Me enamoré de quien no pensaba

Capítulo 61

No cambió a una expresión enojada, más bien cambió a una expresión de... lujuria
- Mica -dijo pero sonó como si me lo preguntara y después me tomó de la cadera y me acercó a él.
No dije nada, no creo que podamos hablar con él en ese estado pero me dispuse a ayudarlo. Lo tomé del brazo y lo llevé hasta la cocina como pude.
- te voy a hacer un café -le dije aún de pie junto a él acariciandole la mejilla y me iba a ir pero me acercó bruscamente a él. Me quise separar, lo impidió sujetandome más fuerte.
- Fer -le dije tratando de separarlo de mí. Comenzó a besarme el cuello y a subir y bajar sus manos por mi cuerpo- Fer por favor, estas borracho -parecía no escucharme- Fer basta -lo intenté una vez más pero al no resultar, junté todo mi fuerza y lo empuje haciéndolo caer en la silla. Su falta de equilibrio estuvo a mi favor. Sus reacciones eran lentas, por su cara me di cuenta que le costó darse cuenta qué había pasado
- quedate acá -le dije- te voy a preparar un café
- vení -balbuceó e intentó tomar mi mano pero me alejé a tiempo. Comencé a prepararle el café cuando vi que se puso de pie y quiso caminar con torpeza, tropezando contra las cosas. Me acerqué a él para frenarlo.
- Mica.. -dijo casi en susurro e intentó besarme pero corrí la cara e intenté alejarlo. El olor a alcohol que despedía me daba náuseas.
- qué pasa? Ya estuviste con él no? Ya quedaste satisfecha y no queres nada conmigo no? -dijo con palabras atropelladas y arrastrando algunas letras
- Fer, sentate por favor -seguí tratando de calmarlo
- por qué?! -gritó y me sobresalté asustada y sorprendida- por qué me hiciste esto?? Por qué no me amas como yo te amo?? -siguió gritando y agarrando mis brazos. Yo me quedé paralizada mirándolo, sus palabras me dolían y su reacción me hacía sentir peor.
- por qué? -repitió pero esta vez más bajo, como lamentándose con él mismo- por qué me gustas tanto? -me abrazó, cada vez me sentía más perdida- por qué tenes que ser tan... -no terminó de hablar, sólo se mordió el labio inferior recorriendo mi cuerpo con su mirada y luego con sus manos.
- basta Fer -dije tratando de apartarlo pero volvió a tratar de besarme.
En el forcejeo, Rodri apareció en la cocina
- qué pasa? -habló fuerte para llamar nuestra atención, especialmente la de Fer. Me miró a mí y después a él.
Fer finalmente se quedó quieto y lo miró
- con él también seguro no? -dijo y me miró- seguro que estás con todos... sos un arrastrada -dijo muy cerca de mi rostro, yo giré la cara hacia un lado para evitar su aliento con olor a alcohol. Luego con su manos en mis brazos, me empujó hacia un costado.
Yo empecé a soltar lágrimas nuevamente. Intenté contenerme pero las cosas que me dice... intenté pasarlo por alto por su estado, no está muy consciente de lo que dice  (o eso quiero creer) pero es él, es él quien me esta diciendo esas cosas en mi cara, sea consciente o no.
- anda Mica, yo me encargo -me dijo Rodri agarrandolo a Fer
Yo asenti con la cabeza y salí de ahí lo más rápido que pude con una mano en mi boca conteniendo la angustia que tenía. Desde el living, podía escuchar las cosas que seguía diciendo de mí así que subi por la escalera. A su habitación no puedo ir. Como no supe a dónde ir, me senté en el pasillo y lloré. Lloré todo lo que sentía que necesitaba llorar, lloré sin poder contener los sollosos, sin poder hacerlo silenciosamente.
- Mica? -escuché la voz de Agus y alcé la mirada con mis ojos llenos de lágrimas- qué pasó? -preguntó pero no podía hablar, sólo negué con la cabeza- qué haces acá tirada? Veni -me ayudó a levantarme y me guió hasta su habitación. Se sentó a mi lado en la cama y sin decir ni preguntar nada más, se dedicó sólo a contenerme ofreciendome su hombro para llorar mientras me acariciaba mi espalda y mi mano.

Cuando logré calmarme un poco, Agus ofreció traerme un poco de agua y aunque insistí en que no lo hiciera, bajó a buscarlo.
- creo que no hace falta que dice digas nada -dijo al volver con el vaso.
- sigue abajo? -pregunté con la voz apagada por todo lo que lloré
- no hubo manera de subirlo me dijo Rodri, esta tirado en el sillón
Asentí tomando un poco de agua del vaso
- Rodri sigue con él? -pregunté
- sí, ya esta por irse a dormir pero, según lo que me dijo, costó tranquilizarlo.
- no quiero ir a dormir a su habitación, no sé si esperar un poco más para irme o...
- quedate acá -me interrumpió Agus- no te podes ir así y menos a esta hora.
- hay gente que sale a trabajar a esta hora -dije sonriendo débilmente
- no es el caso. Quedate acá en mi habitación. Dale, acostate y descansá. Te va a hacer bien dormir un poco -dijo mientras acomodada las sábanas para que me acostara- te presto algo para dormir? Como la primera vez que te quedaste -dijo sonriendo y me contagió su sonrisa por unos segundos
- no tengo ni ganas de cambiarme
- te ayudaría pero sería un poco raro -bromeó
- basta, quiero deprimirme tranquila y no puedo si me haces reír -le dije y el se rió
- te voy a dar algo igual -dijo mientras se dirigía a su armario.
- en realidad, tengo algo en mi bolso. Esta en la habitación de Fer.
- ya te lo traigo -me dijo y salió de la habitación para luego regresar con mi bolso en la mano
- gracias -le dije.
En realidad me había traido un conjunto algo sexi para usar con Fer en la noche pero no me iba a poner eso ahora. Tomé un conjunto de ropa cómoda que me traje para usar después.
- me voy a cambiar, esperame -le dije y me dirigí con la ropa al baño. Cuando volví, entré y me acosté directamente en la cama
- bueno, me voy. Cualquier cosa que necesites, me avisas -me dijo Agus poniendose de pie
- no -le dije desde la cama- no te vayas por favor
- bueno, me quedo hasta que te duermas. Querés? -preguntó y negué con la cabeza
-quedate... quedate conmigo -pedí pero él lo dudó- es tu habitación, no hace falta que te vayas y no quiero quedarme sola... te necesito. Por favor
Él accedió y se acostó a mi lado pero aún se veía que no estaba seguro de quedarse
- somos amigos, no tiene por qué ser raro-le dije para tranquilizarlo y posé mi cabeza en su pecho para poder dormir. Luego de unos segundos comenzó a acariciar mi cabello y, en esa posición, podía escuchar el sonido de su corazón. De esa manera, logré relajarme y perderme en los sueños.