Capitulo 27: <<¿Por qué escribimos como somos?>>

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El teatro estaba lleno. Casi no cabía ni un alfiler. Noelia, mira, entre bastidores a sus padres, y después desvia la vista hacia Ricardo Morris. ¿Qué estaba haciendo allí? No sabía nada. Pero no era el momento de pensar en eso y dejar que su interpretación de Campanilla saliera lo más perfecta posible. Pero, aunque nerviosa, trata de memorizar la última frase que debe de decir, "¿Qué canción, Peter Pan, cantaras a Wendy?" mira el papel y ve la respuesta que Alejandro deberá de darle, "La canción del País de Nunca Jamás". Está destrozada animicamente. Lleva un día de perros. Se le está atragantando cómo un libro con infinitos capítulos. ¿Por qué es tan largo ese día? ¿Por qué no terminan de contar esa historia, esa parte de su vida? Mira el reloj, todavía le quedan quince minutos para salir ha escena. Se sienta en un banco. Verónica, una amiga de teatro se sienta a su lado. Le ha visto ausente, cómo si le faltara algo.

- Ya verás como lo vas ha hacer bien. No te preocupes -le sonrie y le anima

- Gracias -le corresponde con otra sonrisa

- No tengas miedo, es tu papel, sabía que tarde o temprano irías a representarlo -le dice 

- Gracias por pensar eso de mí. Estoy muerta de miedo. Y que me digas eso me anima a salir decidida y meterme en el papel de Campanilla. Gracias -

- No las des, para eso estamos los niños del Pais de Nunca Jamás -dice levantandose y colcandose en su posición para salir con los demás actores que hacen de Niños Perdidos de Nunca Jamás. 

Le queda poco para salir. Respira y mira el reloj. Está Neviosa. Impaciente y tal vez, decidida para hacer una buena representación de su perdonaje favorito de Disney. 

Hace un día 

Ricardo se pasea por la habitación, ¿Cómo seguir con la historia de Lara y Alessandro? Se pregunta una y otra vez mientras que deja que el humo del tabajo entre en sus pulmones. Ya se han conocido, se han presentado, se han dado el primer beso, y ahora, ¿Escena de amor? No, todavía es muy deprisa para que lo hagan, necesitan tiempo sus personajes. Va a la cadena de música y saca un USB. Una vez conectado busca en la lista de música, la canción que dio vida a Lara  y a Alessandro. "Scusa ma ti chiamo amore". Cuando la tiene señalada pulsa el  botón del Play. Y deja que el tabaco y la canción hagan de él la modelación del libro, cómo el David de Miguel Ángel. Parece que ya está empezando a sentir la inspiración, ¿Y si se atreve a escribir la escena de amor? Sí, ¿Por qué no? Entonces decide cambiar de canción y por los altavoces, suena "Tacata" de Tacabro, para recrearse en la escena, debe de ser lo más real posible, haciendo sentir lo que Alesso siente en es momento ¿No se estará pasando al escribir eso? La duda parece aflojar y empieza a escribir la escena que le hace poner más sentimiento y realidad en esa ocasión en su libro. 

"Alessandro mira con pasión los ojos de Lara. Poco a poco se acercan. Se rozan ligeramente los labios. La pasión entra en juego. ¿Cree que ha llegado el momento? ¿No se estará dejando llevar por la pasión? Entonces Lara le besa, lentamente, sensual, con un cierto toque de romanticismo. Alessandro se deja llevar, se acomoda en el sofá, mientras que los labos de ambos se intercambian. Alessandro se desabrocha el botón de la camisa. Ahora los besos son más cortos pero más intensos. 

- ¿Quieres que lo hagamos? -pregunta asegurandose

Lara le besa. ¿Y si no está preparada?

- Besame -

No puede seguir con eso. Pone el brazo, ese momento mágico se termina. ¿Qué es lo que está haciendo? El solo tiene veinte años, y ella catorce, ¿Por qué se ha dejado llevar por la pasióon? ¿Qué le está pasando? Lara le mira ¿Que le pasa?

Un Solo Corazón Para Dos VocesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora