Capitulo 3.

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Narra Martina.

Después de insistirle a Samuel de que todo está bien, me arreglo para irme a dormir. Claro, no es mi día de suerte y vuelve a sonar el timbre. Era Camila.

-¡Martina! ¡Abre de una maldita vez! ¡Tenemos que hablar engendro del demonio!- aunque mi cuarto queda en el segundo piso, escucho sus gritos.

Al poco tiempo entra a mi habitación, obviando el hecho de que alguien del servicio le abrió.

-A mi si me vas a decir lo que tienes- se sienta en mi cama mientras me penetra con sus oscuros ojos.

-Estoy bien- me encojo de hombros.

-Mar, querida- pensé que ya se estaba calmado- no te estoy preguntando que si quieres o no, ¡Vas a abrir tu maldita boca y a decirme qué carajos pasa contigo!.

-Cami...- mi voz empieza a quebearse, a esta chica no se le miente.

En ese momento Camila me abraza y algo dentro de mi termina por romperse, creí que si fui fuerte hasta con la mirada penetrante de mi padre también lo sería con Camila.

-Está bien, iremos con calma. Pero habla, no me iré hasta que lo hagas- acaricia mi cabello y fuertes sollozos salen de mi boca.

-Camila, no creerás lo que pasó- ella me mira desesperadamente- Jacob...-vuelvo a caer en llanto de solo pronunciar su nombre.

-Oh no, joder, no me digas que...- la intuición de madre que posee mi amiga me sorprende.

-Si, lo peor- digo calmando mis sollozos- la chica está embarazada.

Mi llanto se hace más fuerte y Camila opta por acostarme y abrazarme mientras acaricia mi cabello. Siempre que pienso en eso, mi corazón se parte en mil trocitos. Joder, tres años de noviazgo para que salga con esto, no es justo. Qué pocos huevos tiene. Pero lo amo tanto. Ahora, el que dirán me da un poco de susto.

-No terminaré con él, no quiero un show de estos en mi historial- digo algo suave, ambas nos paramos.

Lo siguiente que siento fue un ardor en mi mejilla. Si, Camila me había dado una fuerte cachetada.

-Eres una idiota, pero qué carajos pasa por tu mente, ¿Tienes cerebro de mierda o que?- eso fue ofensivo- ¿Acaso tu madre de trajo al mundo para que aguantes este tipo de humillaciones? Si que eres imbécil. Esto no me lo esperaba. Mira, ese hijo de puta no recibirá de ti, ni la mirada, ni la hora, ni un puto suspiro. Juro que, si tratas de hacer contacto con ese imbécil, te olvidas de mí, por favor, ten dignidad. Hazlo sufrir y que le duela esto...-suelta un gran suspiro, su mirada mostraba decepción, nunca nadie me había mirado así- ¿Samuel sabe de esto?.

-¡NO!- de solo pensar en contarle me da miedo- no sé cómo pueda reaccionar. Me da miedo lo que haga. Le contaré después.

-Yo si se cómo reaccionará, le dará una puta paliza a el imbécil de Jacob, se lo merece, para que no deje embarazada a nadie más- me vuelve a abrazar- joder, te han visto la cara de idiota, de una forma muy horrible. Prometo no contarle a Samuel, lo harás tú, vale.

Luego de que sus padres la llamarán, ella se va. Me dejó un juguito de naranja, cereal, leche, agua, galletas, pastillas para el dolor de cabeza, pastillas para dormir y no sé qué otra cosa. Antes de irse me repitió unas mil veces que la llamara si estaba mal, si quería hablar, llorar, quejarme o matar a Jacob.

Pero no soy de hacerme ver mal por los demás, así que opte, por llorar debajo de mis sábanas sin hacer ruido. Llore de dolor, amor, decepción, confusión. Miles de preguntas rondaban por mi cabeza, pero la que más me hería era ¿Qué me tiene ella que yo no?. Porque eso te hace sentir así, como que no eres suficiente para que alguien te quiera y te valore.

La vergüenza que me dió cuando el coordinador me llamo para decirme que alguien le había formado un espectáculo a Jacob para decirle que era papá, y demás me pregunta que si yo era la embarazada, sería lo más lógico, y lo que todos esperan. Pero no, las cosas fueron de otro modo, al modo de Jacob. Luego mis padres y Lucía se enteraron, pero les hice entender que eso no era algo de muerte, pero algo así me sentía

Poco a poco mi corazón se rompía más. El dolor y las lágrimas eran incontrolables. ¿Tan poca cosa era para él?. Creí que él me veía a mí, como yo a él, pero fue un gran error. Le entregaba todo mi tiempo, descuidé a mis amigos por él, le entregué mi primera vez. Fueron jodidos tres años.

Apago mi móvil, Jacob no hacia otra cosa que llamarme. No quería que Camila cumpliera su amenaza. Trato de quedarme dormida. Y lo logro.

(...)

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me quedé dormida, pero ya es de día y la intensidad del sol me dice que perdí clases. No quería ni verles la cara a los maestros.

-Querida- toca la puerta mi padre-¿Estás despierta?.

-Si papá, sigue- mi voz es ronca.

-Te traje desayuno- me lo pone en la cama, luego me mira fijamente- cielo, estuviste llorando.

-Un poco- agacho la cabeza y asiento.

-Ese maldito no lo merece. Cambiando de tema, he hablado con tu madre, dice que quiere ir a la casa de playa este fin de semana, ¿Quieres acompañarla?- me dice con un aire triste y dolido por mí. Sentía lastima.

-Ehm creo que si- empiezo a tomar unos wafles-¿Lucía está?.

-¿Quieres hablar con ella mejor?- dice algo sorprendido.

-Mas tarde, quizás- me encojo de hombros.

Agradecía eternamente que no me obligaron a ir al colegio. No quería verle la cara a el tonto de mi novio. Ex novio.

Más tarde, como todos los días. Salí a trotar, era algo que de verdad me comía tiempo, y por eso lo tomé como mi mejor recurso. Si estoy ocupada no puedo pensar en nada, inteligente ¿No?. Así pase mi mañana, tratando de ocuparme en algo, no quería tener que pensar en él hoy. Ya que el solo hecho de decir "él" me dolía. Todo siempre tenia que ver con él..


Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora