La muerte del palomo

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Jamás creí que en un día soleado en el pueblo de San Antonio, decenas de personas vestidas en negro irían detrás de una marcha fúnebre en el panteón municipal, dos pequeñas urnas iban en frente de todos donde... Isidro y Rey iban cargando con varios hombres su lado, entre ellos Rey y yo.

Las lágrimas se escuchaban a lo largo de aquella marcha, mi madrina iba desconsolada abrazada a mi madre y a su lado mi padre tenía en brazos a la pequeña Alicia quien solo miraba a todos con una notable tristeza en sus ojos.

Al llegar a su destino que era un columbario o nicho, un sacerdote comenzó a orar y ofrecer unas oraciones por los recién fallecidos, los minutos pasaron mientras todos oraban, el pesar y las tristeza en el aire se sentían y fue de repente que llego la hora, cada una de las urnas fueron depositadas en su propia sección del recito donde sería su última morada. La mayoría comenzó a llorar desconsoladamente sobre todo mi padrino Isidro y su esposa quienes no paraban de llorar al ver como la puerta se cerraba con llave.

Rosas se empezaron a dejar sobre el pequeño espacio que sobresalía del nicho, todos se despedían de los difuntos persignándose y orando por ellos, yo miraba triste y también llorando abrazando a mi madre y mi padre, quienes tampoco soportaron las lágrimas, fue de repente que mi mirada se centró en Adrián quien se miraba desconcertado viendo hacia el suelo, sin derramar una lagrima teniendo a su hija de la mano la cual también lloraba, no pude soportarlo corrí hacia donde estaba la pequeña, la tomé sobre sus brazos y levantándola, ella ocultaba su rostro en mi hombro.

— Tranquila Alicia, tranquila... — Acariciaba la cabellera de la niña. Pero de repente me percato que Adrián sin decir nada dio media vuelta y se fue dejando a todos atrás en el dolor por las personas que estaban siendo despedidas ahí.

"Saúl De la Cruz Sandoval, hijo y hermano, nació el 7 de Agosto de 1983. Su familia siempre recordara su sonrisa y gran alegría. " Eso decía en una de las puertas de la sección, al otro lado estaba la puerta... "Ana Lucia Robles Méndez, nacida el 22 de Mayo de 1988. Hija, Hermana, Madre y Esposa... Toda su familia vivirá son el recuerdo de su vida junto a ellos."

Ambas puertas decían eso, sin decir una fecha de fallecimiento, la noticia había volado como pólvora, no solo a nivel del municipio si no a nivel nacional. Policía Federal arrestaron cerca de Lagos de Moreno, un grupo de asaltantes en la carreteras, los cuales robaban a sus víctimas para después asesinarlas a sangre fría, uno de ellos confesó la ubicación de varias fosas donde estaban los cadáveres de las víctimas, la gran noticia fue que entre los cuerpos se encontraba el hijo del gran campeón nacional de charrería Isidro De la Cruz. Saúl De la Cruz fue encontrado junto al cuerpo de su cuñada en la misma fosa de nombre Ana Lucia, muriendo ambos debido a varios disparos en todo el cuerpo. Todos estaban consternados por la noticias, cientos de medios se encontraban a las afueras del rancho, el personal bloqueo el paso pidiendo respetar el luto de la familia.

Vi las noticias, ¿Cómo esta Adri? — Hablaba por teléfono afuera de la casa De la Cruz con Javier.

— No está bien, para nada está bien. —Vi de manera rápida el árbol que golpeo Rey, se veían las marcas de los golpes de la otra noche aun. — A pesar de que estuvieran peleados, eran hermanos. Si le está pesando mucho también por Ana su ex esposa.

— Por dios, es que... Es horrible... Pensar que solo por objetos de valor tener una muerte así...

— Ya sabes que la situación del país no es para nada buena. — Miré al cielo, recordando los pocos momentos que viví con Saúl, que no eran muchos pero lo recuerda como un buen hombre centrado y siempre sonriente.

El Charro (Historia LGBTI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora