Capítulo 10.

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"Necesito que me devuelvas aquel favor que me debes Tommo"

"Está bien, pero después no me pidas más"

"Eso ya veremos"

"Tengo a una chica en casa y necesito que le eches un ojo"

"Joder Horan, ¿otro de tus chicas calientes?"

"Ella tiene que ver con el asunto del dinero de Fletcher. Me están presionando para conseguir el dinero y ella sabe dónde está"

¿Lo sé?

"Estás de broma, ¿tú ya lo sabías?"

"No, la encontró Liam cuando entró en su casa. Se la tuvo que llevar y ahora está con nosotros"

Ahora sé que el nombre de Payne es Liam, vale. Pero, ¿quién querría el dinero de David? Que yo sepa, no ha tenido ningún problema con ninguno de sus clientes ni ninguna pelea económica entre la competencia últimamente..

Continué leyendo.

"¿Está buena? ¿Tiene buenas tetas?"

Rodé los ojos.

"Tiene pinta de santa aunque tiene un buen culo. Digamos que, tiene su punto"

Alcé las cejas. ¿¡Qué pasa con mi culo!? Qué manía..

"Vale en cinco minutos estaré allí. Las llaves, en el mismo lugar de siempre, ¿no? En el falso fondo del buzón"

"Sí joder, no tardes. Está durmiendo"

"Que sí coño. No te preocupes, no tardo"

Escuché a alguien tocar a la puerta y me asusté. No me lo esperaba, me sobresalté y se me cayó el teléfono bajo la cama.

Iba a buscarlo cuando la puerta se abrió

-Baja a com..¿qué haces? -me giré, era Liam-

-Nada, nada ¿bajamos ya? -dije mientras me levantaba como pude de la cama-

Lo último que quiero es levantar sospechas y que descubran el teléfono asique lo dejé donde estaba, después iría a buscarlo. Bajamos rápido las escaleras y llegamos a la cocina, Horan había pedido pizza y yo tenía un hambre impresionante. Nos sentamos a la mesa y comimos en silencio. Bueno, más bien comieron ellos porque yo me sentía algo intimidada. Daban la imagen de tipos duros y chicos malotes, con sus musculitos, tatuajes y vestimenta. Aunque después los conoces bien y a lo mejor son un amor, pero esa es la imagen que intentaban aparentar y en mí conseguían ese efecto. Imponían respeto y no le convendría a nadie meterse con ellos, saldrían mal parados. Al pensar eso, inmediatamente, imágenes de Payne peleando contra aquiel tipo la otra noche vinieron a mi cabeza y pude volver a escuchar el crujir de sus huesos. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, esas imágenes tardarían en desaparecer de mi mente.

Comí sólo dos trozos de pizza, era bastante grande asique me llené pronto. Me tuve que contener, suelo ser un poco bruta al comer, no soy muy fememina que digamos.

Parece ser que en esa casa sólo bebían cerveza, porque cada vez que abrían la nevera lo primero que veías eran latas y latas de cerveza. ¿Acaso no conocen el agua, los refrescos, batidos o los zumos?

-¿Quieres cerveza? -ofreció Payne-

-No suelo beber, gracias -contesté-

La verdad esque desde que empecé a trabajar en el club, acabé aborreciendo un poco las cervezas y demás bebidas alcohólicas.

Horan se me quedó mirando y me acordé de los mensajes "es un poco santa" osea, ¿ahora por no beber eres una santa?

Payne se levantó y me llenó un vaso con agua del grifo. Le miré y le dediqué un amago de sonrisa a modo de agradecimiento.

-¿Cómo va tu tobillo Lauren? -preguntó Liam-

-Todavía molesta un poco la verdad.

-¿Y tu mano? ¿Qué te pasó? Cuando te trajimos aquí ya la tenías vendada -miré a Horan que me seguía mirando y después me miré la mano-

-Eh.. sí. Un pequeño accidente en el trabajo

Me sorprendió bastante que Liam se estuviera preocupando -por así decirlo- mientras que su amigo se comportaba de una manera fría y distante conmigo.

-¿Dónde trabajas? -preguntó de nuevo Payne-

¿Lo digo?

-En el Funky Buddha -dije y miré al rubio, que pareció acordarse de algo-

-¡Asique eras tú! -dijo él-

-¿Qué? -pregunté extrañada- ¿Yo? ¿Yo qué?

-Oh vamos, eras la chica de los baños. Cuando salí del baño la otra noche con esa tía ahí estabas tú. ¿Te va el morbo? ¿Acaso te gusta escuchar a alguien en pleno tema? Seguro que sí, eres tan santa que seguro que aún eres virgen.

Fué escucharle  hablarme así y si los platos no fueran de plástico, juro que le habría tirado la vajilla entera en toda la cara. Me sonrojé tanto que la tonalidad de mi cara en estos momentos sería como el color rojo de aquellas latas de cerveza.

Me levanté arrastrando la silla y salí de la cocina, subí a mi habitación dispuesta a buscar el móvil de Tomlinson cuando alguien me agarró del brazo y me giró bruscamente.

-¿A dónde vas? -una voz habló a mis espaldas-

Horan

-¡Suéltame! -me quejé-

Le miré a sus ojos azules, que se tornaron de un tono oscuro.

-¿Para qué estoy aquí y cuándo dejaréis que me vaya? -grité de repente-

Resopló.

-Nos eres de ayuda para conseguir lo que necesitamos joder, no preguntes más y no te pongas pesada -dijo el rubio-

-Ya me habéis dicho eso -contesté-

-Vale. Entonces para qué preguntas, harás lo que yo te diga y ya está -habló Horan fríamente-

-¿Pero se puede saber qué es eso tan importante? ¿De qué va esto?

-Nos dijistes que conocías a David Fletcher, ¿no es así? -asentí- Y él tiene un dinero que nos interesa el cual no nos quiere dar por las buenas, después te cruzaste tú por el camino -fué subiendo el tono poco a poco- asique tendrá que ser por las malas. Nos ayudarás a conseguirlo quieras o no porque si no lo consigo juro qu-

-¡Bueno ya basta! -intervino Payne, que apareció por el pasillo, le miré-

Horan apretó el agarre de su mano en mi muñeca, me hacía daño, era la muñeca de la mano vendada.

-Ellos me han mandado otro mensaje -continuó en un tono serio- Esta noche quieren citarnos en el muelle -hizo una pausa- y saben de la chica.

Horan aumentó la presión, realmente me hacía daño. Si seguía apretando me podía cortar la circulación o algo.

En ese momento sonó el timbre y se escuchó a alguien aporrear la puerta.

-¡Esa hija de puta me ha robado el teléfono móvil joder!

Los dos chicos se me quedaron mirando, Horan se tensó

Mierda, Tomlinson.

¿Y ahora qué?

Deal » n. hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora