali, te espero abajo! - grité cerrando la puerta

Caminamos, el trabajo no quedaba muy lejos de nuestro departamento, jugábamos a no pisar las líneas del pavimento - ya sé, es infantil - nos compramos un café antes de llegar al trabajo.

- Buenos días - nos abrazo Mary

- Buenos días - dijimos al unísono mientras le entregábamos el café que compramos para ella.

Llévame al olvido ~ (Thomas Sangster y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora