Capitulo 17.

18 2 0
                                    

Narra Martina.

Será algo tranquilo decían, no pasará nada decían. Eso en realidad, no es algo de fiar, menos si es con tus amigos de hace mucho.

-¡Es inconcebible Martina Johnson! Una cosa es que tengas una pequeña discusión tonta con una compañera de clases. ¡Pero esto! No lo puedo creer- nos mira a todos cuatro con cara de matar- no sabes la vergüenza que me da, venir a recogerlos a la estación de policía. Se han pasado de la raya.

Todos nos miramos cabizbajos, no sabía si por la resaca, por el regaño, la discusión de esta madrugada, la dormida en el piso o todo lo anterior.

Si, en realidad, se nos pasó de las manos.

Flasback.

Estabamos es un punto en dónde todos estábamos un poco más que borrachos. Cantando canciones a todo pulmón  y riendo de cualquier babosada. Eran ese tipo de canciones que demuestran lo degenerada que es mi vida. No puedo ni pensar claramente que es lo que estoy haciendo.

-¡Lo odio!- grito y Camila me abraza.

-Somos cuatro- dice Samuel besando la frente de Matt.

-¡Esto no se queda asi!- la rabia me apodera.

-Tengo una idea- genial Camila- vamos a casa de ese imbecil.

Tomamos rumbo a la casa de Jacob, con unas pinturas en aerosol y tijeras. Vale esto no pintaba bien, pero no puedo pensar que está bien y que está mal. Sé que las cosas no van a salir nada bien pero ya que... estamos de camino

Entramos por la parte de atrás, menos mal y conozco esta casa como la palma de mi mano. A esta hora todos en el vecindario deben de estar dormidos, sobre todo en la casa de Jacob que se acuestan super temprano. El niño no puede trasnochar por sus prácticas de fútbol. En silencio buscamos el primer lugar para marcar con nuestra borrachera.

-Vamos a empezar por donde más le duele- digo cuando voy a la sala de juegos.

Tomo los trofeos de fútbol y empiezo a partirlos junto con Camila, mientras, los chicos dañan sus videojuegos. Todo tratamos de hacerlo con el mayor sigilo posible. Subo al cuarto con Camila y los chicos vigilan. Saco el aerosol y escribo en la gran pared blanca "Traidor con pene pequeño" la verdad no tiene mucho ingenio, pero mi mente alcoholizada solo procesó eso. Por otro lado, Camila está destrozando sus uniformes favoritos.

Cuando bajamos y estamos a punto de salir los chicos siguen dañando sus cosas.

-¿Quién anda ahí?

Mierda, Jacob.

Por instinto todos salimos a correr, en el proceso hacemos ruido y sin intención dejamos caer las cosas. Cuando estamos a una cuadra de la casa de Samuel escuchamos unas sirenas y todos aceleramos la corrida.

-Alto ahí- dicen por el megáfono.

Irá a parar su madre.

Logro alcanzarme a Camila y ella me toma de la camisa haciendo que tropiece y caiga junto a ella. Siento un dolor intenso en el tobillo.

-¡Joder mi tobillo!- grito con desespero.

Samuel y Matt ayudan a levantarme. Seguimos corriendo hasta que caigo nuevamente al piso, pero esta vez siendo aplastada, si un maldito policía me ha caído encima. Camila es la única que sigue en mi pie por lo que veo. Hasta que otro policía la toma de frente y la mete a la patrulla, al igual que a nosotros tres.

Estamos jodidos.

Nadie habla nada de camino a la estación. Solo esperamos a que nos dieran no sé qué cosa para que se nos pasara un poquito los efectos de el alcohol.

-Eso ha sido estupendo- digo esta vez más calmada, creo que sorprendí a los chicos con mi comentario.

-Joder Martina, no estamos en dirección, estamos en una maldita estación de policía- Samuel me mira mal.

¿Ahora yo que hice?

-Por tu jodida culpa- alto ahí Samuel.

-¿Mi culpa? Nunca te obligue a que me acompañaras. Y si tenías pensando luego hecharmelo en cara como lo haces ahora ¿Para que coño lo hiciste?- mi enojo aumenta.

-Si, es tu culpa, por no superar a el estupido de tu ex- empieza a alzar la voz y eso me molesta aún más- traumada- lo dice muy bajo pero aún así logro escucharle.

-Eres un idiota, Samuel. Para la próxima, lo hago sola, ya veo que no puedo contar contigo para lo que sea, como tanto dices- ya no sabía si sentirme enojada o decepcionada, Samuel pasó su límite.

-Ya chicos, estamos en esto juntos, no es para que nos peleemos entre nosotros- Matt nos tranquiliza.

Cómo pudimos dormimos uno sobre otro. Cuando amaneció era hora de llamar a mi padre. Dios, ayúdame a salir de esta.

Fin.

Cada quien se había ido para su casa. Menos yo, antes había ido al hospital por mi tobillo que me lo doble por completo. Fue una noche intensa. Nadie había hablado después de eso. Entonces, ¿Eso era todo?. Eso era lo que faltaba para que nuestra amistad se acabará. Un mal momento. 

-Le hice saber esto a tu madre- mi padre no ha parado de regañarme- estás castigada por un mes, sin salidas, ni entrenamientos, ni visitas. Además Carola no estará más al pendiente de tus cosas. Tu misma lavaras tu ropa, el aseo de tu cuarto, los platos y tu comida.

Mierda.

Ni que fuera algo tan grave.

-Y vas a pedirle disculpas a los Parks. No entiendo en qué momento te volviste así. Eras tan...

-Tan sumisa a lo que tu y Jacob me exigieran para ser la chica "perfecta".

Eso era yo. La sumisa de mi ex y papá. Que hicieron de mi un pequeño robot que solo cumplía las órdenes que ellos me daban.

-Martina, nosotros nunca quisimos eso. Solo queríamos lo mejor para ti.

-Vale,pues, nunca me lo preguntaron- me bajo cansada de el auto.

Subo a mi habitación y me desvisto para luego darme un baño. En realidad necesito relajarme. Me siento super cansada y con una jaqueca de infierno.

¡Maldito alcohol y sus efectos secundarios!

Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora