Capitulo 16.

20 2 0
                                    

Narra Martina.

Me jodía eso. No podía ser más descarado. De verdad pareciera que nunca existió nuestra relación. Eso me demuestra que aún me duele, y de lo mucho que lo amo. Y no lo niego, a pesar de todo no he sido capaz de dejar de amar a Jacob, es imposible dejar de amar a una persona que conoces hace más de tres años con la cual compartiste tus mejores y peores

-Ya Mar, no tienes que seguir viendo eso- dice Samuel viendo la misma escenita que yo.

Jacob y Samantha, comprando ropa de bebé y por lo que veo es una niña. Hermosa niña, nada más con ese padre tan guapo que tiene, y Samantha aunque me duela aceptar, es linda la tonta. Al rato ellos pasan por nuestro lado, Jacob se sorprende y creo haberlo visto cambiar de color. No se esperaba que yo me los encontrara en esas, después de todo no le importo tan poco como creo. Que escena tan evidiable y rompe corazones.

-Ibamos en...- digo esperando a que Samuel continúe con lo que estábamos hablando. Pero mi voz ya no era igual de animada.

-Kiara me dijo que quería que yo me le presentara a sus padres ¡Puedes creerlo! Solo llevamos cuatro meses y sabes que...

No sé en realidad en qué momento deje de prestar atención a lo que hablaba Samuel. Solo no podía dejar de tener mi guerra de miradas con Jacob que estaba en la tienda de bebés de en frente. Su mirada era apenada, no quería su lástima. Joder, solo quería una explicación, de porque no me dijo antes que le valía tanta mierda nuestra relación. Solo era decirlo cuando éramos unos niños y estábamos empezando. Quizás, solo,  quizas me hubiera quedado con mi primer amor en Lacock. Pero no, me enamoró perdidamente, no había vuelta atrás, me entregué por completo a él. Pero no fue suficiente, ya veo.

Samantha se da cuenta de porque su novio está distraído. Digo novio no porque me lo hayan dicho, pero es de lógica. Y me mira pero sin rencor sólo me da una mirada comprensiva y me deja sin saber que hacer frente a ello. Es decir, ¡Ella! Me miró como si entendiera mi dolor. O tal vez solo se burla de mi.

-¿Qué dices?- mi amigo, creo, terminó su charla.

-Ehm, si, por mí está bien- digo vacilante.

-Te acabo de preguntar que si quieres hacer un trío conmigo y Camila- niega con la cabeza- mejor vámonos, no te hace bien estar cerca de ese idiota.

-Lo siento...

Luego nos vamos para casa de Samuel, hoy tiene casa sola. Su madre se fue con su hermana menor para una reunión de trabajo en Londres. De camino me vuelve a contar lo que me decía en el centro comercial, era que Kiara le había propuesto hacer su noviazgo formal, frente a todos. Es decir, sus padres, familia y amigos.

Claro, Samuel no iba a aceptar, no era un chico de ataduras. Él quiere a Kiara, pero no como para estar juntos para siempre. Siempre me lo ha dicho qué para él existen dos tipos de chicas en su vida, la que quiere para una noche de sexo y la que quiere para hacerla su esposa. Kiara está en la mitad. Ni follar solo una noche, ni casarse con ella.

Camila  y Matt no tardan en llegar con papitas y palomitas. Bueno, a quien engaño, traían tres displays de cerveza y una botella de un trago que no logré reconocer.

- ¿Preparados?- Matt gira la ruleta.

El juego es como verdad o reto, pero el que no lo haga, bebe de la mezcla de alcohol que hizo Matt, de cerveza, Jack Daniel's, y el otro trago que trajo Camila.

Primero le cae a Camila.

-Verdad- dice emocionada.

-¿Cuántas veces has follado con Samuel?- vale, Samuel, esa pregunta fue basta para ser la primera.

-¿Cinco veces? O algo así- dice ella sin un poco de vergüenza. Gira nuevamente y cae en Samuel.

-¿Cómo lo mueve Kiara?- dice esta vez, Matt.

-¡Rico!- mi amigo hace señas obscenas con las manos para que entendamos lo bien que Kiara lo mama.

Esta vez me toca a mí. Nadie sabe que preguntar, es decir, mi vida sexual no es muy activa que digamos.

-¿Te gusta el pan?- dice Samuel burlándose de mi.

-Me encanta- finjo una sonrisa.

Cómo me aburrí, me salí y los dejé jugando solo a ellos tres mientras yo escuchaba. A veces sus preguntas eran pasadas de la raya, cosas que en mi caso, realmente prefiero guardarlas. Pero ellos están acostumbrados a ese entorno, donde el sexo es diversión y no amor. Además, era imposible imaginar a mis amigos teniendo sexo, a Camila pues no es tan raro, una vez, si no es por la sábana que tiene encima, veo como Matt la penetra.

Pero a Samuel, si no soy capaz. Con él soy más celosa y imaginar esa escena no es agradable.

Yo por otro lado, le di mi virginidad a mí novio el día de mi cumpleaños número diesiciete, una semana después de haber cumplido nuestro tercer aniversario. Desde entonces ni un beso me he dado con alguien. El beso con Samuel no cuenta.

Tomaba un poquito de la bebida que preparó Matt para nosotros, claro sin excederme, esto puede terminar mal. Pero creo que con tan malas experiencias y por 'experiencias' me refiero a tres veces, no quiero saber nada sobre estar borracha. Además ya estoy aprendiendo a controlar que es lo que mi cuerpo puede beber sin devolverlo y que no.

Supongo.

Tan perfecta (TP#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora