Capitulo 14.

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Narra Martina.

Los días aquí se pasaron volando y de verdad no quería irme. La pasamos muy bien, lo malo era despedirme de este lugar y de mi mamá. Ya no tendría la arena en mis pies, solo unos tontos pero lindos zapatos de charol con mi uniforme. Es bueno recordar todas las risas y cervezas que compartimos en solo un mes. Eso durante temporada de clases no se hubiera hecho tan fácil, ahora mi relación con mi madre era más sincera y unida, eso me alegraba. Aunque siempre fuimos unidas, ahora más que nunca.

Cuando llegamos a casa la primera imagen que vi no fue la que quería ver en realidad. Era Kiara, estaba sentada al lado de la puerta de mi casa, claro esperando a Samuel. Corrió hacia él y enrolló sus piernas al rededor de su cintura.

-Cariño- dice ella emocionada- te extrañe tanto.

-Oh nena yo te extrañe aún mas- se dan un beso apasionado. En dónde sus lenguas tenían mucho que ver. Pero que salvaje se veía eso.

Esta vez el no estaba borracho y si se va acordar mañana de ese beso.

-Paren por favor, da asco- dice Camila.

-¡Tu con que derecho! Si te la pasaste besando con Matt todo el camino- digo arrastrando mis maletas.

Luego de la escenita, Samuel se fue a su casa supuestamente con Kiara. Yo entré con Camila y Matt que sólo querían descansar, claro que no en mi cuarto, no vaya a ser que les entre ganas y mis cosas sean testigos de su calentura.

-Hola cariño, ¿Cómo les fue?- dice mi padre mientras me da un beso en la frente.

-Muy bien, tan bien, que no me quería venir de allá- digo buscando comida en el refrigerador.

-Lo sé, esa casa es muy acogedora- dice sonriendo.

-He quedado con mi madre de ir a Lacock- digo fuerte ya que se estaba alejando de mi.

-Vale, luego arreglamos los pasajes- dice mi padre y entra a su oficina.

-Lacock es lindo- Lucía se acerca por detrás y besa mi cabeza.

-Demasiado.

-¿La pasaron bien?- dice mientras me sirve un cereal con leche- ten, debes de tener hambre.

-Gracias- le doy la primera cucharada- si, la casa es acogedora, la vista fenomenal y ni decir de la compañía.

-Me alegro, era hora de que despejadas la mente.

-Si- el silencio inundó la cocina, pero era un silencio tranquilo y no incómodo.

(...)

Desperté y no escuché a Samuel cantar, a Camila pelear con Matt, ni el mar. Que vacío se sentía sin el sonido de las olas. Tampoco estaba mi madre gritando que bajaramos a desayunar. Solo se escuchaba mi tonta alarma para ir a estudiar.

Aunque la pereza era inmensa, tenía que ir. Me levanté y me di una ducha rápida para luego bajar a desayunar. Ya no estaba papá ni Lucía eso quería decir que iba tarde. Paso por la casa de Camila de camino, como todas las mañanas.

-¿Ahora me vas a decir que pasa con Matt?- digo intrigada.

-Estamos saliendo- se arregla su lápiz labial.

-Eso ya lo sé tonta, digo, desde cuándo, como te lo dijo, tuvieron sexo... te pido detalles, boba- digo

-Ya sabes el ambiente romántico de esa casa, la borrachera, me lo dijo cuando me dormí con él, y si, tal vez tuvimos sexo- ríe mi amiga.

Era algo incómodo que mi amiga y mi primo estuvieran saliendo. No era algo que pasara todos los días y que a la vez me molestaba, era mi amiga y Matt no tenía porque mirarla.

-Quien lo diría, la que antes era la única que tenía novio ahora es la única soltera de el grupo- me bajo de el auto.

Ambas reímos y emprendemos una carrera hasta nuestro salón. Para nuestra suerte no habían llamado a la lista, pero si nos ganamos un regalo. Vi una gran pelota andante que se acercaba a exponer, que le llaman, Samantha. Su panza cada vez era más grande y en cualquier momento iba a explotar. Calculando por encima debe de tener unos 4 meses y medio, si, llevo la maldita cuenta de más o menos cuando va a nacer el bebé de Jacob. No es díficil, ya que es casi lo mismo que llevamos de estar separados.

Esta vez se les veía más unidos, como la pareja que se ama desde hace muchos años y ahora van a tener un hermoso bebé. Envidia. Si, siento envidia por ella.

-¡Medio año!- dice el rector- muchachos menos de medio año y terminarán sus estudios de secundaria y complementarios, apartir de allí pueden decidir si hacer su carrera universitaria o vivir debajo de un puente con mucha marihuana e hijos corriendo y llorando de hambre por todos lados. Vale, lo último fue exagerado. Solo quería decir que está en sus manos, construir una carrera profesional.

En sí fue para decirnos eso. Eso nos consumió toda la mañana sobrante, lo cual me alegraba, no tenía que ver clases el primer dia después de vacaciones y era bueno.

Luego, fuimos a comer a una cafetería cerca de el colegio. Ya teníamos que planear la fiesta de grado y eso nos tenía a Cami y a mi al borde de la histería.

Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora