Capitulo 8.

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Narra Samuel.

Kiara definitivamente haría estragos en mi vida. Como no. Si ahora mismo estoy tratando de subir a su cuarto por un árbol para dejarle un vestido en su cama. No estoy solo, menos mal. Camila está hablando con su madre para distraerla y Martina está en la parte de atrás vigilando que nadie entre por allí.

Con algo de equilibrio logro pasar al otro lado y entro por la ventana abierta de su cuarto. No es de otro mundo, bastante arreglado y sencillo, pero al mismo tiempo lujoso.

Dejó con mucho cuidado la caja con la nota de la hora y el lugar. Solo espero que todo salga bien.

Al rato me encuentro en busca de ella, solo rogando de que no me deje plantado. Como si fuera un llamado de forma telepática, ella sale y mueve su mano.

Se veía hermosa, su carita tan tierna me hacía recordar a mi hermana menor. Pero su cuerpo me despertaba ese deseo pasional. Era una excelente combinación.

-Estas hermosa- digo una vez entra a mi auto.

-No tenías que- mira su vestido- ya sabes. Digo, está hermoso, pero de verdad no tenías que gastar dinero en eso.

-Lo hago porque puedo y sobre todo quiero consentirte- me encojo de hombros.

-¿A dónde iremos?- dice nerviosa.

-A mi casa- ella abre los ojos sorprendida y yo me río de su expresión- es broma, pero igual no te puedo decir.

Al rato llegamos al restaurante en donde digo mi nombre y llevan al balcón reservado solo para ella y yo, que por cierto tiene una vista fenomenal.

-¿Por qué lo haces Samuel?- dice tomando un bocado de su postre.

-¿Hacer qué?- me hago como si no supiera a que se refiere.

-Esto, todo este rollo de la cita, el vestido, el restaurante elegante... Todas sabemos que es lo que tu buscas- se encoge de hombros esperando una respuesta por mi parte.

-Es la primera vez que hago todo este "rollo", en realidad. Solo algo dentro de mi dice que tú eres ese 'alto' que mi vida de locura necesita- digo buscando su mirada.

-Nunca creí que este día llegaría- se burla de mi y solo me causa ternura- ¿Te gusto?.

-Mejor, me encantas- algo dentro de mi tiembla al recibir una sonrisa nerviosa de su parte.

"Amo su inocencia... diecisiete años"

-¿De qué ríes?- eso dentro de mi mente fue gracioso.

-Solo se formaron ilusiones tontas en mi mente- digo avergonzado.

Luego de charlas entretenidas la llevo a su casa. Ya en el portal la tomo de la mano.

-¿Están tus padres?- fue casi que inevitable que eso saliera de mi boca.

-No, llegan a media noche- su voz estaba temblando- pasa.

Y me llevó directo a su cuarto, como si fuera una señal.

-De verdad que eres una excelente chica, inteligente, risueña, carismática y sobre todo sexy- me acerco a ella descaradamente y la tomo por la cintura con fuerza.

-Gracias... Samuel- estaba tartamudeando- por lo que acabas de decir y por esta noche, gracias.

-Me encanta todo de ti Kiara, joder, pero las cosas serán lentas. A tu manera, mejor. Solo dame una oportunidad para mostrarte que tú eres esa chica por la cual cambiaré- la acerco más a mi para que sienta mi paquete.

-Samuel de verdad quiero estar contigo, pero mi ética no me permite acostarme con un chico al cual conozco desde ayer- se encoge de hombros.

-Tranquila cariño, todo será a tu pasó- ya me estaba cansando de esta labia barata.

-A la mierda la ética- me mira esperando mi aprobación.

Otra señal.

La beso, primero lentamente para que ella reaccione. El beso se intensifica y la tomo por los muslos haciendo que ella enrolle sus piernas en mis caderas. Agarro su trasero como si no hubiera mañana. Camino hasta la cama y la dejo lentamente, mi boca baja hasta sus pechos y con desespero bajo el cierre de atrás y le quito el vestido hasta la cintura. Tomo uno de sus pezones entre mi boca, succionó suave hasta intensificar la acción, mientras juego con el otro pezón en mi mano. Hago el mismo procedimiento con ambos. Ella solo se estremece debajo de mí, mientras me toma del cabello haciendo fuerza, para que me pegue más a ella, como si pudiera en realidad estar más cerca.

Mis labios bajan despacio mientras beso, succionó y muerdo hasta su ombligo. Una de mis manos bajan hasta debajo de su vestido en busca de su sexo y cuando lo encuentro, estando a punto de meter mis dedos dentro de su vagina húmeda, ella se estremece para luego reaccionar por completo.

-Samuel- más que un regaño fue un gemido- para, por favor.

Aunque yo quería continuar con mi labor, no sería capaz sin su aprobación.

-Yo lo siento Kiara, pensé que estabas de acuerdo- me estaba haciendo el nervioso.

-Joder, claro que lo estabas. Pero ya son las doce y mis padres pueden llegar en cualquier momento- se arregla el vestido- para la próxima.

-Está bien nena- le doy un último beso y me marcho.

Nota mental: no meterse con mojigatas. Te pueden dejar así. Mi mirada se dirigió hacia mi pene que ahora se encuentra erecto debajo del pantalón.

Subo a mi coche y escribo en el grupo en donde solo estamos Camila, Martina, Matt y yo.

Yo: Todo salió bien ;)
Camila: ¿Tuvieron sexo?
Martina: Es obvio.
Yo:En realidad no.
Matt: WOW, le estás fallando a la raza jajaja.
Yo: Cállate idiota.
Martina: ¿Quién está cerca de mi casa? Creo que hice una locura.
Yo: voy en camino.
Camila: por Dios ¿no pueden llevar una vida normal?
Martina: calma ni que estuviera a punto de suicidarme.

Me encamino a casa de Martina, con el corazón en la mano. Ella no era de las que suelen hacer tonterías nada más porque si, por eso la razón de mi corazón acelerado. Ella siempre era la cuerda del grupo. La que hacía lo correcto, no porque le dio un impulso y simplemente lo hizo. No ella no es de ese tipo.

Ahora sólo falta esperar con que cosa nueva salió. Aunque debo admitir que, si va a seguir así, la amaré más. Es decir, más atrevida y lanzada, la Martina que se dejaba manipular por los demás en el sentido de que la obligaban a hacer lo correcto, era aburrido. Aún así era mi chica favorita, claro junto con Camila.

Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora