Llévame al olvido ~ (Thomas Sangster y tú)

capítulo 23

- Que graciosos - comencé a reír - lo estás haciendo por la broma que te hice el otro día con la pasta dental. ¿Verdad?

- No es broma - dijo Alía con cara de tragedia.

Lo que me faltaba, la guinda de la torta. ¿Por qué Jesús? Si he sido tan buena. Ahora tendré que soportar a Melisse entregándose en bandeja cada 5 minutos a Thomas.

- ¿Cómo? - Thomas dijo nervioso - digo, ¿Por qué o qué?

- Te noto nerviosito Sangster - dijo Alía levantando una ceja de manera amenazante.

- Para nada - aclaró su garganta y se estiró hacia atrás, pero su quijada seguía apretada.

- Mira, me lo dijo Kaya - comenzó Dylan - Melisse necesitaba un trabajo y Wes habló con el equipo de producción para saber si había algún cupo disponible.

- ¿Y? - pregunté ansiosa por saber la respuesta.

- Y se encargará de ordenar los camerinos, la ropa y ayudarnos en lo que sea posible.

- ¿No podía conseguir otro puto trabajo?. Uno acá en Londres tal vez - dije con desprecio.

- Al parecer no - contestó Dylan - ¿Me pueden explicar que está sucediendo con Melisse?

- Pregúntale a Thomas que al parecer está nervioso, y en la fiesta de Dexter estuvo prácticamente la noche entera con ella.

- Ah, ya entiendo para donde va la cosa - dijo Dylan

- La cosa no va a ninguna parte, joder - me paré del puf y miré por la ventana - yo sé que ella quiere algo más y no soy la única en esta habitación que lo piensa.

Thomas estaba mordiendo sus uñas y Alía no dejaba de mirarlo. Dylan me miraba preocupado y yo estaba en un estado entre la ansiedad y la molestia.

- ¿Por qué me miras así? - le pregunté a Dyl.

- Porque lamentablemente no heredaste mi hermosura - fingió una sonrisa.

- Vale, ahora en serio - me apoyé sobre el marco de la ventana.

- Nuestra madre hará una cena, y vedrán a cenar algunos chicos del cast, entre ellos obviamente estará Kaya - dijo mientras se tapaba la cara con la almohada.

- Me estás jodiendo que va a venir con Melisse.

- No lo sé, pero si es así, no pueden irse - Dylan se quitó la almohada de encima - Mi madre quiere hacer esto a modo de celebración por mi recuperación y por comenzar de nuevo a grabar.

- Si no hubiesen venido, los habríamos llamado igual - comentó Alía subiendo los hombros.

Está bien,  no importa, no me preocuparé. Quizás sí estoy paranoica y pensando cosas que no lo son, últimamente he andado así y no dejaré que la locura siga creciendo.

Thomas se levantó, se acercó, me tomó por la cintura y besó mi mejilla.

- Estás loca - susurró en mi oído - estoy contigo ahora y lo estaré durante mucho tiempo más.

- Solo quédate el tiempo que consideres aún quererme - apoyé mi cabeza en su pecho - ni más, ni menos.

Pareciera que las palabras salidas de mi boca dieron vueltas en su cabeza durante largo rato. Acariciaba mi cabello y de vez en cuando lo besaba.

- Nunca contestaste mi pregunta - escuché decir a Alía dirigiéndose hacia Dylan - ¿En cuanto tiempo nos vamos?

- En 30 días - contestó Dylan.