Perdóname y Mátalas

4.9K 434 146
                                    



— ¿Y bien...? Estoy aquí Adrián. Tienes poco tiempo porque tengo más cosas importantes que hacer. — La mirada de Teo me dolía, aquellos ojos que brillaban en ese momento parecían opacos, mirándome fríamente.

Darío me había traído a su cafetería con la promesa de poder a platicar con Teo, estaba nervioso por saber cómo reaccionaría, cuando llegó y lo vi era un chico de mirada filosa que quería volver a golpearme, pero no necesitaba hacerlo porque con solo su mirada me estaba dando una paliza más dolorosa que con golpes físicos. Darío calmó las aguas subiéndonos a ambos al almacén de la parte de arriba de su negocio.

— No sé por dónde empezar. — Dije nervioso.

— ¿Por qué no empiezas por la parte en la que me dijiste que vendrías con una respuesta para mí? En ese momento donde creí en tu falso amor. — La voz furiosa de Teo me dejo más que triste.

— No es así. Quiero que sepas todo lo que paso en estos meses, pero debes de entender que yo jamás quise lastimarte, ni mucho menos te engañe todo lo que dije, todo lo que pasó en el rancho fue verdad. — Dije sincero, poniendo mi mano derecha sobre mi pecho. — Tú sabes que lo que menos quería es que tú me vieras con los mismos ojos que ahora.

— Deja tus cursilerías de lado. — Teo desvió la mirada. — Además ¿Por qué debería de creerte? — Me acerqué lentamente poniéndome en frente y encarando al chico quien me miro otra vez con su mirada fría.

— Porque tu aun me amas y yo...

— ¿Qué aun te amo? — Gruñó. — ¡¿Cómo crees que yo aún siento algo por ti después de lo que me hiciste?! ¡Te estuve esperando! ¡Fielmente desde que regresé! ¡Cada día tenía la esperanza de que tú llegaras con una respuesta a mis sentimientos! — Vi como sus puños se formaron para después tomarme de mi camisa y ahora siendo él quien me encara con lágrimas en sus ojos. — ¡¿Y de que me entero?! ¡Que acabas de ser padre! ¡Que durante estos meses mientras yo te esperaba tú estabas siendo feliz con tu nueva mujer mientras se burlaban de mí!

— ¡No es verdad! — Repliqué.

— ¡Claro que es verdad! ¿¡Por qué no viniste antes!? ¡De haberme rechazado de cara, mínimo ya hoy te hubiera superado! ¡Eres de lo peor! ¡Porque aun tienes el descaró de venir aquí a continuar con esto!

— ¡Teo entiende! ¡Solo quiero que sepas la verdad de todo!

— ¡No quiero saber tu supuesta verdad! ¡Quiero que te vayas! ¡No quiero verte! ¡¿Ni siquiera entiendo el por qué has venido?!— No soporté más sus gritos, su rechazo, lo tomé entre mis brazos y le grité lo más fuerte que mi garganta y pulmones pudieron.

— ¡PORQUE TE AMO! ¡POR ESO VINE! — Vi la cara de impresión en Teo. Agitado lo solté. — No pasó ni una semana cuando me di cuenta podía estar tranquilo sin que tú estuvieras a mi lado. Iba a venir por ti cuando de repente se apareció ella con la noticia de que estaba embarazada.

— ¿Ella ya estaba embarazada? — Mire a Teo y asentí, agitado y limpiándose sus ojos me miró otra vez, tal vez esta sea la única oportunidad para poder decirle la historia.

— Dame unos minutos, y te lo contaré todo... Después podrás decidir y decirme lo que deseas. — El chico miró al suelo unos momentos, de repente alzó la mirada y asintió. Era un pequeño alivio, suspiré y comencé con el relato. — La razón por la que ocurrió esto fue porque yo estuve con ella cuando falleció Saúl y Ana.

— ¿La noche en la que desapareciste? — Me miró Teo extrañado.

— Así es, ella también perdió a su hermano, su única familia en manos de aquellos asesinos, y coincidimos en la misma cantina, hablamos, nos consolamos, salimos de la cantina y... bueno ocurrió eso. — Me volteé ya que no me agradaba ni que Teo me mirará así de frio. — Después de eso no supe de ella hasta una semana después de que te fuiste cuando llego a decirme, y que necesitaba mi ayuda porque era un embarazo riesgoso, no tenía a nadie. Teo... Yo no podía dejarla sola, se trataban de mis hijos, no soy una persona ruin como para correrla o dejarla así como así.

El Charro (Historia LGBTI)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora