capítulo 8

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Alía se quedó muda, no sabía que decir. Estuvo abrazándome durante unos minutos y logré calmarme, me sentía un poco mejor.

- Si lo que dices es cierto de seguro esa mujer pelirroja sabe toda la verdad.

- No puedo simplemente ir y preguntarle sobre mi vida - dije mientras me paraba de la cama y respiraba profundo.

- ¿Por qué no? Ella simplemente se acercó a ti como incógnita con un papel y se fue. Bastante cobarde de su parte.

- Debe esconder algo más - mire a Alía a los ojos - ¿Donde dijeron que trabajaba?.

- En un jardín, recuerdo perfectamente el nombre. Pásame la laptop - dijo mientras señalaba el lugar donde se encontraba.

Tomé la laptop y se la pasé, me senté a su lado y Alía busco el nombre del jardín infantil en Google. Llegamos a dar con una página, pero no se podía ver mucho, pedía usuario y contraseña para poder acceder a las fotos.

- Acá está - alía apuntó en una esquina de la pantalla - tenemos que ir, ésta es la dirección.

- Ok, mañana vemos que sucede.

Le pedí a Alía que descansaramos por ahora, se fue a su dormitorio y quedé sola. Había sido mucha información por hoy, las cosas en mi cabeza daban vueltas y no me sentía muy bien que digamos.

Tomé mi celular y vi la hora, eran las 23:00 hrs. tenía 5 llamadas pérdidas de Thomas y dos WhatsApp que habían llegado hace 3 minutos. Abrí el WhatsApp y Thomas decía que si no contestaba iba a venir a mi casa. Lo llamé.

- Hasta que por fin das señales de vida - escuché que decía desde el otro lado de la línea.

- Lo siento, me dolía tanto la cabeza que dormí toda la tarde.

- ¿Quieres que me quede contigo otra noche?

- No Thomas, gracias. Dejémoslo para otro día, sí?

- Estás extraña, ¿hice algo?

- No, para nada. Solo estoy cansada, nos vemos mañana, un beso.

- Ok, un beso preciosa.

¿Está bien seguir con él sabiendo que quizás su padre hizo cosas horrendas conmigo? y si es quien creo no solo las hizo conmigo, lo hizo con muchas.

                     ************

Desperté y estaba lloviendo, las gotas hacían ruido contra la ventana. Me levanté y Alía no estaba, que raro. Fui al baño y me metí a la ducha, para cuando salí un hombre estaba en la puerta, se giró y yo solo reaccioné a tomar mi toalla y me taparme.

- No te tapes mucho que vengo con ganas de que juguemos un rato - se acercó y me quitó la toalla - que afortunado soy, tenerte dentro de la familia como la novia de mi hijo. Nadie sospechará nada.

- Aléjate, llévate lo que quieras pero por favor déjame tranquila - respondí gritando y tratando de tapar mi cuerpo con las manos - no te bastó con hacerlo en el orfanato.

- No grites, nadie va a venir por ti.

- Cuando tu familia sepa lo que estás haciendo te vas a pudrir en la cárcel imbécil.

Se acercó y puso sus manos en mis hombros, tiré manotazos al aire y solo gritaba que no.

- ¡No! ¡por favor no!

- Hey, __________ despierta - sentí un grito y unas manos que tocaban mi pelo.

- Alía - la abracé - pensé que era real, él se veía real y todo….

Llévame al olvido ~ (Thomas Sangster y tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora